Desde que se inaugurara en 2009, este reino desconocido en España, situado en la masa continental china, cerca del Himalaya ocupado, fuera de la Ruta de la Seda, en una zona nublada y rural que llamaremos Yunnan, parece un despropósito.
Un reino que no es tal sino un parque de atracciones. Un divertimento que cuenta con personas de baja estatura como si fueran bufones de feria. Un universo entre kitsch y enigmático, satírico y denigrante, donde estas personas pequeñas actúan como si estuvieran en la corte de un cuento de hadas extravagante.

Los habitantes del Reino de las Personas Pequeñas posan junto a su audiencia tras un espectáculo. Blorg. Wikimedia Commons.
El fotógrafo Giulio Di Sturco, de quien os hablé en una entrada anterior por su trabajo sobre la agonía del Ganges, visitó este lugar y dejó como testimonio sus fotografías.
Personas que no superan los 120 centímetros de alto luciendo atuendos de fantasía; hombres y mujeres que deambulan por las suaves colinas, en un pueblecito inventado cuyas casas de plástico son hongos con chimeneas y hay escaleras de color de rosa.