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El big data del alma

Asalto al Capitolio y vuelta al caos habitual

Tras la toma del Capitolio por la turba trumpera la pregunta es si la insurrección ha acabado o seguirá.

El Congreso de USA confirma la victoria de Biden. El propio Trump se aviene a una transición ordenada.

Y, lo que es más importante, Twitter y Facebook han bloqueado a Trump.

Los fanáticos de Trump, que ya es expresidente y puede ser juzgado por su conducta golpista, pueden repetir la toma de la Bastilla o las sedes de otras instituciones. Pueden pensar que son tantos como para seguir cuestionando el sistema.

Las imágenes del día de Reyes de 2021 son terribles. Hasta Venezuela se preocupa por el caos de Whashington.

Hay que ver las bolsas del mundo, la respuesta china, la reacción del propio virus, que es uno más en la ecuación.

El sistema no ha resistido treinta años de capitalismo sin rival (sin competencia, que es la clave del capitalismo).

Trump ha implosionado y la duda es si va a hacer estallar también a Estados Unidos. Las mentiras se hacen verdades si las cree la mayoría.

O una minoría dispuesta a todo.

Esto recuerda las tomas de los parlamentos en España en el ciclo post CRACK 2008, cuando Artur Mas, entonces presidente de Cataluña, tuvo que ir al Parlament asediado en helicópero, en 2011, etc.

Pero esta vez ha sido mucha gente y han tenido éxito, se han apoderado del Congreso y el Senado de Estados Unidos. La autoridad y la inteligencia, todas esas agencias, no han estado muy finas. No se han enterado del ambiente.

En España esta mañana han salido los helicópteros de la Policía Nacional a dar unas vueltas.

La duda es si el movimiento autoritario populista extremo que ha capitaneado Trump seguirá pugnando por alterar las normas y tomar los palacios de invierno. Aunque Trump ya solo busca dinero, para seguir ingresando donaciones necesita seguir con la agitación y las mentiras.

La locura y la devastación son universales. El caso de Brasil, cuyo presidente, el populista Bolsonaro, ha dicho que el país esaba quebrado y luego se ha retractado un poco.

Y la pandemia, que evidencia que es una sindemia.

Tras esta locura distópica (la peli de George Clooney) lo que tenemos es una normalidad espantosa. Y agradecidos.

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