No se filtra ni un alfiler en el pajar. Más difícil que encontrar un pajar en un alfiler.
Negocian en secreto, por wasap y quizá por la app de Tsunami Demo.
Todo es una demo. Idas y venidas.
Semana rufiana. La foto de Lastra & Rufián va y viene por todas partes y nadie sabe qué hacer con ella.
Nadie sabe que hacer con nada. El silencio de Sánchez llega al los desfiladeros del Ibex y no deja sombra.
Los villarejos becarios está verdes, que se sepa. Todo en España y el mundo se reduce al black friday.
Sánchez, alertado por su Iván (que ha dado una chapa Corporate Excellence en Caixaforum), negocia a ocho manos un plan black friday para España y sus naciones.
Sánchez, ivanizado, apura sus silencios mientras sus adminículos wasapean aquí y allá.
Sánchez nos está rayando con sus silencios. Los sanchólogos ivanófilos surferos van a ver Frozen II en busca de una señal.
Pero no apurarse, lo único que pasa es que están de black friday total.
Black friday en funciones e indefinido.
Tan gubernativamente.
El sanchazgo va tanteando aquí y allá, hasta que Spain se dé cuen de que vive en un blackfriday perpetuo.
¡Que suba la luz!
Lo único que garantiza la identidad nacional es que suba la luz. Un clásico.
Menos el black friday, que bajará por decreto sanchero.
Enquistados en el LastraRufianorum hasta la incertidumbre normalizada total se remansa y se aplana…
¿Qué está pasando? ¿De qué hablan?
Las declaraciones de Iván Redondo en el foro Excelentia son lo que son, o sea, nada. Filfa pajera para copiapegadores de tesis.
Casi ni cita series. ¿Qué ven en las tediosas veladas de Moncloa?
El brexit es una broma con la que vamos a armar icí.
Pero antes ha de venir el black friday que rige los ciclos circadianos terrícolas.
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