Por Javier Gómez Pro
El papa Francisco le declara la guerra a la pederastia dentro de su Iglesia. Benedicto XVI denunció casos de clérigos cristianos pederastas en Irlanda y EEUU. Pero Juan Pablo II jamás lo hizo. Todos nos informamos de esos casos por la prensa, pero él por no manchar el nombre de su Iglesia, ordenaba apartar el problema enviando a esos sacerdotes pederastas de misión a aldeas de Sudamérica o África, donde la incultura hacía de caldo de cultivo para el pederasta. Y ahora a ese señor que debió ser juzgado por cómplice de crímenes de lesa humanidad lo van a nombrar Santo. Siento vergüenza ajena.