Guardar borrador… por si acaso, la máquina o la red ya saben guardar ellas solas todo, por defecto, en tiempo irreal, expresiones de otras vidas ya futurizadas. En tiempo REAL. Eso debe de pensar el rey (el que sea) cada mañana o madrugada al despertar: estoy en tiempo real.

Los chistes malos y los juegos de palabras espontáneos dan alas al veranillo 38/42, por los grados en Celsius.

Los games y los gamers esponjan el poroso impenetrable universo ficticio o aparente. Oppenheimer, en la fabulosa peli de Nolan (tres horas y se hace corta), explica muy bien que todo está hueco y no hay nada más que relaciones. Es una peli superdidáctica, entretenida, ilustrativa. Ahora mismo la vería otra vez… pero el tiempo ha pasado y las tres horas ya se han deshecho en sus respectivos cielos, etc.

También el segundo capítulo de la clásica Borgen (telefonillos Nokia, hace mil años, el hacha de silex de nuestras vidas) remite a estos days hispanos previos al inminente jueves (ya olvidado) de MESA de las Cortes.

El Parlamento es superimportante un día, y luego durante cuatro años no es más que un cuartel con sus cadenas de mando y sus disciplinas borregas. El sistema ha petado. Las instituciones han sido trampeadas, el encuestado abomina de sus políticos hace tanto que ya es un must.

No se ve arreglo, pero hay que empujar (en esta línea) para hacer pequeñas mejoras, retoques hacia el respeto (en general, empezando por el ser humano, rival, vecino…).

Retoques para rebajar la injusticia/burocracia: binomio letal.

Retoques para no matarse y/o hacer el ridículo (ahora dictaminado por las agencias de riesgo)

Se sospecha que a partir de un cierto deterioro un sistema ya no se puede reparar.

La vida vitalicia, mutualizada de forma asimétrica (pagan la mitad cobran los privilegiados). La vida vivible con los alimentos y la gasolina subiendo a tope, con la fruta a precio de Breton Woods, el pomelo y la papaya, oro y diamantes. El kiwi amarillo, a 7 el kilo. Desayuno con mangos. Oro y agua.

Mi frutero se ha ido a las Bahamas con lo que le pagué ayer. Iba a ir a Tailandia pero han subido de repente las tarifas por exceso de contenido.

Todo sube sin parar. Gasoil y fruta. Hasta la bolsa sube cuando baja un poco. La expectativa es optimista a corto y catastrófica cuando sea. China se chupa el 70% de lo que haya. Y se mosquea porque Biden ha dicho que no inviertan en tech de ese país, que se les echa encima: barbas pelar. Rusia ha ido a la luna a por agua. Cómo estará la cosa. E India, lo mismo. Mori Mori Mori. Mori, Erdogan y Xi. Y Putin. Níger y Francia, una Indochina aplazada de proximidad. Las colonias, cuando no existen se resisten a desaparecer. Níger revienta el costurón.

La vida vitalicia (antes carpe diem bien phu) sigue a tope de RPM como si no hubiera un mañana (por sus siglas en español cooficial: CSNHUM), hay que arrasar con todo porque… queda poco o nada (depende de analistas). Euforia a corto desastre a largo, parece que hay algo de tiempo. La distopía de facto se ha instalado en lo normal. Es normal, es normativa (leyes), barco-prisión de emigrantes en Londres, boyas con cuchillas en el Río Grande.

Pero la distopía literaria también ha sido reintroducida en el sistema que todo lo aprovecha y es un negocio más. El caso es pagar impuestos en países o «entes» donde no existen. Casi nada existe y todo muta en la evasión, velocidad de escape.

CSNHUM: ¡traigan agua de la Luna!

La OCDE dice que suben los ingresos de las familias españolas. Se ve mucha gente por la calle, navegando a través del calor, que va por trozos 8de calle). Hay esquinas con brisa, que nadie sabe de dónda sale. Ni a dónde va. Y hay zonas -islas- atroces. Islas mínimas. Dentro de una misma calle hay mil climas, y mil personas.

Hay turismo pobre y abundante, de zapatillas y riñonera, de gorduras y renta creciente, quizá coincide con las estimaciones de la OCDE, quizá hay un respiro largo, esperemos que esté empezando y no acabndo, nunca se sabe a dónde soplará el vendaval.

Una brisa, de momento, que se lleva las bolas de calor. El turista pobre disfruta muchísimo, está a sus anchas en esta España creciente (creciente también en población, emigrante, valiosa, imprescindible). El turista pobre disfruta de las chanclas y la familia, de comer helados asados y menús de 11 o 2o euros donde la pilla.

Vuelven a abrir restaurantes que ya no existían, cambian los rótulos, friegan las mesas, esquinas imposibles escondían un vergel destellante con cocinas en las que alguien puso millones… ahora abre todo eso en la España interior, la exterior ya estaba abierta. Los nativos se han ido hace días, no queda ni el recuerdo, y en su lugar aparecen seres de otras galaxias, Andrómeda la que más, que disfrutan de este reemplazo de sentidos, de estas ciudades llenas de catedrales y acueductos y murallas milenarias mil veces olvidadas y normalizadas.

Los guías explican asuntos medievales inverosímiles, y el humor es lo que más se agradece, aparte de la info, que se presupone. El turista pobre gasta con alegría porque ha echado las cuentas más o menos y tiene a dónde volver, al pib que calcula la OCDE, que crece (solo le ganan Bélgica y Dinamarca) y da una sonrisa. Todo es precario y vulgar, como la misma felicidad, que nadie sabe de dónde viene y a dónde en su low cost va.

Como voy y vengo (viaje interior) creo que hoy ha sido domingo, y lo sostendré hasta el final… del lunes. Sesgos de verano. Ha habido algunos cambios micro/macro en la escena y el suspense aumenta y disminuye a la vez.

Aumenta por el apoyo en blanco de vox al pp, que ya ha cedido todo en las ccaa’s, y por la subasta que ofrece cc, que puede pedir lo que quiera a ver quién da más. Disminuye porque abarata el apoyo a SXX de sus futuros frankisocios, así que la semana, sea domingo o lunes/martes, empieza en todo su esplendor.

Los frankisocios podrían quedarse sin nada si exigen demasiado. Los frikisociminis de ambos partidos decadentes han de ceder en apariencia y exigir en la sombra, más suspense al electorado electrizado que se rige por Aemet más que por el CIS. El próximo cis se llamará Aemet, que es la nueva TVE y el nuevo Superpoder en las almas entre eufóricas y melancólicas del nihilista hispanoamericano (hubo un banco con ese nombre).

Aumenta y disminuye el suspense regio mientras cada cual urde sus negocios a la sombra de las palmeras con los móviles repirateados por el Pegasus actual, cuyo nombre solo conocen sus clientes preferentes.

De momento no se filtra nada y nadie altera sus postureos, estamos en la hégira del postureo universal, el selfimatrix en adobo.

El suspense aumenta y disminuye por doquier, sólo Aemet podría sacarnos de este atolladero, pero quizá tampoco ella tiene tiempo.

Se va agosto antes de empezar, llega el invierno en verano. Aragón es de Vox/PP. En la España vacía hay trozos de carreteras desdobladas, simulacros de autovías, dobles carriles ocasionales y campos infinitos. Se trabaja al límite y hay muertos laborales que se disuelven en estadística, números, registros, nada.

La hostelería revienta de éxito y el cansancio aprieta, se trabaja al límite como antes contra la inflación que es la plaga o la epidemia de estos años. Solo la nota una parte, el resto va y viene a tope, revientan las terrazas y ahora llega un invierno por el norte que cancela agosto incipiente. Quizá quede verano. Se cierran gobs regionales, flecos del cambio, se instala Vox/PP y se cambian leyes a toda prisa, como se hicieron.

La prisa es el carpe diem de la política, el decreto veloz. Se cae una palmera y mata a una persona. Se paran los cercanías en la capital del reino. Cientos de muertes por ahogamiento. Ansias por bañarse.

Cada minuto vuelve a reiniciarse el sistema, trillones de chips crepitando en silencio, un siseo mineral atronador en frecuencia inaudible para el oído humano, pero este ruido de fondo lo capta de alguna forma el sentimiento, es un ruido nuevo, reciente, incesante, porque los chips no paran nunca, aunque están inactivos. Se confunde con el ruido de fondo del universo y por esto vamos algo alterados, acelerados, en tiempo digital.

Las vacaciones si las hay buscan huír de ese siseo inaudible que atonta la inconsciencia. Que haya suerte.