En su última entrega el CIS señala que no pasa nada.
España es una balsa de aceite usado de camión. Con los problemillas de siempre.
El CIS pasa por Vox sin mancharse ni romperse. Como si no existiera. Le da un tres y pico de intención de voto. JAJAJA.
Se ve que el CIS no sale a la calle, no habla con nadie. Utiliza el machine learnig en modo manual.
El CIS no va a los bares.
Vox, por desgracia, es un clamor. El clamor del éxito.
Es un esperpento. Por eso triunfa. Por eso el CIS lo ignora.
¿Cómo hemos llegado a esto?
¿Cómo ha llegado Brasil a Bolsonario? ¿Y Trump?
En España, dentro de nada, vamos a tener a Voxonaro. Ya marca la agenda.
Vox ya reina en España, acolitado por el PP y Ciudadanos, que son sus monaguillos.
Y están temblando porque intuyen que va a abusar de ellos. Y así será. Ya es. Esta semana.
Voxonaro ya impone el programa. Sutilmente a puñetazos.
Hasta Torra está temblando. Y eso que a él, cuanto peor, mejor. Pero ya se ve bombardeado. Y, con suerte, en Estremera.
Sánchez debe de estar ya engrasando el jet (secreto de Estado) para hacer un periplo mundial.
Su CIS de cabecera ha sido piadoso con él –nobleza y sueldo obligan–, pero alguien le dirá la verdad.
El consuelo es que si Vox pega el estirón el PSOE hará lo propio. A flaco consuelo todo son pulgas.
Cada día que pasa sin comicios Voz sube esos tres puntos. Cuando echen las urnas ya habrá una ministra con correaje diciendo eso que dice la de Brasil: las niñas de rosa, los niños de azul.
Aunque Félix Tezanos y su equipo busquen la verdad, la objetividad, etc. (que seguro que la buscan, «excepto alguna cosa»), no la conseguiría porque nadie dice la verdad… a nadie… y menos al CIS, que es otra cara del mismo Estado recaudador insaciable embargador y máximo exponente del capitalismo de amigotes de pupitre…
Tal vez el austericidio, que es lo único evidente y no afectado por la incertidumbre, explique los votos a tantos Voxonaros.
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Lo de Ana Botella y su troupe malvendedora de pisos sociales…
El bajón de Apple.
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Los Reyes Magos ya se han convertido en el último obstáculo para las rebajas.
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