El arte fumable de Tony Greenhand

Tony Greenhand (mano verde) tenía un don que aún no había encontrado su espacio natural. Dominaba una técnica considerada ilegal en casi todos los países del mundo: es el campeón mundial liando porros- joint rolling, llaman a este nuevo rodeo en los Estados Unidos, o creative rolling, para ser más exactos-, de hecho, hace algo más: crea esculturas fumables, como le gusta decir. Canutos artísticos, en lengua llana. Su arte liable era ilegal y poco reconocido hasta hace solo unos años.

Entonces se legalizó la marihuana en Oregon y en otros estados para los ciudadanos mayores de 21 años, por referendo popular, y la sustancia despertó todo el poder de la mercadotecnia y de las competiciones que tanto adoran los americanos, ya sea tratándose de los rodeos, de las langostas y cangrejos, y ahora, claro está, de la marihuana. Esto conectó con el hiperespacio de Instagram (tiene casi 300.000 seguidores), que hace famosos a los individuos por leyes que aún no han sido resueltas por los científicos cuánticos. Y así nacen las estrellas de la nueva industria verde americana que solo unos años antes habrían terminado frente a un tribunal.

Los porros de Greenhad no tienen sentido, o parecen imposibles, aunque asegura que son perfectamente fumables. Figuras de arte pop, podríamos decir, personajes de dibujos animados, pulpos de múltiples tentáculos, fusiles Ak-47, palmeras, trenecitos, Mike Tyson, King Kong, interrogantes, Pikachu, Darth Vader… Todos se fuman, todos son efímeros, y solo puede vanagloriarse de ello en estados como Washington u Oregon, donde puede realizar demostraciones, participar en ferias, dejar probar sus inventos a los visitantes, y cobrar jugosos honorarios por liarle porros a los ricos, sin que la poli se le eche encima y le diga que su arte lo apreciarán mucho en la celda contigua al Chapo Guzmán.

Esto debería llevarnos a una reflexión. Cómo cambia la historia por una ley arriba o abajo. Greenhand sería detenido en España porque algunos de sus canutos cargan miles de dólares en hierba (10.000 portaba la colorida versión de una sandía, el considerado el porro más grande del mundo). En Oregon, en cambio, es una estrella que aparece en la revista Rolling Stone. Ley arriba, ley abajo, la escala social cambia. Greenhand ha participado en una película de Gus Van Sant. De delicuente a artista. Greenhand en Arabia Saudí estaría colgado por el cuello. Ley abajo, ley arriba. Greenhand no para de crear esculturas (ha llegado a cobrar 7 mil dólares por ellas) y ha fundado su propia empresa cannábica, junto a su novia Courtney, otra celebrity de la nueva industria verde de Instagram, que considera Oregon, claro está, un paraíso enrollado.

 

 

1 comentario

  1. Dice ser Gnula

    Muy buena esta pagina se la recomiendo por su buen contenido

    13 octubre 2017 | 23:52

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