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El big data del alma

Porpoising

El «porpoising» (cabeceo o marsopeo) de los coches de Formula 1 de esta temporada está machacando a los pilotos. El efecto suelo pega los coches al ídem y provoca un traqueteo que duele solo de verlo.

Hamilton confesó en la carrera de ayer que la espalda le estaba matando, y apenas pudo salir del coche, apenas andar.

Estas sádicas torturas no impiden que las carreras de F1 dejen de ser intensamente aburridas.

El porpoising lo podemos reconocer en la vida diaria: traquetreo, aceleraciones aparentes para no llegar a niguna parte, nervios, neuralgias, cervicales destroy…

El porpoising máximo está ahora en Ucrania, y en otros sitios donde vuelan las bombas. Pero podemos decir que hay un estado de porpoising global.

El precio de los combustibles impide moverse, el precio de la energía impide estarse quietos. El cambio climático (KK) se mete en la cama con usted.

Los Estados son gobernados por las corporaciones, ¡en el mejor de los casos!

A veces, como en España, gobiernan entes indescriptibles: no sabemos a qué obedece el giro marroquí. Influencias inconfesables.

Sánchez Sxxx tiene los músculos cervicales bien entrenados por sus propios giros, volteretas y cambios de sentido, pero nadie sabe en qué circuito le van a paralizar los dolores. Hamilton  apenas podía andar tras la carrera de ayer.

Este porposing del XXI nos está pulverizando la espalda. No es extraño que masajistas y sicólogas tengan las agendas llenas.

 

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