Una pin-up de la moda suicida. Look de niña sin miedo. Un fashion film de riesgo. Temeridad. Desafío. Inconsciencia. La gata sobre el rascacielos de acero.
Sinceramente, no sé que decir de Angela Nikolau. Solo sé que es rusa, modelo, chica de Instagram (hasta aquí hormona y silicio); sé que corretea por edificios sin arneses, protocolos o leyes, una práctica popular en Rusia. Aquí, las coordenadas erróneas, el juego perverso que en inglés llaman Rooftopping: personas que eluden las medidas de seguridad de los edificios más altos para tomarse, una vez en la cumbre, fotografías o vídeos panorámicos.
Lugares de acceso restringido por su extrema peligrosidad.
Como un cuerpecito que quiere vacilar al abismo. Una modelo que asciende por unas cuchillas que destripan el cielo. Posa sobre estas aristas, su estudio fotográfico, en los límites de la sensatez, donde tu vida depende de la fuerza del viento, el sudor, o el conjuro de la fatalidad.
No sé si es atractivo este dilema. Su rostro angelical, la marca seductora, y un vértigo tremebundo.
Morir por un selfie es un invento moderno. En los buenos tiempos, hace siglos, la mala uva del pintor tenía que ser mayúscula para que ocurriera semejante catástrofe: «un pasito atrás, por favor». India es hoy el país con más fallecidos, seguido por Estados Unidos y Rusia. Nadie lo dejará escrito en su epitafio. Dirán accidente, pero no autorretrato. Dirán juventud, pero no estupidez.
No sé si Angela, como otros deportistas suicidas, lo sabe o, al menos, lo presiente. Miles de seguidores apuestan por el espectáculo de esta chica que podría ser la protagonista de una película adolescente, donde vanidad, riesgo y romanticismo, se unen al abismo magnético.
Lo cierto es que las fotografías te atrapan con el nervio de quien se asoma al acantilado: sientes la inocencia y el miedo (el tuyo); la fragilidad de esta joven que se cree paloma junto a la brutalidad de las leyes de Newton; la belleza despreocupada y la muerte anhelante, que la acecha en la jauría de salvajes rectángulos, en el mismo plano.
Hay rebeldía en esta mezcla de mundos, un impacto inusual, donde la moda y el deporte de riesgo se alían a unos centímetros del desastre. Hay gravedad, cielos aterradores, visiones de bellos cuerpos aplastados contra el asfalto. Chica rusa, ruleta rusa, noches en las que el cazador se llama azar.
Sinceramente, no sé qué más decir. Solo espero que la madre y la abuela de Angela no tengan conexión a Internet. Provocarle un infarto a tu madre con un selfie alocado es otro invento moderno.
Yo podré morir de muchas cosas, pero hay algunas de las que sé seguro que no voy a morir. Ni haciendo submarinismo, ni corneado por un toro en San Fermines, ni asomándome a la cornisa de un rascacielos.
Escribí hace tiempo un artículo de esta chica. Es una locura lo que hace, pero hay que reconocer que las fotos son impactantes y de gran belleza. Esta modalidad de roofing es muy peligrosa y se ha llevado a unos cuantos jóvenes por delante. Espero que le pase nada… Este es el artículo que hice: http://www.flipada.com/angela-nikolau-una-chica-de-altura/
Yo podré morir de muchas cosas, pero hay algunas de las que sé seguro que no voy a morir. Ni haciendo submarinismo, ni corneado por un toro en San Fermines, ni asomándome a la cornisa de un rascacielos.
13 junio 2018 | 11:36
Escribí hace tiempo un artículo de esta chica. Es una locura lo que hace, pero hay que reconocer que las fotos son impactantes y de gran belleza. Esta modalidad de roofing es muy peligrosa y se ha llevado a unos cuantos jóvenes por delante. Espero que le pase nada… Este es el artículo que hice:
http://www.flipada.com/angela-nikolau-una-chica-de-altura/
14 junio 2018 | 08:19
Gracias por aportarlo a este artículo, Javier.
15 junio 2018 | 12:51