Los pechos de mujer como arma de revuelta 30 años antes que Femen

Flashing in the British Museum, Christine Binnie body painted and photographed by Wilma Johnson, British Museum London, 3 March 1982 - The Neo Naturist Archive

Flashing in the British Museum, Christine Binnie body painted and photographed by Wilma Johnson, British Museum London, 3 March 1982 – The Neo Naturist Archive

Casi tres décadas antes de que las militantes de Femen empezaran a usar los pechos desnudos como pancarta —»si quieres verme las tetas vas a tener que leer mi eslógan», decía la fundadora de la sección española, Laura Alcaraz, siempre seria y segura, en una entrevista—, unas señoras inglesas, bastante fuera del canon de belleza publicitario, se dedicaron a pasearse en cueros por Londres para anunciar que el fin estaba cerca, que el neoliberalismo de Margaret Thatcher era el inicio de un viaje al infierno, que la discrimación nos mancha a todos y que la política es una farsa.

Los Neo Naturistas, un grupo de artistas del happening y las performances y con ardores sociales, se mostraron tal como eran y con todos los pelos al aire —pubis incluídos, tanto en hombres como en mujeres—. Nunca berrearon con ese aire de amotinadas en topless de algunas activistas de Femen —preferían la sonrisa y lo grotesco— y tampoco eran body builders de pechos perfectos —vean a la líder Inna Shevchenko posando con el mismo postureo que las modelos del erotismo suave—.

Los Neo Naturistas eran gente normal, con panza, tetas caídas y michelines. Nunca pretendieron vender mercancía ni creyeron que mostrarse medio desnudo fuese algo más que quedarse medio vestido.

Neo Naturists, Mermaids with Marilyn, Henley Regatta, 1984 - Courtesy of the Neo Naturists Archive

Neo Naturists, Mermaids with Marilyn, Henley Regatta, 1984 – Courtesy of the Neo Naturists Archive

La gesticulación del neonaturismo —desnudarse es eso, simplemente un gesto sin demasiada complicación: debe ser por esa sencillez que la mujeres de Femen gritan tanto y con tan adusto gesto de matonas— fue placentera y subversiva en el sentido estricto, porque también la Policía detenía y multaba a los disidentes en los ochenta. Una exposición en Londres, en la galería Studio Voltaire hasta el 28 de agosto, recuerda el movimiento y sus actividades.

Es el primer repaso retrospectivo a la historia del grupo —el trío fundador de 1981 estaba integrado por Jennifer Binnie, Christine Binnie y Wilma Johnson—. Empezaron haciendo performances de body paint en clubes londinenses con público post-punk, pero pronto redujeron la pintura al mínimo y establecieron dos reglas básicas: siempre a cara descubierta y sin ninguna prenda de ropa interior.

Pronto recibieron el apoyo activo de un centenar de habituales, entre ellos artistas que con el tiempo alcanzarían cierto renombre, como Grayson Perry y Peter Doig, e hicieron ruido, sobre todo cuando comenzaron a diseñar acciones para lugares específicos, como Flashing in the British Museum [foto de apertura de la entrada], una sátira a la seriedad del arte mayor y el dramatismo con que los ingleses se toman los atentados contra símbolos nacionales.

´Neo Naturists, May Day Performance at The Diorama, 1 May 1990 - Courtesy of the Neo Naturists Archive

´Neo Naturists, May Day Performance at The Diorama, 1 May 1990 – Courtesy of the Neo Naturists Archive

En un paisaje cultural pulido, urbano, moderno, hedonista y consolador como el de los años ochenta —el calentamiento previo de lo que estamos sufriendo—, el trabajo de los Neo Naturistas planteba un tipo particular de inocencia anárquica, con frecuentes referencias a las actividades más arraigadas en la inglesidad, como el camping y las ferias campestres.

El cuerpo era a la vez el espectáculo y la metáfora de lo social. Presentando la piel desnuda, pintada con una falta casi edénica de vergüenza, y con los órganos sexuales al aire, las actuaciones del grupo fueron un fresco contraste con el cuerpo cada vez más mercantilizado y empaquetado como objeto sexual.

Neo Naturists, Black Rapport Day, Thames Beach Wapping, 17 July 1982 (Jennifer Binnie, Wilma Johnson, Nico Holah and Bruce Lacey) - Courtesy of the Neo Naturists Archive

Neo Naturists, Black Rapport Day, Thames Beach Wapping, 17 July 1982 (Jennifer Binnie, Wilma Johnson, Nico Holah and Bruce Lacey) – Courtesy of the Neo Naturists Archive

No despertaron el mismo interés que la seriedad que convierte a Femen, al menos en mi opinión, en un fenómeno que causa dolor de cabeza —por prepotente— y huele a mercadotecnia por el canon académico de sus acciones. Los neonaturistas eran espontáneos, no parecían preparar demasiado los asuntos y, finalmente, mostraban la piel desnuda y pintada, que es lo que, al parecer, tanto llama la atención a algunos a estas alturas.

El espacio cultural que organiza la retrospectiva permite bajar gratis un catálogo en PDF de 17 páginas con textos en inglés y muchas fotos del movimiento que usó las tetas un tercio de siglo antes que Femen.

Jose Ángel González

2 comentarios

  1. Dice ser imposible de creer, pero es así la libertad que venden

    En Instagram se censuran los pezones.
    Eso es horrorosa visión del cuerpo femenino Es antinatura, machista total y antibelleza.
    Y lo hacen porque así piensan que están en el buen camino y seguros, negando la realidad total que se esparce a su entorno. Horrible modo de pensar, la burbuja aséptica que tiene código moral global. Terrible.
    Que no hablen de libertad cuando quieren decir censura.

    14 julio 2016 | 16:57

  2. Dice ser Jesús

    Las niñatas de Femen me ponen más.

    16 julio 2016 | 22:34

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