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“Mark Twain tendría hoy un blog, pero jamás habría escrito gratis”. Robert Hirst, estudioso de Mark Twain

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Las portadas de los diarios (salvo La Razón, claro) coinciden en señalar el cambio político

Basta con echar un vistazo a las portadas de los diarios nacionales para comprobar que casi todas coinciden en señalar que las elecciones de ayer han producido un cambio político en España. La mayoría hablan del vuelco a favor de la izquierda (El País), el desplome del PP (20Minutos,  edición Madrid), cambio político (El Mundo) y la pérdida de poder del PP pese a la victoria en votos (ABC). Solo La Razón, siguiendo la máxima de que no se debe dejar que la verdad estropee un titular, emplea «Inestabilidad» con un tamaño de letra exagerado para explicar a sus lectores los resultados de las elecciones.

portadas 25 de mayo

Portadas en Internet

Desplome, batacazo, duro golpe… El País, El Mundo y 20Minutos han elegido términos rotundos para titular el día después de las elecciones en Internet (9,30 horas). ABC opta por dar la cifra de electores que pierde el PP, La Vanguardia abre con un artículo de Enric Juliana, «España vira a la izquierda», y El Periódico resume la situación municipal de Barcelona: «Colau destrona a Trías». La Razón, como no podía ser de otra forma, se decanta por un ángulo favorable al Partido Popular: «El PP gana las elecciones pero queda a merced de los pactos de izquierda».

EL PAÍS

Captura de pantalla 2015-05-25 a las 09.27.19EL MUNDO

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20MINUTOS

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ABC

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LA RAZÓN

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LA VANGUARDIA

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EL PERIÓDICO

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Recuerdo de González Ledesma: «Las cucarachas siempre respetaron la hora del cierre»

Francisco González Ledesma. Foto: Wikipedia.

Francisco González Ledesma. Foto: Wikipedia.

Cuando los ordenadores sustituyeron a las máquinas de escribir en la redacción de La Vanguardia, la única Olivetti que quedó fue la de Francisco González Ledesma. Después, cuando colaboró con El País, llevaba a la redacción sus artículos, que seguía escribiendo a máquina en hojas de papel, y aprovechaba para tomar un café con los colegas. González Ledesma, quien falleció ayer a los 87 años, fue un resistente que decidió no emplear los ordenadores.

En su libro Historia de mis calles (Planeta, 2006), González Ledesma recordaba cómo fueron sus inicios en el periodismo. Trabajaba en la editorial Bruguera “desde las ocho de la mañana hasta las seis, buscar a partir de entonces un reportaje, escribirlo, llevarlo, y por la noche hacer de Silver Kane”, un seudónimo con el que escribió más de cuatrocientas novelas que se vendían y cambiaban en los kioscos. Esa es la vida que llevaba el abogado, periodista y escritor, desempeñando los tres oficios en un mismo día, a mediados de los años 60. En 1966, ingresó como redactor fijo en El Correo Catalán, un periódico que, según González Ledesma, tenía la redacción “más romántica y sucia de Barcelona”. Lo explicaba así en su libro de memorias:

Por favor, déjenme entrar con ustedes en aquella vieja redacción de El Correo Catalán, la más romántica y sucia de Barcelona, que entonces estaba en un sótano de la Rambla, entrando por un costado del hotel Montecarlo que, debidamente desinfectado, aún existe. Lo primero que encontrabas, en la pequeña sala de redacción, era una tubería del techo que goteaba un líquido inclasificable, sin duda la orina de los turistas. Jaume Castell me dijo que no me asustara: “Son meados internacionales”.

Bajabas al sótano y entrabas en la redacción, o templo de la sabiduría. La empresa —que entonces era de los algodoneros, aunque también tenía capital el alcalde Porcioles— había tratado de instalar allí una especie de New York Times, con departamentos cerrados por cada sección y separados por vidrios. Quería ser una imitación de la todopoderosa Vanguardia, como también querían serlo las páginas de huecograbado. Pero los diligentes redactores del Correo habían ido rompiendo los cristales y sólo quedaban las separaciones de madera, de modo que aquello era una imitación de los treinta metros vallas, y digo treinta porque nunca llegarían a cien. La redacción estaba llena de papeles y restos de bocatas, y de madrugada la visitaban las cucarachas, pero nunca antes. Las cucarachas siempre respetaron la hora del cierre.

En Historia de mis calles, el lector se percata de que González Ledesma guardaba buenos recuerdos de unas redacciones pintorescas donde podía suceder cualquier cosa. “No como las de hoy, que parecen oficinas de La Caixa. Martí Gómez me lo contaba hace poco: “Antes los redactores entraban con una botella de whisky. Ahora, todos llevan bajo el brazo una botella de litro de agua mineral, y yo, al verlos, pienso: Poca cosa haréis”, decía en el libro.

Ya no quedan máquinas de escribir en unas redacciones donde los periodistas salen poco a la calle. A veces solo para ir a sus domicilios. En las redacciones tampoco se enseñan como antes las cosas elementales del oficio. Por eso hay que recordar al último mohicano de la Olivetti, un periodista que aprendió en la redacción, entre otras muchas cosas, que hay que titular las noticias como si se las estuvieras contando a tu mujer. Un consejo que sirve también para los tiempos de Twitter.

 

La Vanguardia quiere reducir un 18% el gasto salarial del periódico

Portada La Vanguardia de 9 de enero de 2015La Vanguardia ha anunciado su intención de disminuir un 18% el gasto salarial del periódico y reducir o suprimir algunos complementos como el seguro médico. El convenio colectivo de La Vanguardia finalizó en 2014 y la negociación del nuevo comenzará este mes de enero.

La empresa no ha querido hacer declaraciones porque se trata de «una negociación interna» y, por el momento, es una propuesta de inicio. Por su parte, el comité de empresa «no está dispuesto a aceptar este tipo de recortes salariales» y trabajan para presentar «propuestas que permitan un acuerdo satisfactorio».

Desde el inicio de la crisis, La Vanguardia ha reducido el sueldo de sus trabajadores en un 5% y lo ha congelado en los demás ejercicios. También han recortado en otros conceptos como la antigüedad y el plan de pensiones. Para el comité de empresa, la propuesta resulta incompresible porque «las cuentas del diario están saneadas». Para obtener más beneficios, «se trata de aumentar los ingresos y no de recortar los sueldos a los trabajadores«.

La Vanguardia tiene una difusión de alrededor de 140.000 ejemplares diarios, una cifra que para el cierre de 2014 puede ser inferior en un 9% con respecto a 2013. En su informe anual de 2014, la  Asociación Española de Editores de Diarios (AEDE) explica que «desde 2007, los diarios han acompasado la gradual reducción de ingresos con una disminución equivalente de los gastos, en un proceso de contención de costes que se ha acentuado desde 2011 y que, a juicio de Deloitte, ha resultado decisivo para que el conjunto del sector haya alcanzado el punto de equilibrio».

Llama la atención que entre las empresas periodísticas la reducción del coste medio por empleado haya sido de un 4,7% en los años duros de la crisis, según reconocen en el libro blanco de la AEDE, y ahora el tercer periódico español con mayor difusión, de los que se venden en el kiosco, pretenda reducir casi una quinta parte su coste de personal.

El ataque terrorista a la revista Charlie Hebdo en las portadas de los diarios españoles

portadas Charlie HedboUnanimidad en las portadas de los diarios españoles. No soy un fan de las portadas de La Razón, pero debo reconocer que es la que más me ha gustado.