Nuestra casa soñada

imageSoñemos, que es gratis.

Si nos pudiéramos apartar de la realidad y no tuviéramos que pensar en trabajos, hipotecas, cercanía con la familia… a mi santo y a mí nos gustaría poder vivir en una casita en Asturias, una con mucho terreno alrededor para que Jaime pudiera salir desnudo a disfrutar del sol y el viento sobre la piel si así lo deseara. Lo primero que hace al llegar a nuestro piso es quitarse la ropa.

La casa sería de una única planta, sin escaleras. Tendría un reborde, un zócalo a su alrededor para que Jaime pudiera recorrerla haciendo equilibrios. Tendríamos también un árbol al que fuese fácil trepar y entre cuyas sólidas ramas se estuviese cómodo. Le encanta otear desde las alturas. Por el mismo motivo también pondríamos algún cacharro para escalar y permanecer en lo alto de esos que hay en los parques.

La casa tendría muchas cristaleras, le encanta ver lo que pasa a través de ellas, la lluvia chocando, la luz cambiando… Aunque necesitaríamos también litros de cristasol; creo que acabaríamos asumiendo los dedos en los cristales sin problema. Y varias de las ventanas tendrían una poyata interior muy grande, pondríamos cojines blanditos y allí podría sentarse y tumbarse para ver el paisaje tranquilamente. Y columpios claro, no pueden faltar los columpios.
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Tendría anexa a la casa una piscina pequeñita y climatizada para que nuestro delfín pudiera usarla todo el año. El salón sería grande, para estar todos juntos y que pudiera correr por él. Con una hamaca grande, tipo mexicano. Y su habitación pequeñita, toda cama, para que no se despistase de noche. Y si pusiéramos música sonaría por toda la casa.

Además de los animales que ya tenemos, tendríamos un par de cabras de esas enanas. Jaime parece tener una conexión especial con ellas. Le gusta sentarse a su lado y acariciarlas. Así que necesitaríamos un lugar para que pasaran la noche. Y también una vaca y un caballo, para darnos gusto a mí y a Julia.

Soñar es gratis.

Probablemente el autor de este post en De retrones y hombres tiene razón y los pueblos, el campo, no es el mejor lugar para vivir si tienes una discapacidad motórica. En cambio si la discapacidad es intelectual, si es autismo, sea otro cantar.

Claro que lejos de las grandes urbes no abundan los colegios específicos para niños con autismo, sus terapias, médicos o asociaciones.

Habrá que despertar…

4 comentarios

  1. Dice ser Carla

    Me quedo tu casa pero me la llevo a un puebecito de Castilla donde tengo a mi gente.

    Carla
    http://www.lasbolaschinas.com

    19 mayo 2014 | 08:25

  2. Dice ser amparo

    Te invito a la mía que tengo en Alborache,un pueblecito de Valencia.Créo,que menos las cristaleras y los animalitos,lo tenemos todo para tu peque.Quizás algún día puedas conseguirlo.Un saludo.

    19 mayo 2014 | 11:10

  3. Dice ser mama de 7

    Teresa tiene síndrome de down. Vivimos desde este año en un pueblo de Toledo, mi pueblo porque mi familia es de aquí y solo puedo decir que el cambio es espectacular.
    ¿El colegio? una burbuja de 60 niños? en su clase hay 8. Y unos profesionales completamente volcados en ella. Quien ha puesto las pegas es el asesor de turno, el cargo político. Afortunadamente le han puenteado y llegamos al inspector coherente.
    Teresa cuida de su huerta, de sus gallinas, a las que cuida con un mimo maternal. Recoge huevos, planta, riega, juega al sol, corre y salta. Acaricia sus gatitos y así continuamente. Espectacular el cambio.
    No hace falta irse a un pueblo muy lejano para cumplir el sueño. Para empezar puedes elegir un pueblo a una hora y cuarto de Madrid, donde la vida es completamente diferente.

    19 mayo 2014 | 17:07

  4. Dice ser Martha

    Ojalá algún día se cumpla vuestro sueño. sobre todo para que Jaime sea un poco más feliz (si cabe) en esa naturaleza que tanto le gusta… eso de poder bailar desnudo al sol, y disfrutar de todas esas pequeñas cosas que tanto le gustan….

    20 mayo 2014 | 14:05

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