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El big data del alma

Haselandia divide al gob

Se va calentando la tarde y el siglo, tarde de jueves de dolores, ya en Cuaresma, país inmatriculado hasta el último pararrayos.

El país basculaba un poco hacia Haselandia, así que hay que abrir los confinamientos peristálticos, el redil perimetral.

Los niños claman al salir del cole: nos vamos al pueblo.

Los que tienen semana blanca (¿?) ya se fueron. El pueblo salva a España. Un hipster en la España vacía.

Los gobs abren un poco los rediles para que las hordas se desbraven en los pueblos, ¡ancha es Castilla!

Hay muchos nervios, muchas carencias, ¡bruxismo! castigo de largo recorrido, depres, violencia contenida, y todo está inmatriculado.

Inmatricular es inscribir un bien inmueble por primera vez en el registro de la propiedad.

Es como la desamortización pero al revés.

(Es mejor que se lo quede todo la Iglesia antes que dárselo por cuatro perras a los fondos buitres, en el supuesto de que no sean lo mismo. Ante la duda, como siempre, todo para las diputaciones provinciales).

La rabia sale por donde puede, la furia es peor. Los gobs van con las lenguas fuera en sus autos blindados tapando agujeros. Pero este agujero de Haselandia por un lado lo taponan y por otro le echan gasolina.

El rapero Hasel, muy perseverante, es el pretexto ideal, formidable, para emprenderla con el container y el adoquín. Y más si el propio gobierno jalea a la turba. Sería inaudito si no existiera el precedente de aquel Torra: ¡apretad!

El propio gob anima al motín y eso es definitivo. Bueno, es lo que hizo Trump el día de Reyes. Torra y Trump, Trump y Torra,

Haseland.

El pobre Sánchez, al que no le sueltan los euromillones, no puede disfrutar de su triunfo en Cat (se ha librado de Illa) porque hay motines por un rapero que acumula condenas. Hoy el sanedrin le ha asestado otra. La atención se despista enseguida. Una semana son los youtubers evasores, otra con la calidad de la democracia, otra con el rapero…

Pero si medio gob incita a la gente a tomar las calles el otro medio gob sobra. O quizá es la nueva estrategia de Ivanhoe: despistarse a sí mismos.

 

Va, que esta noche tenemos al Perseverance, en directo:

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