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Si la arquitectura te rodea, deberías empezar a fijarte en ella

Crisis? What crisis?

Dos semanas. Sólo dos semanas han bastado para que donde había crisis ahora todo sean parabienes y esperanzas. Un magnate americano semiretirado compra unas acciones de una constructora por aquí, unos fondos buitres dicen disponer de 20.000 millones de euros para invertir en activos inmobiliarios por allá, mucha necesidad bien aliñada con cuarto y mitad de fe ciega…et voilá, como dijo Supertramp, crisis?, what crisis?

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No es que quiera yo negar esta oleada de desesperado optimismo que nos llega a espuertas desde los telediarios, es sólo que no tenemos aún ni siquiera plantada la semilla del brote, y ya pretendemos ver como asoma por esa baldía maceta que tenemos en la ventana de nuestra economía. Al menos en este sector nuestro, que por cierto después de al menos seis años de crisis renace debajo de ese nuevo sector productivo que no hemos sido capaces de inventar, para convertirse otra vez en lo que debe liderar la actividad. Construcción. No es que me parezca mal, ni mucho menos, es solo que no aprendemos.

Hace ya mucho, escribía esto y sigue siendo tan vigente como entonces:

No busquéis los brotes verdes. No han nacido todavía.
No, este blog no se ha reconvertido en político, no tengo alma de tertuliano, no vengo hoy a vaticinar grandes catástrofes ni a decir que ésto ya lo veía yo venir desde hace tiempo.
Es solo que hay cosas que no tienen otro camino.
En nuestro país, la economía, se basa en la construcción y en el turismo. Y no por que seamos unos especuladores patológicos ni por que tengamos almas serviles cuando vemos un rubicundo europeo. Ni mucho menos.
Es por que no tenemos otra cosa.
Cualquier sector económico en el que penséis, supone porcentajes del PIB ridículos, salvo el del turismo y el de la construcción. No hay minería, no hay industria, no hay agricultura extensiva, salvo pequeñas zonas muy localizadas.
Y la construcción está muerta.
El proceso de realizar un edificio nace aproximadamente dos años antes de que el primer operario entre en la parcela.
En este tiempo, se hacen estudios económicos, geotécnicos, de viabilidad, de edificabilidad…y por supuesto un proyecto arquitectónico que luego se llevará a cabo.
Y os puedo asegurar que en los estudios de arquitectura no entra un solo cliente.
Eso quiere decir que al menos durante los dos próximos años, esos operarios, el grueso del paro actualmente, no va a tener ninguna obra que realizar.
Me puedo equivocar, lo deseo incluso. Pero es lo que pienso.

Hoy vuelvo a desear equivocarme. Y lo hago porque aunque todos sabemos que no se va a construir nada, no confío en que todos esos activos a bajo precio que se están comprando con la esperanza de venderlos revalorizados en menos de cinco años, consigan repuntar su precio, si como parece nadie va a poder comprarlos ni a su precio actual ni mucho menos después de esa esperada subida. Y cuando todos esos fondos, que pueden proceder de fondos de pensiones, de pequeños y medianos inversores, de bancos extranjeros o españoles descubran que ésto no sube, ¿a quien le pedirán que los salve? ¿a nosotros con nuestros impuestos? ¿a los organismos europeos con nuestros impuestos? ¿al fondo monetario internacional con nuestros impuestos?

Nota del arquitectador: El viejo tío Bill compra acciones de FCC, donde yo me dejé casi seis de los mejores años de mi vida. Por aquel entonces, como en la zarzuela, era de una morena y una rubia. A mí me gustaba más entonces, soy un clásico.

4 comentarios

  1. Dice ser Sicoloco del casting de Foolyou

    Entre brotes y capullos nos van podando el dinero y la vida.

    29 octubre 2013 | 11:17

  2. Estamos asistiendo a una estrategia publicitaria coordinada para convencernos de que ya no estamos en crisis. Lo que confirma que, si seguimos escuchando a gobernantes, leyendo periódicos mayoritarios y viendo televisión, nos convencerán de que ya no tenemos problemas económicos, mientras escarbamos en los contenedores de la basura buscando qué comer.

    Primero fue el banquero Emilio Botín, quien dijo que «es un momento fantástico para España. Llega dinero de todas partes» ( Cinco Días, 17-10-2013). Dos días después, el ministro de Economía, Cristóbal Montoro, afirma que 2014 (o sea, en poco más de dos meses) será el año «del crecimiento y la creación de empleo» y que «estamos en las puertas mismas del crecimiento y de la creación de empleo» (Efe, 19-10-2013). El presidente Mariano Rajoy no podía ser menos, y el mismo día afirmaba desde Panamá, en la Cumbre Iberoamericana, que España «está saliendo ya de la crisis con una economía saneada y reforzada» (ElDiario.es, 19-10-2013). La coordinación con El País es total, pues este diario titula: «Los mercados atisban la recuperación», y afirma a continuación que «la economía española despide la recesión más prolongada de su historia reciente» ( El País, 19-10-2013). Al día siguiente, ABC se apunta al toque triunfal y sale a toda plana en portada con «Brotes verdes. Esta vez, Sí» ( ABC, 20-10-2013).

    Por si todo esto a las familias no les sonara ya a música celestial, puesto que no le ven relación alguna con su economía, aparece la agencia estatal Efe y afirma que “la riqueza de la familias sube un 19% y recupera el nivel previo a la crisis» (Efe, 21-10-2013).

    Y si alguien no está de acuerdo, lo que hace es impedir la recuperación. Ahí está de nuevo el ministro de Economía diciendo el día 22 que «quienes cuestionan la recuperación están poniendo en realidad palos en la rueda de la propia recuperación» (ElConfidencial, 22-10-2013).
    La verdad es que para algunos sí es verdad que no existe crisis. El precio de las acciones de las 35 empresas más poderosas de la Bolsa española ha subido un 30% en los últimos cuatro meses ( Público, 15-10-2013). Y si hablamos de bancos, los siete grandes españoles que cotizan en Bolsa (Santander, BBVA, Caixabank, Bankia, Popular, Sabadell y Bankinter) superaban un 34% su cotización de principios de año ( Público, 23-10-2013).
    En conclusión, Gobierno, banqueros y grandes medios de comunicación acaban de decretar que vivimos un momento fantástico porque a los bancos y a las grandes empresas les va muy bien, el resto ya no tenemos problemas económicos y no tiene sentido quejarnos porque en nuestras casas somos igual de ricos que antes de la crisis, cuando vivíamos por encima de nuestras posibilidades.

    Eso sí, si uno atiende a la realidad fuera de estas voces y mira a los ciudadanos, encuentra datos sospechosos. La quinta parte de los niños españoles se encuentra en la pobreza, según un informe de abril elaborado por Unicef. Igualmente, la Organización Nacional de Trasplantes (ONT) ha denunciado que en el portal de compraventa milanuncios.com aparecían desde hace meses anuncios de españoles que, por necesidades de dinero, estaban poniendo en venta un riñón o un trozo de su hígado ( El Mundo, 19-10-2013). Y si de ofertas de trabajo se trata, la que vimos fue de reponedor en una tienda de alimentación durante media hora los lunes, miércoles y viernes, por un salario de 4,87 euros brutos la hora. Es decir, el trabajador va a la empresa, trabaja media hora, regresa a casa, y a disfrutar de los 2,43 euros brutos que ha ganado.

    Y es que hay gente que parece que no escucha lo que le dicen el Gobierno ni lee la prensa, y se empeña en seguir estando en crisis.

    Pascual Serrano
    26/10/2013
    eldiario.es

    29 octubre 2013 | 11:23

  3. Dice ser carlos

    Tendrías que profundizar un poco más en el simil. Supertramp hizó esta canción y hizó el albúm cuando él primer ministro inglés de entonces, cuando estaba de visita en USA, un periodista le pregunto sobre la crisis, y repondio: Crisis?. What crisis?. Y creo que esto venía al pelo cuando ZP negaba la crisis, porque decía que había desacelaramiento. Es una de esas bofetadas de muchos artistas a la sociedad, como Money for Nothing de los miticos Dire Straits. Lo digo porque tuve el honor y la suerte de ir a los últimos conciertos que tocarón en Madrid, y eso no se borra. Lo dicho, las crisis algunos las ven o no, pero somos los demás los que las sufrimos, y pagamos…..

    29 octubre 2013 | 13:06

  4. Cuando termine la recesión habremos perdido 30 años en derechos y salarios.
    Un buen día del año 2014 nos despertaremos y nos anunciarán que la crisis ha terminado. Correrán ríos de tinta escritos con nuestros dolores, celebrarán el fin de la pesadilla, nos harán creer que ha pasado el peligro aunque nos advertirán de que todavía hay síntomas de debilidad y que hay que ser muy prudentes para evitar recaídas. Conseguirán que respiremos aliviados, que celebremos el acontecimiento, que depongamos la actitud crítica contra los poderes y nos prometerán que, poco a poco, volverá la tranquilidad a nuestras vidas
    .
    Un buen día del año 2014, la crisis habrá terminado oficialmente y se nos quedará cara de bobos agradecidos, nos reprocharán nuestra desconfianza, darán por buenas las políticas de ajuste y volverán a dar cuerda al carrusel de la economía. Por supuesto, la crisis ecológica, la crisis del reparto desigual, la crisis de la imposibilidad de crecimiento infinito permanecerá intacta pero esa amenaza nunca ha sido publicada ni difundida y los que de verdad dominan el mundo habrán puesto punto final a esta crisis estafa —mitad realidad, mitad ficción—, cuyo origen es difícil de descifrar pero cuyos objetivos han sido claros y contundentes: hacernos retroceder 30 años en derechos y en salarios.

    Un buen día del año 2014, cuando los salarios se hayan abaratado hasta límites tercermundistas; cuando el trabajo sea tan barato que deje de ser el factor determinante del producto; cuando hayan arrodillado a todas las profesiones para que sus saberes quepan en una nómina escuálida; cuando hayan amaestrado a la juventud en el arte de trabajar casi gratis; cuando dispongan de una reserva de millones de personas paradas dispuestas a ser polivalentes, desplazables y amoldables con tal de huir del infierno de la desesperación, entonces la crisis habrá terminado.
    Un buen día del año 2014, cuando los alumnos se hacinen en las aulas y se haya conseguido expulsar del sistema educativo a un 30% de los estudiantes sin dejar rastro visible de la hazaña; cuando la salud se compre y no se ofrezca; cuando nuestro estado de salud se parezca al de nuestra cuenta bancaria; cuando nos cobren por cada servicio, por cada derecho, por cada prestación; cuando las pensiones sean tardías y rácanas, cuando nos convenzan de que necesitamos seguros privados para garantizar nuestras vidas, entonces se habrá acabado la crisis.

    Un buen día del año 2014, cuando hayan conseguido una nivelación a la baja de toda la estructura social y todos —excepto la cúpula puesta cuidadosamente a salvo en cada sector—, pisemos los charcos de la escasez o sintamos el aliento del miedo en nuestra espalda; cuando nos hayamos cansado de confrontarnos unos con otros y se hayan roto todos los puentes de la solidaridad, entonces nos anunciarán que la crisis ha terminado.
    Nunca en tan poco tiempo se habrá conseguido tanto. Tan solo cinco años le han bastado para reducir a cenizas derechos que tardaron siglos en conquistarse y extenderse. Una devastación tan brutal del paisaje social solo se había conseguido en Europa a través de la guerra. Aunque, bien pensado, también en este caso ha sido el enemigo el que ha dictado las normas, la duración de los combates, la estrategia a seguir y las condiciones del armisticio.

    Por eso, no solo me preocupa cuándo saldremos de la crisis, sino cómo saldremos de ella. Su gran triunfo será no sólo hacernos más pobres y desiguales, sino también más cobardes y resignados ya que sin estos últimos ingredientes el terreno que tan fácilmente han ganado entraría nuevamente en disputa.
    De momento han dado marcha atrás al reloj de la historia y le han ganado 30 años a sus intereses. Ahora quedan los últimos retoques al nuevo marco social: un poco más de privatizaciones por aquí, un poco menos de gasto público por allá y voilà: su obra estará concluida. Cuando el calendario marque cualquier día del año 2014, pero nuestras vidas hayan retrocedido hasta finales de los años setenta, decretarán el fin de la crisis y escucharemos por la radio las últimas condiciones de nuestra rendición.

    Concha Caballero.
    18 ENE 2013

    30 octubre 2013 | 18:00

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