Elon Musk ha hecho un viral al romper los cristales irrompibles de su furgona. Para hacer un viral global, además de ser Elon Musk hay que fallar en algo. Lo que más atrae y fascina es el error. ERROR 404 o el que sea.
Tesla ha caído un poco en bolsa, pero eso Elon ya lo había descontado. El caso es que al romper los cristales blondados, indestructibles, ha conseguido colarse en todas las cenas y que todo el mundo hable de su nueva furgona, que si tipo MadMax, bla bla.
El error, el patinazo o el lapsus humanizan o robotizan las cosas y aligeran el éxito, siempre tan empalagoso para el que lo sufre en silencio desde una esquina del mundo.
Elon ha triunfado rompiendo los cristales, que son irrelevantes. Los Tesla han alterado el mundo un poco, han puesto de los nervios al sector. Solo le falta a Elon producir un minicoche Tesla eléctrico, barato y tuneable a voluntad, el coche del pueblo. El Zara del automóvil.
Entretanto, todo va bien/mal por estos desiertos hispanos, o sea, sudamericanos, latinos, hispanoamericanos, lo que quieras. Lastra y Rufián han quedado para la fiesta de pijamas. El Estado se rejuvenece y el prófugo Puigde se pone de los nervios. Si fragua el PSOERC(UP) el profugo se va a quedar destroy, a esperar las visitas mensuales de su apoderado Quim.
En fin, que el auto de Elon, gracias a sus lunas quebradizas, ha hecho un viral. Cuánta publi derramada. Purísimo marketing del error, la errata y la pifia.
Sánchez ya ha puesto a sus lebreles a estudiar el caso.
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