Las escenas tienden a ser solitarias y están salpicadas de pocos elementos, pueden evocar el thriller y también provocar la sonrisa. El carrito de la compra con ladrillos en lugar de ruedas descansa en un parking desierto. Un chaval negro mira impotente a la bola de baloncesto que acaba de lanzar, atascada porque el aro de la cancha es demasiado pequeño. Dos policías investigan en una zona acordonada un crimen: la víctima es un like de Facebook y una de las pistas numeradas es una pluma color azul claro que hace referencia a Twitter.
Los objetos alterados transforman su función y propiedades originales, hay frecuentes guiños mordaces a nuestra sociedad, el acabado es limpio y elegante… Andrea Ucini maneja los resortes que activan en el espectador reacciones rápidas, crea ilustraciones que son viñetas del presente, instantes verdaderos disfrazados de metáforas.
Se licenció en piano clásico por la Academia de Música de Florencia. El artista Italiano afincado en Dinamarca se define como «ilustrador conceptual» y no considera que la educación musical esté lejos de su oficio actual: formarse como pianista le abrió nuevas vías para expresarse; dibujar es para él una continuación de la música, «un método más profundo de investigación» para desentrañar conceptos y emociones.
Maneja un estilo que atrapa la atención desde el primer momento. La mayoría de las obras que exhibe en su página son encargos para publicaciones.
En la web de la agencia canadiense de ilustración Anna Goodson —que representa al autor desde hace un mes escaso— cada imagen disponible va acompañada del titular del artículo que ilustró en origen. Una serpiente de cascabel de color blanco se disfraza de cisne con una máscara atada al morro, la mascota acompaña a un texto sobre la dificultad de confiar y la conexión equívoca entre la apariencia y la realidad. En una demostración gráfica del peligro de la vida sedentaria, Ucini representa un elegante sillón en el salón vacío de una casa. El mueble tiene atravesada una flecha, no hay nadie sentado pero la punta del proyectil gotea sangre y en el suelo ya se ha formado un pequeño charco rojo.
Helena Celdrán
Muy buenos.
29 marzo 2017 | 11:14