Los juguetes del futuro traspasan la pantalla

Hoy sueño con ovejas eléctricas que parecen excitadas y balan conceptos que creía lejanos, y que debo incluir en el moderno vocabulario, cosas como «realidad aumentada, mezclada, algorítmica, juguetes cibernéticos, niños transhumanos, alucinaciones virtuales…»

Son conceptos erráticos, nunca más futuristas, sin embargo, que sobrevuelan mi cabeza después de ver las posibilidades del juego Koski en este vídeo promocional. Lo está desarrollando Václav Mlynář, graduado del Royal College Art de Londres, en el Studio Deform. Une el clásico tablero con una dimensión digital a través de una pantalla que ofrece contenidos virtuales como en el sueño infantil de un ciborg.

Los jugadores (niños, en el pasado) usan un iPad a modo de dimensión mágica que interactúa con las piezas de madera sólida. El juego, basado en retos, consiste en levantar bloques físicos a través de los cuales un personaje corretea, escala o salta dentro del moderno espejo de Alicia: tras el cristal está la frontera en la que aparecen esos seres, árboles y cascadas digitales superpuestos a la dimensión física que se refleja. Usando la realidad aumentada y los sistemas de reconocimiento de objetos, estos serán los juegos del mañana.

Una combinación de pasado y futuro. La necesidad orgánica de todo juego junto a las pantallas que han absorbido la existencia contemporánea en un proceso de migración irrevocable hacia una dimensión digital. En este hoy aumentado, un futuro latente que nos habita, vivimos más tiempo dentro de las pantallas que fuera. Somos la oruga que espera la metamorfosis, queremos cruzar el espejo o que el espejo nos cruce a nosotros. Antes el niño cogía un palo y soñaba una espada porque no había pesetas para más. Jugar era un arte. La mente, el proyector. Creadores de formas. Soñadores sin conexión esperando una educación de adultos que diezmara la ilusión. Hoy si pensamos en un palo nos viene a la mente un anuncio publicitario. La bola de nieve sigue su curso, a corta edad los niños exigen tecnología, o será que las compañías tecnológicas exigen niños. No tengo una respuesta clara para esto.

La espada aumentada del mañana seguirá allí, engañando a los sentidos, en la retina abierta del niño tecnológico, cuando éste juegue con ese palo integrado en un sistema informático. Habitaremos realidades superpuestas. Nadie lo duda. Mi único deseo es que la migración digital no tenga el coste de un mundo sin caos interior, un futuro de imaginación perezosa, anecdótica, acostumbrada a la prefabricación de los sentidos. Un mundo de ovejas eléctricas que nos sueñen a nosotros y no al revés.

2 comentarios

  1. Dice ser colpelis

    Muy buena esta página se la recomiendo por su buen contenido

    14 noviembre 2017 | 15:46

  2. Dice ser Jose

    bueno algo nuevo, pero yo pienso que no hace falta para que sea tan virtual. igalmente las cosas viejas en que se jugaba antes servirian mas.
    Jose
    [url=»http://www.basculasbaratas.es»]http://www.basculasbaratas.es[/url]

    23 noviembre 2017 | 12:44

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