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Entradas etiquetadas como ‘transparencia’

Todos somos culpables de la corrupción en España

Por Carla Tomillo

Miles de personas marchan en Valencia contra la corrupción (EFE).

Miles de personas marchan en Valencia contra la corrupción (EFE).

Algo está pasando en este país si tienen que venir de fuera a decirnos lo que no estamos haciendo bien. ¿Y la autocrítica? Se forma un silencio.

Hace unos días, la institución creada por el Consejo de Europa para combatir la corrupción, conocida como GRECO, hizo público un informe en el que insinúa lo que muchos de nosotros hace tiempo que sabemos: algo pasa con el poder judicial en España. El Grupo de Estados contra la Corrupción, a lo que responden las siglas de GRECO en inglés, arroja luz sobre una encuesta del Consejo General del Poder Judicial donde los jueces señalan que no se protege la independencia en los nombramientos. Asimismo, el informe critica la resistencia de los parlamentarios y senadores españoles a ser transparentes.

Leyendo estas declaraciones me pregunto: ¿Son estos los valores que queremos tener? Como ciudadana, creo que tenemos que dejar de quejarnos tanto y empezar a tomar conciencia de nuestras decisiones. Esto significa que en nuestra práctica de la democracia, es decir, mediante nuestro voto o a través de otras manifestaciones de la opinión y la voluntad (como espero que sea esta carta), se vea reflejado este deseo de transparencia. Para que podamos sentir que este país sí nos representa.

Heces o enriqueces

Por J. R. Gallego

El rey Juan Carlos de España. (Sergio Barrenechea)

El rey Juan Carlos de España. Foto: Sergio Barrenechea

Quizá puedas pensar que el rey no está obligado a hacer público su patrimonio. ¡Pues te equivocas! Esto es un acto más de corrupción. El mensaje que transmite la casa real es que «aquí huele a gato encerrado». Si este país se llega a enterar algún día, lo cual espero y deseo que ocurra lo más pronto posible, del astronómico e insultante patrimonio que atesora este «ciudadano», se desmoronaría tu valoración de dicha institución.

Mucho interés tiene Montoro en no hacer pública esa tan custodiada y protegida lista de Falciani, cuando lo que procede en un país que se califica de democrático es su conocimiento a todo el pueblo. No me extrañaría que el cabeza de lista fuera precisamente el rey. ¿Por qué será que el concepto que yo tengo de transparencia no es el mismo que el que quieren hacerme creer? Aquí también se percibe el adoctrinamiento del Estado. Rasca, rasca y sigue rascando que verás tantas heces que hasta habrá pintores que las harán protagonistas de sus cuadros.

España 2013, ¡batiendo récords!

Por Manuel Olmos Mas

En septiembre la deuda pública española batió el récord 92,2% del PIB. La morosidad de la banca bate el récord más alto de los últimos 50 años. A la cabeza del desempleo juvenil en Europa, con un 57,4% en octubre de este año. La pobreza infantil en España alcanza al 26,7% de los menores de 16 años.

Somos los primeros en desigualdad entre el 20% más rico y el 20% más pobre. Doblamos la media europea en abandono escolar. Batimos récords en prostitución y tráfico de personas desde 2011, solo por detrás de Italia. Nos mantenemos a la cabeza de la Unión Europea en consumo de cannabis y cocaína.

(ARCHIVO)

(ARCHIVO)

Obtenemos la peor clasificación en el Índice sobre Percepción de la Corrupción en 15 años, siendo el segundo país que más puntos pierde de todo el mundo. Gracias a la Plataforma de Afectados por la Hipoteca el récord de desahucios fue el año pasado no este.

Y menos mal que España ocupa el lugar 72 de 96 en la lista de países con leyes de transparencia y acceso a la información, así solo nos enteramos de la mitad.

La política con mayúsculas ha muerto

Por Pedro Serrano Martínez

Congreso de los diputadosLa indigencia moral que se ha instalado en la clase política y, como consecuencia, en la economía y las instituciones, nos ha dejado a la intemperie. Al observar el descorazonador panorama político que nos rodea, bien podríamos afirmar que la política con mayúsculas ha muerto y nos ha dejado huérfanos. De modo que, acompañémonos en el sentimiento.

¿En quién creer, en qué o quién confiar en este tiempo mendaz, cínico y chapucero? En este trance de impudicia e inmoralidad que nos ahoga y nos confunde, ¿qué o quién nos librará de la nueva esclavitud de los poderosos y nos  guiará hacia la tierra prometida, hacia un mundo más justo y humano? ¿Qué o quién devolverá la credibilidad a la clase política y la confianza en una gestión honesta de los recursos que esté orientada hacia el bien común? Tal vez necesitemos contemplar aún más de cerca el abismo para ser capaces de cambiar el rumbo.

¿A qué grado de egoísmo e indiferencia hemos llegado para que nos importe un rábano la suerte de nuestros semejantes? ¿Qué ha sido de la cohesión social? ¿Qué ha sido de la generosidad, de la honorabilidad y la decencia? ¿Es que ya no le importan a nadie? ¿Qué clase de valores se fomentan en la escuela y en la universidad? Antes, cuando alguien cometía un abuso o un delito, se le recriminaba públicamente y el reprobado o condenado, al menos, sentía vergüenza. Hoy, sin embargo, como la conciencia es laxa, la ética inexistente y la culpa la visten de inocencia, levantan la cabeza sin rubor.

La clase de Feijóo o el miedo como factor determinante

Por Rubén Vicente Carrillo

Alberto Núñez FeijóoLa publicación de unas fotografías del presidente de la Xunta de Galicia Alberto Núñez Feijóo, realizadas en 1995 y 1996, disfrutando de diversos momentos de ocio con el narcotraficante Marcial Dorado Baúlde, actualmente en prisión, entra dentro de lo opinable. Que Feijóo no supiese entonces que Dorado era un importante contrabandista, si la relación iba más allá del ocio, o si es cierto que hace trece años cortó todo contacto al saber que tenía un asunto abierto en la Audiencia Nacional no está problarlo.

Si cualquiera de estas tres situaciones se probase, Feijóo debería dimitir inmediatamente. Ninguna de ellas se ha demostrado por ahora. Si viviéramos en Alemania, no dudo de que ya hubiese dimitido. Pues allí, como en muchas otras democracias mucho más saludables que la nuestra, la más mínima sombra ya mancha a quienes se dedican a la función pública y la salud de la democracia no se lo puede permitir.

Donde no cabe discusión alguna es en que la reacción del presidente de la Xunta es una clase magistral de cómo actuar ante un posible caso de corrupción, que deberían aprender al pie de la letra los dirigentes de Génova. Feijóo, que sabía desde el pasado día 20 que El País estaba en posesión de esas imágenes, no ha difamado ni vilipendiado al medio de comunicación sino que emitió un comunicado de forma inmediata, ha realizado varias declaraciones a los medios y finalmente ha comparecido en una rueda de prensa abierta, exponiéndose a las preguntas de los periodistas.

En su comparecencia  ha afirmado con naturalidad que quizás pecó de ingenuidad, que no va a dimitir, que por el tiempo pasado no recuerda todos los datos ni los lugares en los que estuvo en compañía de Dorado, que las fotografías han sido investigadas por varios jueces, que no adjudicó nada desde sus cargos públicos a las empresas del narco, y que es imposible que exista financiación ilegal del Partido Popular porque en esos años el ni siquiera era militante. Todo ello en apenas 39 horas.

Muy lejos, por supuesto, de los 42 días que lleva sin comparecer ante los medios nadie de la Ejecutiva Nacional del PP, de las explicaciones en diferido por el ‘caso Bárcenas’, de los ataques al medio que publicó los papeles del extesorero, de las declaraciones sin preguntas a través de una pantalla de televisión, de las maniobras para torpedear las investigaciones judiciales o del incumplimiento en la promesa de más transparencia.

En definitiva, Feijóo le ha dado una clase magistral de cómo se gestiona un posible caso de corrupción a Mariano Rajoy, a María Dolores de Cospedal, a Federico Trillo, a Carlos Floriano, a Javier Arenas, a Ana Mato y a todos los miembros del PP involucrados en la desastrosa gestión del Caso Bárcenas-Gürtel.

Y cabría preguntarse si el factor diferencial entre un comportamiento y otro es el miedo. El miedo que parece no tener Feijóo a su relación con Dorado y el miedo que muestran que le tienen todos los demás a su relación con Bárcenas.