Confirman la vieja superstición científica de que todos tenemos un doble o él nos tiene a nosotros. Por eso casi no es noticia, ni siquiera en agosto.
Ni el ADN es noticia, ni siquiera en el agosto ruso ucranio. Ha salido impresa la palabra ucranio en vez de ucraniano, es más corta y más dura, como si fuera un poco de uranio. Uranio ucranio podría estallar en esas centrales nucleares que jalonan las líneas de los frentes.
El doble o clon o gemelo virtual siempre ha existido en la ciencia popular sagrada y simbólica, y a veces hasta se han encontrado vivos en la misma época, generalmente en Zaragoza, como el manuscrito encontrado en ídem.
Ahora lo han demostrado hasta el límite alucinógeno del ADN, el santo genoma grial, que de momento es el último hallazago que nos aproxima al alma, si es que la hubiere. QUe la habrá puesto que tanto se nombra y se reclama a diario en las noticias, sobre todo de sucesos o de deportes e incendios y cultura, o sea, todas.
Lo cañero del doble es, como indican las pelis, poder cambiar la vida con él, sobre todo si es del sexo diverso, el que sea. Y conocer mundo, culturas y familias y países.
Las identidades múltiples se están viniendo abajo o se viven en silencio culpable secretillos inconfesables porque hay menos abundancia, más escasez. Hasta Macrón, presi de Francia, lo ha dicho con toutes les letres: «Vivimos el fin de la abundancia».
Ay mama.
Mientras Boris J ha ido a Ucrania a hacerse el selfie para presentarse cuando por fin lo echen, Macron, que tiene el puesto recién ganado, se permite ser sincero y agorero o previsor.
Esta frase alguien tenía que decirla. A saber qué ha querido decir. Si es lo que parece es tremendo. Alguien reconoce, doce años después, que es el fin de la abundancia. ¿Es un aviso para los funcionarios fraceses del primer nivel?
Que tengamos un doble no es noticia que tenga eco o viralidad en agosto porque la ciencia popular ya lo había descotado, como las bolsas descuentan todo con antelación.
Lo que sería noticia es que nos dijeran directamente el doble o dobles y que fueran millonarios y quisieran cambiarse para probar, o viceversa, que la vida millonaria es muy costosa, y Macron no ha dado el aviso para el gentío raso, que ya lo sabe hace doce años que se acabó la abundancia (a crédito, en ese caso), sino para las rentas altísimas, que van a hacer como que no lo han oído o que es unaboutade de verano.
El verano sincero, cada minuto anoche antes y la tierra gira más rápido Aunque solo los muy sensibles usted y yo lo notamos. Fiiuuuu.