Flotando en jarras cilíndricas o seccionados y protegidos entre dos láminas de cristal, los seres de Steffen Dam nunca estuvieron vivos. Aunque están rodeadas de burbujas como las que produce el oxígeno, no respiran. Las medusas, anémonas y plantas marinas las forja el artista danés, son piezas de cristal.
«Mis especímenes son plausibles, pero no de este mundo«, escribe en su página web. Inventa su propia biología marina y convence al espectador de la existencia de esos seres atrapados para un hipotético estudio científico, acerca la fantasía a la realidad.