Coinbase, plataforma de manejo de criptomonedas, ha salido a bolsa en USA con éxito. (Más) Las criptomonedas ya están bendecidas.
Es una bendición sellada a fuego, el fuego del mercado, con la misma fuerza del propio blockchain.
Las cripto ya están bendecidas. Solo falta que el Papa, que no puede gestionar el Vaticano, las recomiende a los fieles.
El bitcoin ya lo bendijo Elon Musk hace un mes aprox. Y ya estaba implantado y funcionando. Que si burbuja, especulación, etc, pero cotiza a 63.000 dólares.
Es otro mundo, que ya se ha insertado en el habitual. Los poderes fácticos (expresión en desuso, como todas) usan las criptomonedas como un activo más, o sea, ya son de este mundo.
Lo bonito, siempre hay que buscar algo bonito, la isla bonita, etc., es que es matemáticas, una idea abstracta que funciona y modifica el mundo. Una cosa más. Satoshi Nakamoto, creador o creadores de este invento (blockchain, bitcoin) ha inventado una nueva utilidad de la red.
Usted puede montarse un banco personal de criptomonedas en casa. Y hacer operaciones, echar una mano, aquel antiguo activismo de la red.
Coinbase, plataforma de manejo de criptomonedas, ha salido a bolsa en Wall Street, meca de la ceca, y con su éxito ha respaldado todo un mundo que hasta ayer era paralelo, aparte, un poco apestado todavía para algunas instituciones. Ahora ya es legal.
Curiosamente el éxito de Coinbase coincide con la muerte de aquel estafador piramidal Bernard Madoff, que arruinó a tanta gente ávida dolars. El hijo de Madoff se suicidó cuando descubrieron los robos de su padre. (Tres películas sobre Madoff, el cine siempre rentabiliza a los villanos).
El mercado, supremo hacerdor, ha consagrado a las criptomonedas con el bautismo de Coinbase.