La televisión ha creado un mundo esquizofrénico en el que entre el individuo y lo global no hay nada. Alain Touraine

R de Rodrigo (Fresán)


«En el futuro todos seremos directores de cine, todos filmaremos la película de nuestras vidas. Pienso en un mañana cinematográficamente autobiograforme. Pienso en los tiempos que vendrán como estudios por donde caminaremos nuestros días y noches como escenas, secuencias y fundidos a negro. Tal vez, incluso, bailemos y cantemos y entremos en cuadro riéndonos como esos personajes de películas que siempre aparecen por el costado izquierdo de la pantalla con una carcajada en la garganta, sacudiéndose una lluvia falsa y de interiores. ¿De qué se ríen? Entonces lo sabremos, porque la Historia habrá adquirido la textura de un Film Total.»

Leí «Mantra», de Rodrigo Fresán, hace cinco años, y no lo terminé: por miedo, porque sentí que al leer «Mantra» veía pasar mi vida imaginaria tras mis ojos, como si me estuviera muriendo después de haber sido otra persona. Como si me fuera a matar un maligno tumor cerebral ajeno con forma de Sea Monkey.

He vuelto a leer «Mantra», después de cinco años, así pasaron cinco años; y esta vez lo he hecho como un hombre precavido (lo que – dicen – me da valor de dos): he releído «Mantra» bajo la protección de un bolígrafo y una libreta verde donde se lee ‘green’ al pie de cada hoja, donde he ido anotando en la libreta todas las palabras con equis que aparecen en el libro, todas, incluso las repetidas. Todas hasta la palabra ‘Exit’. Una lista de, exactamente, ochocientas setenta y tres palabras con equis hasta ‘Exit’: Salida.

Sólo así puede leerse «Mantra» sin riesgo de, según vamos avanzando en sus páginas, andar perdiendo poco a poco (17, 18, 19,… 531) la memoria propia para acabar acordándonos de otro que fuimos – mexicano -, por eso es tan bueno ser precavido: porque al valer por dos, dejamos que se confunda nuestro otro yo extranjero, mientras nosotros anotamos MéxicoMexicoMexicanspróximoextinguenextrañosaproximarseexacto,… hasta ‘Exit’: Salida. Y al final, escapamos. El otro, por supuesto, ha muerto.

«Mantra» no es una novela. «Mantra» no es para todo el mundo: «Mantra» es una novela que debería leer todo el mundo. Y un canal de televisión en papel para muertos que estuvieron en México, con canales en orden alfabético. Muertos abiertos en canal en orden alfabético: Artaud, Buñuel, Burroughs, Breton, Cortázar, Dylan, Einsenstein, Francis Ford Coppola, Gainsbourg , Huxley,… memoria televisiva de los muertos. Memoria prodigiosa de Fresán, asombrosa capacidad de contar México por dentro, enorme talento para describir los efectos en su escritura y en la vida de esos muertos que ven el televisor, imposibilitados para el zapping, incapaces de apagar el aparato por miedo a verse reflejados en la pantalla oscura.

Libro de viajes pop, fotonovela global mitómana (y a veces, iconoclasta); libro de amor por las fantasías de nuestra niñez, que acaban conformando nuestro paraíso futuro, nuestro espacio de evasión, que Fresán nos revela no como refugio seguro, sino como un lugar tan peligroso que nos puede costar la vida y el precio que cuesta trasladar por aire un ataúd blanco hasta París (¿para qué querremos ahora que nos quede siempre París?)

«Mantra» es México y México es en «Mantra» las imaginaciones de infancia, la dimensión desconocida, un juego de máscaras, la muerte, Dios y Godzilla, la lucha libérrima, 2001: A Space Odyssey, Frida Kahlo, Trostsky y Monctezuma, la telenovela infinita y una enciclopedia de méxicos posibles que no incluye entradas por R (aunque ahora que Javier Marías ocupa el sillón erre mayúscula en la Real Academia Española, tal vez Fresán le pida prestada la letra para incluirlas: erre de Rosebud, por ejemplo, o de Robert Redford. Erre de Rodrigo (Fresán) profundamente contenido en el libro).

«Mantra» es México: extraña, excesiva, exacta, expresiva, explosiva, exhibicionista, exigente, flexible, extraterrestre, tóxica, excitante, exagerada, conexa, convexa, inexplicable, asfixiante, existencialista, extrema, textual, exterminadora, experimental, extática, taxidérmica, extraordinaria. Mantra es excelente.

«Te mintieron, te ocultaron la verdad: no es una eterna luz blanca al final de un breve túnel negro sino un eterno túnel negro al final de esta breve luz blanca que ves ahora y que aquí se apaga para ya no encenderse.»

[Este texto saldrá publicado – próximamente – en la revista literaria colombiana Pie de Página, junto con la entrevista que le hizo a Fresán mi amigo Javier Moreno.

Lo que significa – amigos lectores – que os he dado a leer una primicia.]

3 comentarios

  1. Dice ser Plusque

    R de ronronear. D de disculpar.

    03 julio 2006 | 11:07

  2. Dice ser Plusque

    Corrijo.R de ronronear, E de eXcusar.

    03 julio 2006 | 11:08

  3. Dice ser Alvy Singer

    Bluff.(Suspiro de urgencia para leer ya a Fresán)

    04 julio 2006 | 1:42

Los comentarios están cerrados.