Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Cayendo otro poco sin dejar la zona alta

La mesa de Putin, las nominaciones rituales de un año pésimo de cine… ¡qué ambientazo!… unos JJOO’s de la gota malaya, Europa de micropaíses en declive, USA peleando por los restos… ¡con Rusia! USA peleando con Irán, Cuba…

[La peli La ciudad frente a mí, Vincent Sherman, 1959, Paul Newman, aquí mismo, ((salta algún anuncio)); sale como recurso narrativo la guerra de Corea, brevísima mención].

La semana materialista no llega bien al jueves, se hunde antes de plegarse cual proteína o gusano bola. La semana hiperreal material no tiene datos, que son metafísica, sólo cosas, materia prima bruta recién extraída fabricada.

La semana materialista no aguanta su propio peso, no funciona. Y la otra, menos aún. La semana espiritual querría ser material, si es que pudiera querer.

Lo único que resiste y crea mundos es el pensamiento automático… no sujeto a (t)errores, la propia creatividad rabiosa, intentando sobrevivir y adaptarse al nuevo erial, tierra baldía ancha es Galicia.

Glucosa humana desperdiciándose, surtidores de energía molecular moviendo torpes cerebrúnculos (¡y ya es mucho!) hasta inventar lo próximo, más allá de la apisonadora soporífera NetflixERA. Inventando la próxima rueda.

Por eso hay tanto estrés residual, tanta fatiga obrera sin calificar, tantos datos que se niegan a ser estructurados, categorícese usted…

Pero todo bien.

España baja otro poquito en el ranking anual de democracias de The Economist. El atasco del TC pasa factura. El no quitar la ley mordor mordaza…

Cayendo poco a poco sin dejar la zona alta.

Fin.

Pero el viernes todo puede mejorar.

IA IE II IO IU… Las vocales de inteligencia artificial…

¡SIGLAS de SIGLAS! La única forma de poner mayúscula a «inteligencia»

La IA es la que hay hasta ahora hace cosas pero le cuesta… no es muy espabilada. Gira proteínas la de Google, traduce cada día mejor, adultera vídeos, calcula la fecha de la + (en No mires arriba, ya olvidada, hay un gag con eso…). Necesita muchos datos estructurados… esto es esto y esto es esto… Aprendería sola si supiera…

Si la IA supiera…

Las otras IAs están por definir, quizá por inventar, las siglas preceden a las cosas, como en la Creación clásica y el western.

Por ensayar y enredar (el reino de enRedonda, de Javier Marías, ya autoolvidado, es para enRedar, enredondear).

La iE IA poética, poco rentable, menos usada que la natural orgánica básica. Han encontrado a un hombre de hace 54.000 años en Francia, no se sabe quién es, convivían varias especies hasta que se fueron homologando. Extinciones homínidas aleatorias. Aleatoria jacta est.

La II o iI o Ii, ni siquiera tiene la siglas definidas, las mayúsculas, quizá está cogida para otra cosa. Inteligencias múltiples, de moda a veces en educación. Italia, «invención, diseño, colorido». Quizá es la IA del arte y la industria, tan juntas en ciertos automóviles, puentes, edificios, etc. La iI postula la infinitud para la que siempre le faltan datos.

La IE o ie o iE o Ie, relativa a la expectación de lo que va a venir, prospectiva con 100% de aciertos, artes adivinatorias, deep learning aplicado a sí misma, o sea, a la propia IA, este es el campo más apasionante ya que frecuenta lo indecible, es pura alquimia cuántica. Quizá sólo la practican los consorcios militares, nuevas armas IE, etc. También es un aviso, alerta blanda, amistosa, que por fuerza viene del futuro o del espacio exterior: Ieeeep.

La IO, Io o iO (también con el cero, que es la «o»: I0 i0… no hay cero mayúsculo…). La diosa ídem, cercana a Zeus. Es el uno y el cero vueltos en letras, la pobre ia binaria, bivalva, alveolada en su rigidez. La Inteligencia Artificial Original (iao), que ni siquiera se ha enunciado en los labs secretos de (¡son secretos!), donde se fabrican los microchips de los porvenires. La IO explora el multiverso (metaversos endecasílabos, tercetos encadenados…), ni Góngora sabría manejar esas volutas de ecuaciones siempre a punto de ser estrenadas. La Io ocluye el universo al pasar y cierra la tapa del cosmos. Nadie ha vuelto de sus iolgoritmos para contar qué tal es, cómo funciona o para qué podría servir.

La IU iU Iu iu se postula como el genuino perfil del aire de los últimos días, pues todo lo nacido tiene un reset o varios finales, siempre abiertos al capricho del usuario/cliente. Nadie sabrá nunca que usted frecuenta esta IA de los finales. Se complementa con una inevitable «x» que –ojo– puede ir delante (xiu), detrás (iux) o, en casos extremos, en medio (ixu), con sus correspondientes variaciones de escala. (IU es también la IA ilusa, de

Hasta aquí el breve catálogo de las vocales IA, cada sigla se irá completando con sus propias querencias una vez que (ahora 1) empiecen a funcionar (ahora 2) en tres fases como entes independientes (ahora y 3).

Algunas de estas siglas, que ya han empezado a funcionar en sus respectivas disciplinas (ya intercambiables a voluntad) predicen que la IA buena correrá sobre máquinas de carne, es decir, nervios y cerebros humanos (o de otros animales de éxito: cerdos, delfines, elefantes, murciélagos… ¡todos en realidad, medusa e hidra en cabeza… y también quimeras hechas por sí mismas… con bío ia básica), que tradicionalmente han dado muy buenos resultados. Falta un chispazo evolutivo que quizá la propia IA rudimentaria, en pañales, actual, podría aportar ya en este 2022 sin horizontes.

¡Lo mejor está por venir!

CLINKS

Enrique Krauze publicó su «Decálogo del populismo» en 2005, ahora lo ha aplicado al gob Méx… y ya lo cumple de sobras.

Morris Chang, la apasionante historia del rey de los chips de Taiwan (del mundo). Fundó TSMC en 1987.

En esa línea de microprocesadores: Chips y geopolítica

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