Norman Bates vive en la terraza del MET

Una de los terrazas más seductoras de Nueva York, la del nunca alabado lo suficiente museo MET , en el número 1000 de la Quinta Avenida, está ocupada por una réplica de una de las construcciones que pueblan la pesadilla colectiva: la casa donde Norman Bates habitaba —solo aunque no en soledad, ya me entienden— en Psicosis, la película de 1960 de Alfred Hitchcock.

Desde el 19 de abril, la azotea, una de las más frecuentadas desde la primavera hasta el otoño por las espectaculares vistas sobre Central Park y la mutación lenta y sorprendente, pese a lo cíclico, de los tonos de los 20.000 árboles del parque, contiene una reproducción de la tenebrosa mansión victoriana de Bates, interpretado por el siempre torturado Anthony Perkins, que se empapó para la actuación de la vida y desmanes del asesino en serie Ed Gain, el carnicero de Plainfield, granjero en apariencia modelo que asesinó, despellejó y en algunos casos comió a varias decenas de personas en los años cincuenta —también profanaba tumbas, usaba un cinturón de pezones humanos curtidos y desayunaba un tazón de sopa muy nutritiva como tónico matinal—.

La artista inglesa Cornelia Parker, que solo tenía cuatro años cuando el siniestro y tímido Bates asustó a medio mundo desde la pantalla, ha sido la encargada de construir una escultura que emula la mansión. La obra, a la que llaman Transitional Object (PsychoBarn), permancerá en la emblemática terraza, dominando el centro de Nueva York, hasta el 31 de octubre.

Está fabricada a partir de la madera reutilizada de un viejo granero de tono rojizo y tiene el aspecto y los detalles de una casa real, pero al acercarse el espectador descubre que se trata en realidad de un modelo a escala reducida que consta solamente de dos fachadas, apuntaladas por detrás con un andamiaje.

Photography by Hyla Skopitz, The Photograph Studio, The Metropolitan Museum of Art © 2016

Photography by Hyla Skopitz, The Photograph Studio, The Metropolitan Museum of Art © 2016

Photography by Hyla Skopitz, The Photograph Studio, The Metropolitan Museum of Art © 2016

Photography by Hyla Skopitz, The Photograph Studio, The Metropolitan Museum of Art © 2016

Photography by Hyla Skopitz, The Photograph Studio, The Metropolitan Museum of Art © 2016

Photography by Hyla Skopitz, The Photograph Studio, The Metropolitan Museum of Art © 2016

Parker, nacida en Chesire en 1956 y especializada en esculturas in situ y trabajos de agradable tangibilidad —para celebrar el 800º aniversario de la Carta Magna se dedicó a tejer a mano la entrada de la Wikipedia dedicada al documento, obteniendo una obra de 13 metros de largo y 1,5 de ancho—, afirma que deseaba fundir un una misma obra dos edificios simbólicos: los graneros de un país que germinó gracias a la agricultura y la ganadería de los pioneros y la mansión turbia donde Bates residía en la cima de una colina, sobre el Bates Motel.

Una vez puesta manos a la obra, la artista se enteró de que Hitchcock había encargado la construcción del decorado pensando en la casa que aparecía en otra obra de arte icónica: el cuadro House by the Railroad, que el gran Edward Hopper pintó en 1925.

La información inyectó un mayor entusiamo a la idea de la artista inglesa de establecer un contrapunto drástico entre la coqueta terraza del MET y el skyline de Nueva York.

House by the Railroad. En el centro, imágenes de Psicosis y Gigante. A la derecha, póster de Días de Cielo.

‘House by the Railroad’ (izquierda). En el centro, imágenes de ‘Psicosis’ y ‘Gigante’. A la derecha, póster de ‘Días de Cielo’.

Como ya anotamos en otra entrada de este blog, Hopper en todas partes, el cuadro de la amenazante y ominosa mansión —propiedad. por cierto, del neoyorquino MoMA— es como un decorado que asoma sin cesar:

La mujer de Hopper, Jo Hopper (1883-1968), que se encargaba de registrar con mimo todos los movimientos y obras del pintor, escribió que el óleo House by the Railroad obsesionó durante meses a su marido como metáfora de los males del progreso y el abandono de los valores del viejo mundo en el que había crecido. La solitaria casa victoriana juega un papel central en tres grandes películas: en Gigante (George Stevens, 1956), es la mansión de un millonario hacendado; en Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) es la vivienda materna del protagonista, Norman Bates, y en Días del cielo (Terrence Malick, 1978), el escenario de un drama rural.

Jose Ángel González

1 comentario

  1. Dice ser Leadrk

    Documentaros un poco antes de escribir, por favor… que no cuesta tanto.
    Ed Gein no asesinó a «decenas». Asesinó a dos personas que sea constatable y no leyenda urbana. Los restos humanos provenían de la profanación de tumbas que era su parafilia.
    Nunca admitió, ni se demostró el canibalismo (ni la necrofilia, otra leyenda urbana aunque esta creo que no la citáis). No buscaba comerselos. Siempre lo negó argumentando «que olían fatal».
    Ante semejantes patinazos de corta y pega sensacionalista he pasado de leer el resto del artículo no vaya a ser que contenga el mismo rigor informativo que ese párrafo.

    25 abril 2016 | 19:03

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