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El big data del alma

Marchando nueva quimera de humano-mono

Los investigadores, dirigidos por el español Izpisúa, han creado embriones que son en parte humanos y en parte monos.

A estas mezclas de les llama quimeras. Viene de los griegos, aficionados a esos engendros fabulosos que ahora se empiezan a concretar.

Según RAE, quimera «En la mitología clásica, monstruo imaginario que vomitaba llamas y tenía cabeza de león, vientre de cabra y cola de dragón.»

Con los cerdos nos llevamos 90 millones de años desde que fuimos uno y trino y el mix anterior de hombre/cerdo no prosperó. Los monos nos caen más cerca, tal como vemos cada día en las noticias. Darwin siempre estrá en nuestras oraciones.

Así que las criaturas mixtas de Izpisúa han aguantado unos días. Todos somos pluripotentes en potencia. Unos días viviendo con el monstruo en sus probetas. ¡Que no se escape! No vaya a pasar como otras veces.

Desde que se popularizó el CRISPR barato cualquiera crea una aberración. Estamos ya en otro mundo. Los griegos, aquel Belerofonte que derrotó a la temible Quimera de su época, no sabrían que decir.

Solo por traernos a este Belerofonte a la tarde del viernes covídeo ya vale la pena el gasto en esta quimera. Qué tío.

Aun vivimos de las ocurrencias y desvaríos de los griegos, más un poco de informática. ¡Digitalízate! ¡Embrionízate!

Irene Vallejo ha explicado el mundo clásico para el postmundo hipersuperfluo en su clásico El infinito en un junco. En ese libro está todo bien encajado, cada cosa y cada quimera en su sitio.

Gracias.

En breve llegará el repartidor con un kit de hágase usted mismo su propia estirpe.

Por cuatro perras, en un par de tardes, sin saber nada, sin tener que ver un vídeo, qué fatiga.

Cualquiera se podrá o ya se puede crear en la cocina una saga de quimeras con su propio cigoto y lo que encuentre por ahí.

Dicen que estos engendros de hombremono servirán para curar males milenarios, y así será. Qué bien.

Y dicen que todo está sujeto a la ética, palabra que indica que no cruces sin mirar. Cuando pone ética ve con cuidado porque por lo menos te saltará una manada de cookies –por tu bien– que irán contigo hasta el fin del mundo.

¡O los ODS!

Al menos esta quimera (como todo, made in China) es oficial, tiene paper y eso. Debe de haber cientos de monstruos amateurs de todos los nanotamaños pululando por ahí.

A veces se escapa alguno.

La vida es maás emocionante con quimeras. Los clásicos de Irene Vallejo hubieran dado Troya por ver en vivo sus inventos. Quizá los están viendo, a fin de cuentas la inmortalidad también la soñaron ellos.

 

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