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La promesa de no mirar a otro lado

(kreaWERFT / PIXABAY)

Hay muchas formas de ayudar a los animales: se puede ser casa de acogida temporal; ser socio o hacer donaciones a una protectora; ser voluntario ayudando de muchas maneras distintas, desde mantener sus redes sociales a pasear perros o ayudar a reparar las instalaciones; participar en grupos de rescate…  Son muchos los caminos posibles, pero entiendo que distintas circunstancias impidan que nos desviemos de nuestro día a día para transitarlos. Bastante complicado es ya sobrevivir con bien. 

Pero hay algo que sí se puede hacer, algo que fortalece nuestra humanidad, y es simplemente no mirar a otro lado si nos encontramos durante nuestro caminar ante un animal desamparado. Puede ser un gatito huérfano, un perro abandonado, un maltrato del que somos testigos, etc. Si el destino lo pone delante de nosotros, algo debemos hacer por él. Supondrá que desviemos del rumbo trazado, pero tendríamos procurar proporcionarle asistencia, por mínima que sea.

Os invito a hacer la promesa de ayudar al ser necesitado que os encontréis. No es preciso ir buscando activamente a quién prestar auxilio en forma de caricia, alimento, techo o denuncia; basta sencillamente con no ignorar, no dejar pasar a los que el azar nos ponga delante. Puede que jamás suceda, pero haber hecho conscientemente ese juramento de antemano nos ayudará a reaccionar. Y no solamente cuando sea un animal, por supuesto.  

Guardar esa promesa en nuestro interior nos ayudará además a sentirnos un poquito mejor con nosotros mismos, algo que a veces uno necesita desesperadamente. 

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Todos los ayuntamientos deberían hacer públicos los números de cuántos animales abandonados recogen, cuántos son sacrificados y cuántos encuentran un hogar

Mucha gente, muchos amantes de los animales, desconocen que existen perreras municipales y protectoras y sus diferencias.

Las primeras, que han ido abandonando el nombre de perrera por sus connotaciones negativas, son un servicio que las administraciones municipales están obligadas a ofrecer de recogida de animales. Está costeado con dinero público y su concesión puede estar en manos de asociaciones protectoras, pero también de cualquier otro tipo e empresa o entidad. Las hay gestionadas con criterios éticos, con frecuencia con el reto de tener pocos recursos para llevar a cabo su labor, y las hay para las que  el bienestar animal es totalmente secundario y en las que los sacrificios injustificados están a la orden del día. En todas ellas se pueden encontrar voluntarios, además de los trabajadores contratados para atender a los animales.

Las segundas son asociaciones privadas, que cuando no tienen espacio para albergar más animales pueden negarse a recogerlos, al contrario que las perreras municipales. Las hay buenas, malas y regulares en su organización, instalaciones y métodos pero salvo rarísimas excepciones se dejan el pellejo por los animales abandonados, haciendo un trabajo que sería responsabilidad de las administraciones públicas.

(JORGE PARÍS/ARCHIVO)

No son mundos estancos. No es raro que colaboren entre ellas en mayor o menor grado. A veces una protectora que ya está funcionando obtiene la concesión municipal de una perrera que ya estaba funcionando. A veces, una asociación de ánimo proteccionista que tenía una perrera municipal, pierde la concesión, consigue otras instalaciones y sigue operando de manera privada.

Lo que siempre me ha preocupado es que también hay muchas personas, muchos amantes de los animales, que no saben cómo funciona la perrera de su municipio. No parece preocuparles si es un lugar al que poder llevar un animal que encuentran abandonado sabiendo que tendrá un buen trato y procurarán buscarle un hogar o si es un campo de sufrimiento y exterminio.

Creo que es nuestra responsabilidad si nos consideramos animaleros informarnos de cómo funciona ese servicio de recogida de animales de nuestro ayuntamiento,  cómo se gestiona y quién tiene la concesión. Deberíamos pedir que los ayuntamientos rindan cuentas, que sean transparentes dando números sobre cuántos animales entran en sus instalaciones cada año, cuántos son sacrificados y cuántos encuentran un nuevo hogar y que se impliquen activamente realizando campañas de concienciación y adopción.

¿Tú sabes cómo funciona tu perrera municipal? ¿Sabes si se esfuerzan en salvar vidas?

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«Si te gustan los animales tienes que entender que algunos no se pueden tener como mascota»

Fue hace cuatro veranos, en Bretaña. Paseaba con mi perra a primera hora en torno a la granja en la que nos alojábamos, rodeada de verde y apartada de todo. Tomé una curva y allí estaba, en medio del camino. Demasiado hermoso, como un espíritu de los bosques; de un rojo que resultaba aún más intenso contra la vegetación. La aparición más bella, una imagen que jamás olvidaré. Apenas me miró un par de segundos antes de salir corriendo, cruzando un prado de pastos como una flecha ardiente.

Me recuerdo reflexionando que algo tiene que estar roto en aquellos que vean tanta belleza y su impulso sea destrozarla de un escopetazo.

(GTRES)

Entiendo que los zorros protagonicen tantos cuentos y leyendas. Lo que no entiendo es que haya personas que quieran transformar esa libertad en un peluche, sepultando las necesidades de un animal así bajo sus gustos y deseos.

Hace unos años que se está popularizando el tener un zorro como animal de compañía. Lo mismo sucede con el coatí, el mapache, el suricata o el fénec. Y tal vez os sorprenda descubrir que no es nada difícil conseguir uno si tienes el capricho. Google está lleno de posibilidades, igual que de preguntas frecuentes que recibe como «¿Cuánto vale un zorro de mascota?” o «¿Cómo puedo tener un zorro de mascota?».

No lo concibo. De verdad que no me cabe en la cabeza. Teniendo animales tan adaptados a vivir con nosotros como los perros y los gatos, y que aún así suponen retos y responsabilidades que muchos no son capaces de afrontar, abrimos el campo a otros animales exóticos, con las dificultades de todo tipo que entrañan, cuya naturaleza pide campo y no casa, que pueden convertirse (ya se están convirtiendo) en problema medioambiental.

Si con frecuencia no sabemos tratar y entender a perros y gatos, ¿cómo asumir la responsabilidad de un animal del que desconocemos casi todo y que además no nació para hacernos compañía?.

Luego hay sufrimiento animal, hay abandonos y especies invasoras. Pero es que el vídeo del zorro que vi era tan mono. La celebridad que me gustaba ponía tan bonito tener un mapache…

Ana Jiménez (Myles en redes sociales) es bióloga, autora del libro Azul vivo y divulgadora científica. Ayer mismo pedía «por favor, compartid este hilo o directamente estas palabras donde podáis». Un hilo nacido de un vídeo que se ha hecho extremadamente popular y polémico y que entronca con mis reflexiones y que, atendiendo a sus deseos, aquí os dejo esperando que llegue al mayor número posible de personas.

Los zorros no son animales domésticos. No son mascotas y no deben ser tratados como tal. Las mascotas exóticas en general son un problema bastante grave y además están cada vez más de moda, pero si empiezo a hablar de ellas no acabaré nunca, así que centrémonos.

Cuando en un primer momento critiqué el material de este vídeo, algunas personas vinieron a contarme que está grabado por una persona que se dedica a rescatar zorros de granjas de pieles y demás y a ver… Eso está muy bien. Pero no los saques de la sartén para caer al fuego. Las granjas de pieles deberían desaparecer, son extremadamente problemáticas tanto a nivel de bienestar animal como a nivel ecológico, eso no se puede discutir. Pero si vas a sacar a los zorros de la granja debe de ser para rehabilitarlos, no para mascotizarlos.

¿Por qué? Estaréis pensando que esos zorros están viviendo la buena vida y que no hay problema, pero todo esto va mucho más allá. Esto animales acaban perdiendo por completo sus comportamientos propios, se desnaturalizan en ese sentido, los tratamos como a perros. Cuando una entidad responsable, como centros de rescate tipo @CentroRainfer o los zoos modernos que tenemos en Europa rescatan animales de circos, tráfico, etc, lo que hacen es PROMOVER QUE RECUPEREN SUS COMPORTAMIENTOS NATURALES EN LA MEDIDA DE LO POSIBLE, no mascotizarlos. Esto es importante por muchos motivos: que puedan socializar con otros miembros de su especie el primero, pero otro de los problemas graves aquí es que tratando a los zorros como mascotas promueves que… bueno, que mucha otra gente también lo haga.

Solo hay que entrar a los comentarios para ver cuantísima gente dice que ahora quiere tener un zorro, y aunque la mayoría lo diga sin una intención real, otro gran número de personas se va a ver capaz de cuidar de un animal silvestre que parece un perro, pero no lo es. Teniendo en cuenta que los zorros no son como otras mascotas exóticas que tienen menos problemas porque se suelen criar, esto lo que suele promover es el tráfico de animales: se capturan en su hábitat, muchos mueren, otros se venden ilegalmente, por el camino lo pasan fatal.

Y esto lo llevamos viendo por internet con una infinidad de animales silvestres (como lemures, mapaches, loros…) desde hace años, y siempre es el mismo cuento y nunca se acaba. Si te gustan los animales tienes que entender que algunos no se pueden tener como mascota.

Esto sin entrar, por supuesto, en que esta tenencia irresponsable de mascotas exóticas además puede acabar en problemas de especies invasoras que acaban con millones de animales autóctonos todos los años (gatos, cotorras…). Y luego vienen los lloros porque hay que sacrificar.

Si a la persona que graba los vídeos verdaderamente le preocuparan los zorros, no los trataría como a mascotas, trataría de que su comportamiento se renaturalizara y de que vivieran en hábitats aptos para ellos cuando no puedan ser devueltos a la naturaleza. Muchísimos zoos cada año se hacen cargo de cientos de animales de este tipo, y aunque evidentemente los cuidadores y los animales acaban teniendo una relación muy estrecha, eso no quiere decir que los traten como a mascotas, no tiene nada que ver con lo que vemos en los vídeos.

Así que por favor, si te gustan los animales, te pido que no compartas este tipo de vídeos con comentarios tipo «quiero un zorro« (o cualquier animal de turno), sino que lo hagas señalando que esto no es bueno para ellos y que no están tan rescatados como parece. Esos animales muy difícilmente volverán a comportarse como zorros y a socializar como zorros, y pueden a su vez fomentar que otros animales que viven silvestres sean capturados y sufran destinos terribles. Seamos coherentes con quienes decimos ser.

 

A los gatos de la calle no hay que exterminarlos, hay que controlarlos de manera ética

Es verdad que las colonias felinas no controladas son un problema; en primer lugar para los gatos, que llegan al mundo condenados a tener una vida corta y llena de sufrimiento. Es cierto que si se alimenta a los felinos de la calle sin cabeza y se les deja nacer, crecer y, sobre todo, enfermar y morir, a su libre albedrío pueden suponer ocasionalmente un problema de salubridad. También es innegable que estos animales en libertad son una amenaza para la fauna silvestre, algo que causa no pocos enfrentamientos entre conservacionistas y defensores de los gatos.

Pero los gatos no son alimañas, las colonias de felinos que sobreviven como pueden en nuestras ciudades por culpa del abandono y la negligencia de los seres humanos no son «una plaga que hay que eliminar» como ha afirmado el  primer teniente de alcalde de Santa Cruz de Tenerife. No es el único gestor público que cree, erróneamente, que la captura y el sacrificio es la única solución.

Son seres vivos únicos, irrepetibles. Son vidas que tienen valor y es responsabilidad del ser humano buscar soluciones humanitarias para estos animales, porque somos nosotros la razón de que estén malviviendo y ‘peormuriendo’. No debería ser necesario recordar que los gatos no saben buscarse la vida en la calle.

Cada vez más consistorios hacen lo correcto, apoyan los programas  CES, de captura, esterilización y suelta, se coordinan con asociaciones cuyo fin último es el bienestar de estos animales, limitando el número de camadas que tienen, buscando adopciones para aquellos animales que necesitan a salvo en un vivir en un hogar, controlando el espacio que ocupan estas colonias, alimentándolas y procurándolas asistencias veterinaria cuando es preciso.

En marzo hablé con Mercedes Hervás, presidenta de la Asociación AGAR que gestiona las colonias de gatos ferales del madrileño parque del Retiro. Cuando AGAR asumió su protección en 2008, había más de 400 gatos censados por el ayuntamiento. En esos momentos había unos 270 censados, de los que 210 estaban esterilizados y un gran porcentaje también chipados. Un ejemplo de lo que se puede conseguir con esfuerzo y siguiendo la senda ética.

Esta colaboración entre ayuntamientos y proteccionistas está lejos de funcionar de una manera perfecta, faltan fondos, entendimiento, preparación… pero es el camino correcto a seguir, a lo que hay que tender en todas las ciudades.

De hecho, la futura Ley Integral de Derechos Animales de ámbito nacional en la que trabaja el Gobierno tiene como uno de sus punto a desarrollar el establecimiento de criterios para controlar las colonias felinas, para que el exterminio no sea nunca la opción a aplicar.

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Los Premios 20Blogs incluyen una nueva categoría: ‘Animaleros’ para sitios centrados en los animales de compañía

En 20minutos buscamos blogs protagonizados por los animales de compañía, la protección animal y su tenencia responsable. Sitios en los que encontrar recomendaciones para su cuidado y experiencias compartidas.

Animaleros se llama una de las nuevas categorías de los Premios 20Blogs, que ya están en su XIV edición y cuya inscripción abrió en julio y termina el 29 de septiembre con la opción de ganar 5.000 euros y convertirse en bloguero de este periódico como premio principal.

Animaleros, igual que el grupo de Facebook y la newsletter semanal que este periódico ha lanzado este año. Porque los animales y su bienestar nos importan. 

Durante todos estos años de Premios 20Blogs nos hemos encontrado con muchos blogs sobre animales participando, blogs que buscaban entre las categorías existentes el mejor acomodo y que, en ocasiones, se han llevado el galardón. Ahí tenéis por ejemplo a Fotopets hace tres años.  

Pues este año hay una categoría pensada para ellos.  Os animo a participar si tenéis una web así, porque más allá del premio es una iniciativa que puede contribuir a que mejore cómo tratamos a los animales.

Los ganadores a mejor blog solidario en 2017: Fotopets, retratistas de animales, recogen su premio. (ELENA BUENAVISTA)

«En época de crisis económica siempre se recorta la ayuda a las protectoras y se incrementan los abandonos»

Arranca un curso que se antoja complicado para los animales de compañía y las personas y entidades que velan por su bienestar. En una situación de crisis como la que enfrentamos, con el número de parados en escalada constante, muchos sectores y servicios gravemente afectados por la irrupción del coronavirus y nuevos retos impensables hace un año para poder conciliar y organizar nuestro día a día, ellos también sufren las consecuencias.

Que los abandonos aumenten es la más previsible. A falta del estudio anual de Fundación Affinity, el más veterano y riguroso que suele llegar antes del verano pero que este año se está retrasando, tenemos los cálculos de la Real Sociedad Canina que dijo en agosto que se han incrementado un 25% respecto al año anterior.

A comienzos de abril, recién inaugurado el estado de alarma por la Covid-19, tuve la oportunidad de entrevistar a Mati Cubillo, responsable desde hace unos quince años de la Federación de Asociaciones Protectoras de Animales de Madrid, FAPAM, que asesora a asociaciones de toda España.

Durante esa larga charla era inevitable hablar del impacto que la ya entonces previsible crisis económica iba a tener y que ya se estaba notando: «ya se está ayudando a gente que ha sido despedida de su trabajo por esta crisis causada por el Covid-19 y tenían que operar a su animal y no tenían dinero. Y se va a ir notando más. Hay personas que no se quieren deshacer de un animal pero no puede pagar una cirugía o un tratamiento que necesita. También gente que, por ejemplo, tiene que mudarse a una habitación de un piso compartido y no se lo puede llevar pero sufre por tener que separarse de su animal. Y por supuesto los que aprovecharán la crisis para deshacerse del animal. Y las asociaciones tampoco tenemos recursos para ayudar a todas estas personas».

Más allá de los abandonos, también se ven mermados los recursos de esas entidades de protección animal, que en gran medida están asumiendo una responsabilidad que corresponde a las administraciones públicas. Hay menos voluntarios, menos casas de acogida, menos socios, menos donaciones…

Así lo contaba Mati: «En época de crisis económica, si tienes que recortar, recortas de lo que no es imprescindible para ti y para tu familia, como las ONGs de los animales. Es normal, vienen tiempos muy malos y por muy solidario que seas tu familia tiene que comer, tienes que pagar la luz, el agua y el alquiler. Ya pasó en la última crisis».

Y la última crisis no trajo de la mano unas restricciones que también afectaron a las formas que tienen de ingresar fondos y sumar socios estas asociaciones. Para ellas son vitales los mercadillos, los eventos solidarios de toda índole, los puestos en comercios afines o a pie de calle desde los que dar a conocer su labor.

Estos tiempos difíciles requieren que seamos especialmente responsables. Si ya tenemos algún animal bajo nuestra tutela o estamos planeando tener uno, es preciso que entendamos mejor que nunca el compromiso que supone. También es necesario que seamos especialmente solidarios, siempre en la medida de nuestras posibilidades. Hay muchas formas de ayudar, más allá de las aportaciones económicas.

La situación lo requiere.

(JORGE PARÍS)

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Vivan los locos de los perros y los gatos

Sí, somos los locos de los perros y los gatos.

Sabemos lo que ese compañero de trabajo, nuestra hermana, el viejo amigo que conservamos desde el instituto o el vecino que nos pide sal piensan de nosotros, hemos desarrollado la capacidad de leer en cómo nos hablan, en cómo nos miran, que nos consideran el loco de los gatos, el loco de los perros, el loco de los animales en general. Ellos nos tienen en esa consideración, nosotros lo sabemos, nadie dice nada (o al menos nada hiriente) y seguimos con nuestra relación, compartiendo oficina, cenas familiares, cañas y salero.

(JORGE PARÍS)

A veces no es así, a veces nos lo dice alguien con intención de reírse de nosotros más que con nosotros, de poner distancia, incluso de herirnos directamente. De ser así reaccionamos de manera diferente. A veces lo ignoramos, en otras ocasiones nos enfrentamos con distintos tipos de humor más o menos sano o ponemos el grito en el cielo. En algunos casos las relaciones se oxidan, se congelan o incluso se rompen definitivamente.

¿Pero sabéis qué? Que sí, que somos los locos de los perros, los locos de los gatos. Que lo sabemos y lo asumimos, que defendemos nuestra sana locura. Todo el mundo es el loco de algo: del fútbol, de los videojuegos, de la Semana Santa, de los juegos de mesa, de los vinos, de la ropa, de sus hijos, de las motos, del running, de las series.. Incluso la mayoría combinamos varias locuras simultáneas.

La nuestra es una locura sana, una locura que ayuda a otros seres vivos, que deriva en una mayor sensibilidad y empatía. Y mientras esa sana locura no cruce los límites de vivir integrados en sociedad, sin dañar a nadie y felices en nuestro pellejo (y ya no me estoy refiriendo solo a la locura por los animales, también por el fútbol, el running, los vinos y las series), bienvenida sea.

¡Qué vivamos los locos!.

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Los animales de compañía y los retos virales

No hace tanto que los retos virales llegaron a nuestras vidas. Y lo han hecho para quedarse, incluyendo a veces a los animales de compañía. Nada que objetar mientras el reto en cuestión resulte inofensivo, sea un simple divertimento en el que el perro, el gato o el hámster también lo disfruten.

El problema es que, igual que hay retos que se ponen de moda y resultan peligrosos para la integridad física de los bípedos que los protagonizan, también los hay que no tienen en cuenta el bienestar animal. Ves a perros, gatos o hámsters estresados, queriendo huir de aquello en el mejor de los casos; corriendo riesgos en el peor.

Esta semana fue noticia el último, nacido e impulsado en TikTok consistente poner a un gato boca abajo y usarlo como si fuera un teléfono para recrear una escena de Sandra Oh en Princesa por sorpresa. Algunos vídeos claman al cielo por la forma en la que tratan a los gatos y los veterinarios ya han alertado de los riesgos de lesiones que implica, más allá de lo aterrador que pueda resultar para ellos.

@zayeduhHe’s so sweet to me 🥰 ##fyp ##catmom♬ original sound – maddieyoungman

Esta noticia me recuerda el reprobable ‘shake your pet challenge’, consistente en zarandear al perro o al gato (mejor si estaba dormido o tan tranquilo) buscando una reacción de huida o enfado.

@morganbollinger8Shake your pet challenge ##shakeyourpetchallenge ##danny ##cliniccat♬ 123start – cyrusaho

@pandoranox##shakeyourpet Part 2 ##shakeyourpetchallenge ##dog ##doggo ##puppy ##vienna ##fy ##fyp ##fypage ##austria ##funny ##funnydog ##pet ##petchallenge ##challenge♬ 123start – cyrusaho

Pero incluso en los que se les hace bailar Kulikitaka, dar palmas mientras suena Mr.Sandman, saltar torres de papel higiénico o convertirlos en teletubbies, te encuentras con facilidad a poco que sepas interpretar el lenguaje corporal a animales enfadados, con miedo y nerviosos.

@entonces.bishop¿Te apetece un baño? ##parati ##funnymoment ##funny ##epic ##cat ##gato ##foryou ##humor ##viral ##virał♬ Patatak – mihnea.craciun


Lo siento, seré un muermo, pero lo primero es su bienestar, muy por encima de los seguidores, visualizaciones o risas que se puedan conseguir haciendo tontunas. Y habría otro debate sobre el respeto a la dignidad intrínseca de nuestros animales, que no están ahí para ser nuestros payasos.

Voy a terminar pidiendo no solo que no hagáis que vuestros animales lo pasen innecesariamente mal con estos retos virales, también que no alimentéis que otros lo hagan. Si veis a gente en redes abusando de sus mascotas de esta manera, no les sigáis, no les riáis las gracias, haced que recapaciten. Si os gusta ver animales en redes sociales, seguid las cuentas de las protectoras.


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El antes y el después de un gato obligado a vivir en la calle

Hay algunas afirmaciones que logran encenderme al instante de escucharlas. Una es esa, tan extendida de, que los gatos saben apañárselas en la calle. Que si son estupendos cazadores, que si saben buscarse estupendamente la vida para buscar alimento y cobijo, que si lo que no es normal es tenerlos encerrados en un piso…

No es más que el cuñadismo llevado de manera extrema al mundo de los gatos. Todos esos que afirman que los gatos callejeros son los más felices, justificando a conciencia o no el abandono de muchos de estos animales, deberían hablar con cualquier persona que gestiona una colonia felina, la voz llena de experiencia para narrar lo mal que lo pasan, lo pronto que mueren, lo mucho que enferman, que, en definitiva, no es vida para ellos.

Blaki es un ejemplo llegado de Córdoba, de la protectora El amigo Fiel. que cuenta que empezó a aparecer de manera intermitente hace un par de años en una colonia que ellos controlan siendo un precioso gato de angora negro.

«Con el tiempo hemos ido viendo como se iba consumiendo y empeorando. Es el ejemplo del abandono y de la mentalidad arcaica y retrógrada de que los gatos se buscan la vida en la calle», explican desde la protectora, que necesita toda la ayuda que se les pueda ofrecer en forma de voluntarios, adopciones, acogidas y donaciones para continuar con su valiosa labor.

«Han sido muchos días de intentos e inventos caseros para poder cogerlo, ya que con la jaula trampa y de la manera habitual, era imposible que entrara. Finalmente lo capturamos y por desgracia ha sido cuando estaba en las últimas. Blaki ha estado ingresado. Se ha esterilizado, desparasitado interna y externamente, se le ha hecho marcaje en la oreja, se le han hecho analíticas y se le ha practicado una segunda cirugía, además de la castración. Creíamos que iba a perder el ojo por la gran infección que tenía y su estado en general, pero nuestros veterinarios han conseguido estabilizarlo. El problema venía de una espiga que tenía clavada en la cara desde hace mucho y le estaba provocando un dolor terrible. Ya está fuera de peligro y le han dado el alta. Ahora mismo lo tenemos en una jaulita hasta que termine todo el tratamiento de antibióticos y antiinflamatorios. Cuando esté recuperado totalmente lo soltaremos en la colonia felina, que para él (por desgracia), es su único hogar», cuentan.

Porque esa es otra. Hay muy poca gente que adopta gatos adultos. Los hay por decenas de miles, y si ya es complicado lograr un hogar para todos los cachorros que nacen, conseguir casa para los que ya no son adorables bolitas de pelos es casi un imposible.

Si además no son gatos adultos cariñosísimos sino gatos con un pasado que les ha hecho desconfiar y para el que es preciso una dosis extra de paciencia, es poco más que un sueño. Ese es el caso de Blaki: «no es un gato que haya nacido en la calle y sea feral, sino un gato casero que se ha tenido que asilvestrar para poder sobrevivir. ¿Pero quien quiere un gato adulto y que no se deja manipular? Ya te digo, nosotros tenemos gatos así y la convivencia puede ser buena y feliz para ellos, con ciertas limitaciones, pero con una calidad de vida digna. Ojalá alguien tuviera el compromiso de trabajar con él y darle su tiempo».

Necesitamos que los  ayuntamientos se impliquen de verdad en la protección animal. Unos más, otros menos, vez más van colaborando para las colonias estén bien controladas y cuidadas, para que se les aplique el método CES (captura, esterilización y suelta) y se les mantenga en buenas condiciones. Algo que, como casi todo, no sale gratis ni mucho menos. Pero hay muchísimo camino por recorrer, en toma de conciencia de las instituciones públicas y una consecuente adopción de medidas; y también en una toma de conciencia por parte de la sociedad, que si quiere animales la adopción es la opción más ética, que debe esterilizarlos  y asumir la responsabilidad hasta el final, sin excusas baratas y falsas para justificar el abandono como que se saben buscar la vida en la calle.


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¿Te animas a ser casa de acogida de un perro o de un gato abandonado este verano?

Los cachorros, los animales convalecientes, los ancianos, aquellos para los que no hay hueco… necesitan con frecuencia casas de acogida temporales; personas  que generosamente cuiden de estos perros y gatos hasta que puedan ir a las protectoras o, si la suerte les sonríe, a un hogar definitivo. ‬

Todas las asociaciones trabajan con casas de acogida, de hecho las hay que no tienen instalaciones propias y solo pueden salvar vidas gracias a ellas. Son un sostén imprescindible para mantener en pie la frágil y voluntarista estructura de la protección animal en nuestro país.

Normalmente durante el verano es aún más complejo gestionar esta red de acogidas. Hay mucha gente que se ausenta, que no puede comprometerse a prestar estos cuidados. Si siempre resultan imprescindibles, en los meses de vacaciones lo son aún más..

Este año habrá menos vacaciones. No hace mucho era noticia que el temor al virus va a hacer que el 28% de los españoles no viajen. Ojalá un buen puñado de ellos se plantease hacer un hueco durante un tiempo a uno de estos animales necesitados. Una experiencia muy gratificante de la que siempre se aprende.


Hay animales que requieren mucha supervisión, pero también otros que con unos mínimos cuidados y un rincón tranquilo tienen bastante. En todos los casos las asociaciones corren con los gastos (a menos que optemos por ayudarles también ahorrándoselos).

Ser casa de acogida es muy sencillo, basta con contactar con la protectora más cercana y ofreced nuestra ayuda, os aseguro que la necesitan.

A veces he escuchado a mucha gente comentar que no se anima a hacerlo por la pena de dejarlos luego marchar, por la posibilidad también de acabar encariñándose de ese animal definitivamente.

Es cierto que puede apenarnos, pero es una pena dulce; una suerte de morriña gallega que hace sonreír suave y engrandece el corazón. Y también es verdad que es posible que uno de esos animales nos enamore y acabe formando parte de nuestra familia para siempre. Si finalmente uno de esos animales se abre paso en nuestro corazón, poco hay que lamentar. ¿No os parece?

Mozart es uno de los gatos que protege la protectora madrileña PROA. Busca un hogar, pero una casa de acogida también sería una gran ayuda. Tanto para él como para muchos de sus compañeros felinos y cánidos del albergue. El contacto para tener más información es adopciones@proaweb.org

Y además si te interesa ser voluntario, este sábado 18 de julio a las 11:30 impartirán una charla sobre lo que supone en el albergue, que está en la zona sur de la comunidad de Madrid. Como el número es limitado dadas las circunstancias, hay que reservar plaza en el mismo correo: voluntariado@proaweb.org. Allí también solventarán las posibles dudas.


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