Ahora no tiene artillería. Se agotan las bombas. Zelenski, el presidente de Ucrania, pide artillería, bombas, de todo. Rusia tiene las fábricas al lado, ha cambiado de táctica y tira todo lo que produce. Pero a Ucrania se le han acabado las municiones y las promesas de armas de largo alcance se traspapelan.
Occidente no da más de si, y lo que podría vender, exige mucho papeleo, burocracia y, sobre todo, dinero. Las guerras, si no son negocio, enseguida se deshinflan. La invasión de Ucrania pierde fuelle en las noticias, pues el BCE lagardero, por ejemplo, se ha animado a subir los tipos un poco y va a dejar de comprar deuda a saco. Ya veremos. Se acaba aquella frase mágica de Draghi.
La gasolina a dos euros, el gas, topado y todo, un sinvivir. Cada país tiene sus fantasmas, algunos enormes, y cada casa, su okupa esperando en la esquina. Europa y USA se van a reunir en España a fin de mes en la verbena de la OTAN, que va perdiendo la guerra con Rusia poco a poco. Europa y USA pierden ímpetu, ardor guerrero, y Putin, que ya ha sacrificado a los generalotes más brutos, se conforma con bombardear y cortar el gas aquí y allá.
A Zelenski se le acaban las bombas, y nadie cumple con las promesas. El paradigma de esta flojera europeoamericana es nuestro Sxxx (aquel Sánchez, Sánchex), que ya es emérito de sí mismo de tanta velocidad de escape como imprime a sus fugas. Sxxx le ofrece a Zelenski tanques inutilizables, que no pasarían ni la itv de mi pueblo. Y las bombas se acabaron en dos horas.
La guerra, con el verano, entra en la rutina soporífera del cambio climático, algunos coches Tesla de Elon están mal soldados por robots defectuosos y la OTAN se va a reunir con la consigna de que cada cual se lleve su bocata o su fiambrera. Cosas de la inflación, que destruye lo que roza.
El mundo se deshace un poco, tal vez haya un cambio de sistema dentro de unas décadas/meses. Entretanto el trigo no llega y las bombas tampoco. A Zelenski ya le pasa como a la república esp, que le exigen el pago por adelantado y a menudo le entregan cañones y tanques de saldo.
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Lo de Saint Denis en París en la final de Champios, las imágenes se han destruido ellas solas.