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Entradas etiquetadas como ‘francisco’

Dichos y hechos del papa

Por Javier Torres Sanz

Jesús insistió sobre todo en que vigiláramos a quienes dicen representar a Dios: “Por sus obras les conoceréis”. El papa Francisco habla de libertad, pero es el único papa que ha visitado Cuba sin querer ni ver a los oprimidos. Dice en Estados Unidos que es una vergüenza la pederastia clerical, pero allí, como en España y otros países, no actúa con energía contra ella.

Papa

El Papa Francisco saluda a Fidel Castro (EFE)

Predica la justicia, pero el Vaticano aún no ha firmado las declaraciones de la ONU sobre los derechos de las mujeres, de organizar sindicatos, etc. Presume, hasta autocalificarse de Francisco, de preocuparse por los pobres, pero aún no hemos visto que este exjesuita -esa «esperanza blanca» de muchos católicos ilusionados, como lo fuera Obama en EE UU- redima a ninguno vendiendo alguna de las incontables riquezas inútiles del Vaticano, e incluso los mendigos más próximos a él siguen durmiendo –ahora con duchas, para que no huelan mal- en la columnata de San Pedro. “Por sus obras los conoceréis”.  ¿A quién haremos caso?

Francisco no es Francesc

Por C. J. Juárez

El papa y Bartomeu

El papa Francisco y Josep María Bartomeu. (EFE)

¿Alguien se acuerda de la bronca que montó el Sr. Carod Rovira en el programa Tengo una pregunta para usted cuando una persona se dirigió a él usando su nombre en español en lugar de hacerlo en catalán? Si no recuerdo mal zanjó la cuestión diciendo algo así como ‘yo me llamo Josep Lluis aquí y en la China Popular’.

Pues ahí tenemos al Sr. Bartomeu regalando al papa Francisco una camiseta del Barça con la leyenda ‘Papa Francesc’. Con un par. Si es que no tienen remedio; en cuanto se mueven un poco se les ve el plumero.

Obispo megalómano y ostentoso

Por Agustín Arroyo Carro

La inoportuna originalidad teutona no deja de sorprendernos. Cuando el nuevo Papa Francisco decide dar un golpe de timón ante ciertos comportamientos de las cúpulas eclesiásticas para intentar recuperar parte de la credibilidad perdida por su milenaria Institución, el autoritario obispo de Limburgo, Tebartz van Elst, con esa modélica pobreza evangélica, gasta o, obispomejor, derrocha, 31 millones de euros en remodelar su palacio episcopal. En principio eran 3 millones los presupuestados. Este prelado tudesco, más propio del Renacimiento que del siglo XXI, no es el único que vive en un palacio, que obviamente necesita un mantenimiento carísimo, sino que la inmensa mayoría de cardenales, arzobispos y obispos católicos, siguen morando en estas inmensas mansiones más propias de príncipes y multimillonarios que de “humildes pastores” de la sumisa grey católica.

El Papa parece que ha reaccionado a tiempo apartándole, de momento, de sus funciones pastorales por el escándalo mediático que ha provocado su manirrota conducta. Hasta no hace muchos años todos los prelados de la Iglesia tenían chófer, cocinera y criadas. El lujo ostentoso es la antítesis de la humildad y pobreza evangélica. Hay que predicar y dar trigo, es decir, ejemplo.

Vergüenza cristiana

Por Javier Gómez Pro

El papa Francisco le declara la guerra a la pederastia dentro de su Iglesia. Benedicto XVI  denunció casos de clérigos cristianos pederastas en Irlanda y EEUU. Pero Juan Pablo II jamás lo hizo. Juan Pablo IITodos nos informamos de esos casos por la prensa, pero él por no manchar el nombre de su Iglesia, ordenaba apartar el problema enviando a esos sacerdotes pederastas de misión a aldeas de Sudamérica o África, donde la incultura hacía de caldo de cultivo para el pederasta. Y ahora a ese señor que debió ser juzgado por cómplice de crímenes de lesa humanidad lo van a nombrar Santo. Siento vergüenza ajena.

Jesús no entraría así en Río

Por Martín Sagrera

Jesús no vivió de impuestos, ni entró triunfante en Jerusalén subvencionado por el Estado, como lo hará el papa Francisco en Río de Janeiro, gracias a las docenas de millones de dólares que el Estado va a sacar a todos los ciudadanos. Y no se diga que la mayoría de los brasileños son católicos: no es cristiano violentar el bolsillo y la conciencia de la minoría. Y los brasileños católicos de verdad protestan, -como ya hicieron los españoles en Madrid- contra esa contraproducente imitación de Jesús. ¿Qué el turismo devolverá esos gastos? Quizá, pero ¿a quienes? Y nunca es lícito hacer el mal para que salga un bien. PAPA

Se exhiben fotos del “humilde” cuarto que albergará al papa en Río, y se alaba su renuncia al “papamóvil”. Pero falta que rechace a ese “homenaje” impuesto a todos. Se repite, pues, en Río, ese gravísimo pecado que se cometió en Madrid en la mal llamada Jornada Mundial de la Juventud, que tampoco es Jornada, porque dura varios días, ni Mundial, sino de la minoría católica, ni casi de la Juventud, porque sólo tres quintos de los inscritos en Río tienen entre 19 y 35 (sí, 35) años.

Esperemos que Río no haya, como hubo en Madrid, ni “piadosos fieles” que agredan a una manifestación legalizada contra esa financiación ilegal y anticristiana, ni quien intente eliminarlos con gases, como un mejicano, ni quien ataque con una navaja por la espalda a un manifestante solitario, hechos que pueden comprobarse en Internet. Jesús no lo habría hecho.

Me llamo Francisco… o la coherencia para no ser fariseo

Por Diego Mas

“Me llamo Francisco” se autodenominó el nuevo papa. Y, aun antes de que lo confirmara él mismo, era evidente que se refería al pobrecito de Asís. Ya iba por ese camino antes y ha dado algunos pasos más estos días. Es de esperar que siga por esa senda y abandone también los malos hábitos que se han ido acumulando en el Vaticano, empezando por el hábito blanco, esa presunción de pureza inmaculada, el vestido de los “sepulcros blanqueados”, los fariseos, que Jesús expresamente condenó también por llevarlo. Y prohíba como sacrílego que le llamen “Padre” y “Santo”, pues el mismo Jesús dijo que a nadie había que llamar “Padre” y “bueno”, sino a sólo Dios. Y que renuncie también al “pontificado”, porque el título de “PoPapa Franciscontífice Máximo” romano era el del ingeniero que hacía puentes, y sólo una necia adulación cortesana hizo que se adjuntara al título del Obispo de Roma.

Más aún: eso será sólo un primer e imprescindible paso. Para ser coherente con la sencillez y pobreza evangélica y franciscana, el nuevo Francisco deberá ser también compresivo, como lo era San Francisco y Jesús en cuanto hombre –sin querer locamente imitar sus actos cuando mostraba su divinidad- respetando caritativamente a los demás, todos, mayorías, como las mujeres, o minorías, como los homosexuales. No será como otros, ostentosamente humildes por fuera pero sólo para tapar su soberbia interior, como tantos “piadosos” fariseos. Así no sólo parecerá sino que será otro Francisco, para bien de todos, incluso de los que no comulgan con él.