Con la que está cayendo, El País ha puesto en marcha una edición digital en catalán. Mariano Rajoy la saludaba en un artículo que firmaba ayer (Día de la Hispanidad) en El País:
«A nadie le puede extrañar, en efecto, un hecho perfectamente lógico: que un medio con vocación nacional tenga una edición en una lengua hablada por millones de españoles y valorada y querida como propia por todos los demás».
El artículo firmado por Rajoy estaba en sintonía con la explicación que daba el periódico la víspera del lanzamiento de ElPais.cat. Decían en el diario global:
“El principio que anima este paso es el mismo que justificaba el nacimiento de la edición de Cataluña. Una apuesta industrial y periodística que supuso el compromiso de EL PAÍS con Cataluña y su capital, Barcelona. Como se decía en el editorial publicado entonces, se daba aquel importante paso “con el humilde empeño de ampliar en torno nuestro la opinión que nos apoya y hacer más plural y rico el panorama de la prensa y los medios de comunicación catalanes”.
La semana pasada marqué unos cuantos números de teléfono para preguntar si había alguna razón menos grandilocuente que la que daba El País. “Sigue la pista del dinero”, me dijeron desde Barcelona, empleando el consejo de Garganta Profunda a Bob Woodward en el escándalo Watergate.
Entre risas, otro interlocutor respondió inmediatamente: “Por la pasta, claro”. Y me hizo las cuentas. Si han contratado a seis personas para la redacción, más el sistema de traducción automático, más otros gastos tanto de tecnología como de infraestructura, podrán justificar una subvención estructural para proyectos de la Generalitat, que concede el departamento de Cultura.
—¿A cuánto puede ascender la subvención?
—Con toda seguridad, entre 300.000 euros y 1 millón.
Además del reparto de publicidad institucional y de las subvenciones “automáticas” que los medios justifican con su difusión, la Conselleria de Cultura, que actualmente dirige Ferran Mascarell, distribuye casi “a la carta” unas subvenciones a los medios. Da la impresión de que basta con que los medios presenten un proyecto relacionado con el catalán y la innovación tecnológica para recibir una ayuda de la Generalitat. En la puesta de largo de ElPaís.cat hubo un despliegue de políticos (vicepresidenta del Gobierno incluida). Pero la intervención más esperada fue la del soberanista Mascarell, el consejero del que dependen las apetitosas subvenciones.
Como el gobierno de Cataluña solo está obligado a dar publicidad a las subvenciones superiores a 3.000 euros al año siguiente de su concesión, en el diario oficial de la Generalitat se encuentran, por ejemplo, las que concedieron en 2010 desde el departamento de Cultura, que fueron publicadas en el boletín el día 10 de marzo de 2011.
En el larguísimo documento, en el apartado de «subvenciones, en régimen de concurrencia competitiva, a proyectos que fomenten y consoliden el espacio catalán de comunicación para empresas periodísticas privadas editora de prensa en soporte papel». Entre otros, llama la atención que el Diari Ara, que aparecía entonces, recibió 990.000 euros para la “Edición del nuevo diario generalista Ara en catalán” .
Como el primer ingreso llegará con toda seguridad del catalán, Juan Luis Cebrián, presidente del Grupo Prisa, habló en catalán a los congregados en la presentación de ElPais.cat que se realizó en el Macba. Ante una atenta audiencia, abogó, según la información publicada en El País, por el «“Cumplimiento de las normas”, entre ellas la Constitución», y «reivindicó “recuperar el espíritu reformista de la transición” desde “el diálogo y el pacto” para reformar la Carta Magna como mejor vía para defenderla». Todo dicho ante la complaciente mirada de la vicepresidenta del Gobierno, Soraya Sáez de Santamaría, que intentó poner cara de póquer mientras intervenía Mascarell (a las fotos me remito).
Por si cabía alguna duda del respaldo del Gobierno de Rajoy, al proyecto de Cebrián, en el artículo, que firmaba el Presidente en El País con ocasión del lanzamiento de la edición en Catalán, deja claro el papel que espera que desempeñe ElPaís.Cat
«Estoy seguro, por tanto, de que este medio contribuirá a llevar a los hogares catalanes un mensaje muy claro: el del aprecio, tan hondo, del conjunto de los españoles».
Angustiado por lo temporal, Cebrián persevera en el «A Dios rogando, y negociando» para obtener dinero en Cataluña e influencia en Madrid.
La mayor duda es si el catalán de Cebrián llega tarde o no.
Política podrida por la lengua. Austriacos, alemanes, suizos alemanes. Tienen todo en alemán carteles, TV y libros, en las escuela se aprende alemán. Hablan Suizo, austriaco y en Alemania lo mismo según que región. Los catalanes tienen poder y mas que poder. Somos humanos comuniquémonos lo mejor posible. Pena tantas lenguas para separar a las personas como en la edad de la piedra. Es de ignorante poner también algo en catalán y algo en español como pasa con 20minutos de Barcelona.
13 octubre 2014 | 16:39