Se nos va de las manos. Elon Musk y otros mil influencers piden que se frene la IA seis meses. Si ellos, que la han impulsado, lo piden, es que ya se les ha ido de las manos.
Por un lado es una buena noticia, un gran avance/retroceso que los sufridores no hemos sabido ver. Los avances ahora y siempre, desde la bomba atómica y la navaja de Ockham, siempre traen problemilla, como demuestra el caso Ana Obregón.
La edición genética ya es como copiar y pegar (aquí está David Liu), se sustituye una letra y a correr. Los que tengan pasta no se van a esperar los diez o veinte años hasta que validen el tratamiento. Cuántos seres retocados habrá por ahí.
El manifiesto de los mil elonmuskéridos para parar la IA durante seis meses llegan tarde, o quizá son un reclamo para recibir más subvenciones. Estos submundos de yupi son insondables. Ni con un palo láser se puede penetrar en las lúcidas mentes que nos cogobiernan.
Ahora nos metn un poco de miedo extra. Hasta esta mañana el temor era que nos iban a quitar los trabajos (aunque en España no se sabe quién trabaja y quién no porque las estadísticas no son lo nuestro o son demasiado de los nuestros). Ahora el aviso de los mil influencers anticipa otro miedo.
Se ve que el chat GePeTo y otros similares consumen mucha energía.
Difícil que una IA de medio pelo gobierne peor que los tarugos humanos que nos zarandean.
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