Hayao Miyazaki se inspiró en la comida tradicional japonesa para dibujar los platos que ofrecía a los protagonistas de sus obras de animación. También en la cocina occidental. Le gustan los sándwich. Los huevos fritos con beicon.
Ahora los cocineros se inspiran en Miyazaki para copiar sus manjares. Un efecto cobra, muelle, onda expansiva, deflagración estética.
Platos que degustaron unos personajes imaginarios son hoy apreciados por las personas que los imaginaron.
¿Cómo dices?, se preguntará la niña protagonista de Mi vecino Totoro, más sorprendida por este exceso que por compartir vecindad con un conejo gigante. El monstruo peludo sigue en la ficción, los platos, en cambio, ya no.
Fotografían cada oferta culinaria reproducida al milímetro. Y lo cuelgan en la Red. Generan fiebres gastronómicas. Nos entra, claro está, el hambre…
Mira, por ejemplo, esta sopa de fideos de la película Ponyo en el acantilado.
Bajo el hashtag #Ghibli food (Ghibli es el nombre del estudio del artista japonés) aparece un despliegue de bodegones que copian con fidelidad documental los platos de estos largometrajes.
Es una vuelta de tuerca al homenaje. El fanmade (creaciones de fans) se puede aquí comer, puede quemar tu lengua, llevarte al éxtasis. Te entran unas ganas tremendas de pedir la carta en El Castillo en el Cielo, o de compartir unas pastas con La Princesa Mononoke…
Si duda el fan más activo es la cuenta de Instagram en93kitchen, cuyos bodegones son los más elaborados.
A mí me huele bien que la realidad y la ficción se pasen los aromas y tenedores a un lado y otro de la mesa. Las comidas de Miyazaki destacan por integrarse en un universo estético suave y onírico. Al aparecer fotografiadas, dispuestas en el plato, fuera de estas películas que nos parecen hechizos, continúan ofreciendo el mismo atractivo trinitario: sencillez, armonía, luminosidad.
Sabíamos que el mundo estaba lleno de Don Quijotes, pero no de platos de Miyazaki. La ficción vuelve a romper la tela de araña.
¡Bodeguero!: Dos ramen de El Viaje de Chihiro, unas albóndigas de El castillo ambulante, espaguetis a lo Porco Rosso, solo con tomate, una de arroz blanco del estudio Ghibli.
Marchando…
Que buena pinta tiene todo y la verdad que se parecen mucho.
07 junio 2018 | 18:11
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08 junio 2018 | 06:10
Que buena pinta tiene todo y la verdad que se parecen mucho.
08 junio 2018 | 10:28