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‘El futuro será calvo’

Hoy es viernes, así que vamos a exagerar

En una comida familiar conocerás tu destino. Será una visión. Te darás cuenta de que tu padre, tío y hermanos, son calvos. Empieza la cuenta atrás. Ese día llegará. Solo una costosa operación podrá evitarlo. Horror vacui (miedo al vacío). Estás jodido.

De entre todos los terrores modernos la alopecia masculina es como un habitáculo subterráneo. En cuanto surge el problema, nos hacemos los suecos (¿habrá suecos calvos?). Nos rapamos el pelo y decimos: ¡OMMM! Listo. Nadie se entera. Mejor ser budista que bola de billar. Orgullo de kundalini. Cabezas que iluminan el mundo.

Adoptaríamos el ideario skin head si fuera necesario. «¡Yo siempre fui facha!», soltará el hippie que perdió las rastas a los cuarenta. Inventamos nuevas tribus urbanas: calvos con barba talibán, por ejemplo. Hacemos de la desgracia un don aunque ello implique ser detenido en la frontera de los Estados Unidos.

Pero no es oro toda testa que reluce. En cada calvo habita un heavy frustrado. ‘Metaleros Anónimos’ se juntan los sábados por la noche y lloran en corrillo. Hay nostalgia y patetismo. Corrigen el balanceo de sus cabezas. Maldicen a Megadeth.

En el corto de animación El futuro será calvo, el director francés, Paul Cabon, usa la ironía, la metafísica y el surrealismo para aceptar que un día se enfrentará al destino explícito en la cena de Navidad. Por maldición familiar perderá su pelo y estatus. Caerá como Sansón bajo las columnas corintias que sustentan el éxito y la dignidad.

¿Exagera?

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54 horas para iluminarse con un mandala

This is by far my favourite colour chart 🙂 Blue and Gold. ✌🏼#murderandrose #mandala #art

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La artista es yemení y se llama Asmahan Rose Mosleh y vive en Reino Unido. Sus mandalas son pequeñas maravillas hechas con paciencia y pintura acrílica. Entre 8 y 54 horas invierte en cada dibujo. 

Estos trazos y pigmentos parece que despiertan a un abstracto pavo real. La pintura es como un ritual de apareamiento, llama a tus ojos el símbolo que despliega una ilusión geométrica. Estás sometido al espacio concéntrico, perdido en el plumaje que es un círculo de círculos, sabes que las líneas esconden su secreto en las regiones internas.

It's always these little ones that take the longest to complete.

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El mandala- término que proviene del sánscrito– es conocido por su linaje budista e hinduista, aunque su devoción abarca otras prácticas espirituales y podemos encontrarlo en representaciones de piedra en América o en las catedrales cristianas y las mezquitas árabes (como en el alucinante templo de Isfahán, Irán). Formas complejas, de composición usualmente circular, arabescos extensivos que representan las fuerzas que regulan el universo y que sirven de apoyo en la meditación o el rezo.

LOST FOR WORDS!! One day! i'A 🇮🇷 #esfahan // Photo by @kozx

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Un mandala suele ser un microcosmos que nos guía por el macrocosmos, un símbolo que acoge un significado oculto por desvelar. Decía el filósofo e historiador de las religiones, Mircea Eliade, que el mandala es «a la vez una imagen del universo y una teofanía (manifestación de dios)», un centro para los iniciados que deciden quemar su ignorancia, un apoyo en la concentración.

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