‘El futuro será calvo’

Hoy es viernes, así que vamos a exagerar

En una comida familiar conocerás tu destino. Será una visión. Te darás cuenta de que tu padre, tío y hermanos, son calvos. Empieza la cuenta atrás. Ese día llegará. Solo una costosa operación podrá evitarlo. Horror vacui (miedo al vacío). Estás jodido.

De entre todos los terrores modernos la alopecia masculina es como un habitáculo subterráneo. En cuanto surge el problema, nos hacemos los suecos (¿habrá suecos calvos?). Nos rapamos el pelo y decimos: ¡OMMM! Listo. Nadie se entera. Mejor ser budista que bola de billar. Orgullo de kundalini. Cabezas que iluminan el mundo.

Adoptaríamos el ideario skin head si fuera necesario. «¡Yo siempre fui facha!», soltará el hippie que perdió las rastas a los cuarenta. Inventamos nuevas tribus urbanas: calvos con barba talibán, por ejemplo. Hacemos de la desgracia un don aunque ello implique ser detenido en la frontera de los Estados Unidos.

Pero no es oro toda testa que reluce. En cada calvo habita un heavy frustrado. ‘Metaleros Anónimos’ se juntan los sábados por la noche y lloran en corrillo. Hay nostalgia y patetismo. Corrigen el balanceo de sus cabezas. Maldicen a Megadeth.

En el corto de animación El futuro será calvo, el director francés, Paul Cabon, usa la ironía, la metafísica y el surrealismo para aceptar que un día se enfrentará al destino explícito en la cena de Navidad. Por maldición familiar perderá su pelo y estatus. Caerá como Sansón bajo las columnas corintias que sustentan el éxito y la dignidad.

¿Exagera?

La importancia de tener pelo en las sociedades consumistas es un campo de reflexión filosófica. Hace siglos la cosa versaba sobre el imperativo kantiano. Hoy es el imperativo del implante turco.

En estas tierras suscritas a la estética de Netflix, los personajes televisivos calvos son malos o débiles. Imagina a Jon Snow rasurado. A James Bond. Superman. Thor… El calvo es el nuevo personaje afroamericano gracioso que se cargan a mitad de la serie. En Juego de Tronos es el castrado.

Ningún político alopécico se postula a presidente. Anasagasti no se retiró, fue enviado al Gulag. Solo Putin, zar de zares, macho entre los machos, se atreve, y así lo proclamó en el Kremlin: ¡Волосы, которые имеют значение, находятся между ног! » (link a la traducción)

El pelo transporta al éxito. El pelo es inteligencia. El pelo es bondad, virtud, sensibilidad, liderazgo, buena genética. Debes confiar en un tipo con pelambrera. Nunca te fallará. Entrégale a tu hijo. Invítalo a copas. Que se vaya a Cancún con tu mujer y abuela. Los calvitos en cambio son demonios brillantes. Bestias viciosas llenas de crema solar culpables de un exceso. Asaltarán tu casa. Vaciarán tu frigorífico. Por castigo divino perdieron los filamentos.

¿Exagero?

El vídeo juega con claves parecidas. Humor e importancia. Virtud y rasurado. Imperativos frente al espejo. Reducción al absurdo. Surrealismo.

Horror… Mis entradas crecen a cada día que pasa. La pista de aterrizaje ilumina a los insectos nocturnos. ¡El Prat está cerrado! ¡Dejadme dormir! Yo además de ser calvo «en progreso» soy bajito «en merma». Pero eso da para otro vídeo. Minoría entre las minorías. Horror de horrores. Declino asistir a cualquier encuentro familiar.

PD: Si eres calvo y feliz y no perteneces a Metaleros Anónimos -o sí-, envía un mensaje mostrando tu orgullo. Prometo publicarlo en el próximo post.

Calvos del mundo, skin heads y budistas: ¡unidos venceremos!. El futuro será calvo o no será.

 

1 comentario

  1. Dice ser José García

    Excelente post y gracias por la recomendación. El video me ha aparecido entretenido y supieron hacerle frente al tema de una forma diferente. No soy calvo pero de vez en cuando me gusta experimentar.

    22 mayo 2018 | 17:06

Los comentarios están cerrados.