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Entradas etiquetadas como ‘franquismo’

Calles nuevas en el callejero de Madrid

Por Jorge Camacho

Madrid, sin placas del franquismo (Zipi/EFE).

Una calle con nombre franquista. (Zipi/EFE).

Estoy a favor de que desaparezcan del callejero de Madrid los nombres de militares criminales franquistas como el que da nombre a la calle en la que vivo.

Ahora bien, me pregunto si, en el caso del General Varela, resulta oportuno reemplazarlo por el de un personaje controvertido como Carlos Morla Lynch, aparte de que con ello la calle recibirá un nombre largo y difícil tanto de escribir como de recordar, lo que no agradará a muchos vecinos.

Sería mejor optar por nombres cortos y claros, de una sola palabra, como los de ciudades o plantas que ya hay en el barrio de Tetuán o de minerales, aves, árboles, etc.

La censura en el cine del franquismo

Por Jordi S. Berenguer

Sala de cine (Europa Press).

Sala de cine (Europa Press).

Durante el franquismo el cine que vimos había sido sometido a varias etapas de censura. La oficial del Estado suprimía secuencias y alteraba doblajes. Una vez aprobada la versión adulterada, al llegar a ciertos lugares el cura del pueblo también imponía su criterio y mandaba suprimir algunos planos que consideraba pecaminosos, por lo que según en qué villas Gilda no se quitaba ni el guante.

La mutilación cinematografica no acababa ahí porque, con la coartada de la censura, algunos empresarios de sala acortaban el metraje para ofrecer más sesiones. Y algunos operadores de cabina, especialmente en los cines de barrio con sesión doble, aligeraban aún más el celuloide -cuando no suprimían todo un rollo-, para que la jornada laboral no se prolongara hasta las tantas. Con ese recorrido tan poco respetuoso con la integridad de la obra cinematografica, comprender el argumento de algunas películas solo estaba reservado a los muy intuitivos.

Para el cine español la cuestión añadía aún más visos de surrealismo. El primer paso para rodar una película era someter el guión al censor, que solía devolverlo lleno de tachaduras y alguna que otra observación. Una vez terminada, la película era sometida a otra censura en la que se podría suprimir algún plano alegando cuestiones de forma. Lo curioso es que algunos censores también ejercian como críticos cinematográficos. Y se daba la paradoja de que en sus críticas no era raro leer algún reproche sobre supuestas incoherencias del guión… el mismo que el propio crítico había alterado como censor.

Con la democracia hemos ganado, entre otros, el derecho a disfrutar de la versión íntegra para participar de la grandeza del cine. Especialmente del nuestro… aunque los censores se hayan quedado sin trabajo. Así es la vida. Así era su cine.

Historia sin memoria

Por María Olga Santisteban Otegui

92745-394-550

Ofensiva sobre Lleida, en abril de 1938. (GTRES)

Pronto se cumplirán 80 años  del  “alzamiento” golpista contra la legítima legalidad republicana en España por una parte de los generales  que se sublevaron contra el orden establecido.

La Segunda República supuso que por primera vez  se pusieran en marcha reformas que ya se habían realizado en Europa, pero que hasta aquí no habían llegado con una estructura de estado casi pseudofeudal, la cruenta Guerra Civil (1936-39) y la posterior dura posguerra que se traduciría en una larga lista de víctimas olvidadas del bando republicano y de los posteriores represaliados (víctimas del franquismo).

Las  aproximadamente 130.000  personas desaparecidas, según calculan las diferentes asociaciones de la memoria histórica, siguen a día de hoy sin el pleno reconocimiento de los diferentes gobiernos desde el fin de la dictadura. De poco sirvió  la llamada Ley de memoria histórica del año 2007, derogada casi de facto al carecer prácticamente de fondos para aplicarla.

Tenemos el dudoso “honor” de ser el segundo país del mundo, después de Camboya, que más víctimas desaparecidas tiene en montes y cunetas. Particularmente merece mencionar la represión que sufrieron las mujeres que el nuevo régimen  consideraba peligrosas. En la memoria de muchos estará la infame cárcel de Ventas donde se vejaba, humillaba, y se hacinaba a todas las presas mediante el terror y la vergüenza.

Es duro escuchar declaraciones  de determinados políticos del PP que dicen que solo se acuerdan de sus muertos cuando hay subvenciones o  que ya no hay víctimas en las fosas comunes o demandas de exhumaciones.  Es un insulto para la memoria de todos los familiares de los desaparecidos. Dicen que un pueblo sin memoria es un pueblo sin historia. Verdad, justicia y reparación.

 

Los crímenes del franquismo

Por J Fdez

 

Familiares de las víctimas del franquismo en el Parlamento Europeo (PE), en Bruselas (Bélgica). (OLIVIERA HOSLET/EFE)

Familiares de las víctimas del franquismo en el Parlamento Europeo (PE), en Bruselas (Bélgica). (OLIVIERA HOSLET/EFE)

Las noticias de los 43 estudiantes desaparecidos en Iguala, México, me trae la memoria histórica de España, el segundo país del mundo en número de desaparecidos cuyos restos no han sido recuperados ni identificados, tras Camboya.

España es la única democracia que no ha realizado investigación alguna sobre el terrorismo de Estado una vez acabada la dictadura. La ONU y el Consejo de Europa, la primera reclamando repetidamente

La investigación de los crímenes del franquismo, y la segunda aprobando por unanimidad en la que se instaba al Gobierno español , a crear una comisión de investigación sobre crímenes de la dictadura. El destituido y apartado juez Garzón recibió 143.353 nombres de desaparecidos. Una persona honesta es un inadaptado en esta sociedad en la que vivimos hoy en día.

Vivir en tiempos revueltos

Por Ángel Villegas Bravo

En los primeros y oscuros años del franquismo (a los que parece que algunos nos quieren retrotraer) la inmensa mayoría viviamos sin coche, sin teléfono (ni fijo ni móvil) sin tabletas, sin  ordenadores personales, sin televisor, y muchos hasta sin radio, y sin tantas otras cosas que ahora nos parecen imprescindibles. Supongo que nadie queremos volver a esas épocas de atraso y de privaciones, a tener que recurrir al estraperlo para conseguir una barra de pan (si es que tenías dinero para ella) o a pagar la penicilina a precio de oro en determinados lugares  de alterne de Madrid, empeñándote hasta los ojos si tenías la desgracia de que alguno de los tuyos lo necesitara para curar una enfermedad que, de lo contrario, podía llevarte al otro barrio. Sí, de eso, del estraperlista y de que pudieras conseguir el dinero, podía depender tu vida.pobre

No obstante, en estos tiempos revueltos en los que vivimos, la necesidad está agobiando a muchas familias, obligadas a repagar medicinas, a buscar dinero bajo las piedras para que sus hijos estudien o, simplemente, para comer cada día. Así que, si nos obligan, tendremos que dejar de comprar coches, televisores, tabletas, ordenadores personales, vestido, calzado y hasta la comida que no resulte imprescindible. Y dejaremos de gastar luz y gas, agua, gasolina, pólizas de seguro; por supuesto, no podremos gastar en vacaciones, en viajes, en los bares y restaurantes o en tomar un taxi.

Y tendremos que arreglar a un conocido su plancha a cambio de que él nos repare las tuberías atascadas del baño, y acudir al trueque: «cambio cochecito de niño por batidora»; o usar monedas alternativas. Algunas de estas cosas ya están ocurriendo y, sin duda, se van a extender más.

¿Qué pasará entonces?. Será la consecuencia de vivir en estos tiempos revueltos, promovidos por estafadores e incompetentes que nunca ven satisfecha su codicia.