Imagino que en Namco Bandai estarán encantados viendo en lo que se está convirtiendo esto, una franquicia modesta, sin grandes aspiraciones, que en un abrir y cerrar de ojos se ha alzado como saga de culto. Demon’s Souls pasó por PlayStation3 casi de tapadillo, pero su continuación, Dark Souls, se convirtió en una revelación, en uno de los videojuegos más alabados de la generación que termina.
¿Su secreto? Su planteamiento crudo y directo, un desafío atractivo pero tan complicado, tan predispuesto a mandar al jugador a la tumba al mínimo error, que pocos o ningún jugador ocasional aguantan 20 minutos a los mandos de la consola.
En cambio, los jugadores de la vieja escuela encontraron aquí una virtud, un regalo íntimo, una llamada a lo más profundo de su alma gamer, a esa parte que creció y se fortaleció al coste de cinco duros la continuación.
Ahora, la tercera entrega de la saga, Dark Souls II, se presenta como uno de los títulos más prometedores de 2014. Y no, no saldrá para PlayStation 4 y Xbox One, sino que contribuirá a mantener vivas y coleando a Xbox 360 y PlayStation 3, máquinas a las que estoy seguro que les queda por delante un año más que dulce.
Hoy mismo ha salido a la luz un nuevo vídeo del juego y, entre la expectación que hay en torno a él y la escasez de novedades interesantes de este mes de enero, medio sector se ha puesto a babear. El tráiler ha corrido como la pólvora por páginas web especializadas, foros y redes sociales, y como yo no quiero ser menos, aquí os lo dejo. En él puede verse un poco sobre la historia y la ambientación que tendrá la aventura.
Sólo me queda una duda, ¿se rebajará la dificultad respecto a la entrega anterior, como dijeron los desarrolladores hace un tiempo, o se seguirá apostando por el reto hardcore? La elección correcta parece obvia, pero en ocasiones las compañías acaban tomando decisiones incomprensibles.
Si yo me lo acabé es que no puede ser tan difícil.
Bueno, sí lo es, pero yo con los juegos tiendo a ser más terco que hábil.
Lo divertido es que cuando te han matado te quedas normalmente como perdiz deslumbrada por los faros del coche. Pero también te das cuenta de que lo has hecho mal. Y ese es el acicate, el gancho: saber que puedes mejorar. Esto me pasa ahora mismo en Batman: Arkham Origins (y en las dos anteriores). En los Batman puedes acabar el juego sin ser muy fino, pero la verdadera dimensión y diversión surgen cuando intentas conseguir combos imposibles, acabar una pelea contra 20 enemigos armados sin recibir un solo golpe y cosas así.
En DS no basta. Si no eres fino estás muerto. Tienes que ser muy cuidadoso con cada golpe, cada movimiento, cada contraataque. Hay que hilar muy fino. Es una dificultad poco progresiva porque, quitando el tutorial, nada más empezar ya ten zurran sin contemplaciones. Es difícil desde el minuto 1. Después, claro está, es más difícil. Perdí la cuenta de las veces que me enfrenté al maldito lobo gigante.
Le echo en cara que la parte de rol es bastante inútil. Me hice un mago pensando en hechizos, pero sirven de bien poco. Lo único que hay que subir es vida, fuerza y destreza. Lo demás es más o menos superfluo. Los gráficos pueden mejorar mucho pero lo peor es la falta de argumento en la historia: no hay una ligazón real entre los personajes que salen, no sabes quién te da la llave que te libera, el vídeo inicial es pura exhibición porque lo que sucede después no tiene ninguna conexión, las historias que vas averiguando están completamente desconectadas de lo demás. Ese es su punto más débil: los japoneses tienden al «efecto Miyazaki», lo que pasa es que Miyazaki sí liga las historias a pesar de que al principio parece que los personajes no tienen nada que ver entre sí. En DS la gente va y viene sin ton ni son, sus historias están deslavazadas.
Contra esta birria de historia se contrapone una magistral puesta en escena que en verdad me quitó el hipo. Paisajes de pesadilla por todas partes, no hay forma de estar seguro en ningún sitio -salvo en la hoguera, claro-. A ratos pasaba auténtico terror, sobre todo en las catacumbas. Incluso cuando ya había pasado mil veces por el mismo sitio, sentía encogerse el estómago pensando en los bichos infames que iban a aparecer. Nito en especial me daba pavor (y eso que hice pacto con él…)
En fin, un juego diferente, difícil y divertido, las tres D que todo diseñador desea.
A ver cómo viene DSII pero los trailers hasta ahora poco me han dicho.
16 enero 2014 | 13:01
Estas cosas es mejor no probarlas. Enganchan!!!
22 enero 2014 | 13:10