Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

El debate es cómo hacer el debate

La tele ya da o quita el gobierno. Bailan los escaños por los pueblos, saltan los candidatos como palomitas en la sartén. Verlos juntos es el espectáculo de la campaña, verlos y no verlos. La tele es el mundo. Es antiguo, es la realidad del mundo de la bolsa de plástico, que desaparece y sigue.

Crece la disputa entre las cadenas, las horas, los días. Los organismos internacionales del dinero, si es que hay otros, avisan de su preocupación por el resultado: son los curas de ahora, que predican desde sus púlpitos aúreos. Su sola aparición ya incita a votar, o sea, a abstenerse. Para qué.

La catedral de Europa ha desplazado al Brexit-brasa. El debate se mueve, los asuntos enquistados, cat, brexit, Trump, tratan de resucitar en la atención de las gentes, que buscan nuevas emociones milenarias: la paz, la concordia, el caos.

España se detiene, vive en un bombo-limbo. El éxito de algo, una carrera popular, una manifestación, una procesión, se mide por el número de transportes públicos que inutiliza. La excepcionalidad programada.

Los debates de las teles son el asunto principal de la campaña, el auténtico debate es cómo hacer el debate. la autorreferencialidad de la política, y de todo en general, es insuperable.

Bien mirado, no hay mucho más que debatir. La realidad viene construida por defecto, fatalismo de poderes, corporaciones y fenómenos remotos. Drones en la niebla.

 

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1 comentario

  1. Dice ser ignotis parentibus

    Solo Con ese titular tienen los comentaristas radiofónico para 15 horas de debate.

    18 abril 2019 | 5:02 pm

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