La ¿esposa? ¿viuda? de uno de los grandes capos del clan mafioso de los Gambino hace años que decidió que la ley del silencio, tan cosa nostra, no iba con ella.
Algún tiempo después de que su marido desapareciera -precisamente a las dos semanas de confesarle en medio de una discusión conyugal que había sido él quien había matado a Hoffa (es lo malo de las discusiones de pareja; que se te acaba calentando la boca y terminas por soltar lo que no debes) – ella escribió y publicó ‘Mafia Wife: My Story of Love, Murder and Madness‘ (Harper Collins, 2003), donde lo largaba – casi – todo. Y que se dedicó a promocionar allá donde pudo con jugosas primicias, tales como que seguía buscando el cuerpo de su marido para darle un entierro digno y que para ello se había leído todos los libros de los mafiosos de los clanes rivales para encontrar pistas del paradero de su cuerpo, pero sólo había conseguido averiguar que lo metieron en un saco y lo lanzaron al maletero de un coche (un clásico). Y a pronunciar frases TAN maravillosas como:
It’s a brave man that dies once, it’s a coward that dies many times.
(Un hombre valiente muere una vez, los cobardes mueren varias veces).
Esta semana, tras algunos años de silencio y con la cuenta corriente no demasiado saneada, Lynda Milito ha vuelto. Y quiere dinero. El de la Cadena HBO.
Después de 6 temporadas en antena, la señora de la Mafia acaba de darse cuenta de que Los Soprano son un calco exacto de su vida familiar y exige que le den su parte. ¿Por qué? ¡Está clarísimo!
La HBO, por supuesto, ha dicho que no piensa soltarle un dólar.
La Señora Milito, si es espabilada, debería apuntarse a un Curso CCC de Español para Extranjeros y venirse a hacer una ronda por las televisiones españolas: una mafiosa profesional que dejara en la cuneta a tantas amateurs… ¡se iba a forrar!
Es justo lo que estaba pensando: si quiere dinero fácil, que se venga a España. Ja, ja, ja…
14 febrero 2006 | 11:10
Bob, me encanta tu blog.. cada dia me sorprendo mas de la gente rara, rara, rara que hay en el mundo, pero.. una pequeña sugerencia: traduce al castellano cuando pongas frases en inglés, se algo de inglés pero parece que me quedo a medias, y se que algo de tus buenisimos posts no me ha quedado del todo claro. Saludos
14 febrero 2006 | 11:11
hecho, Jessi
14 febrero 2006 | 11:13
Yo ya estoy mamado del delito leve de nuestros empresarios de capiporote. De la sobrefacturación en la compra de materia prima extranjera para evadir impuestos y de paso perjudicar al accionista minoritario, del ahorro en elementos y partes que no cumplen con las normativas de seguridad, del reciclaje de los reactivos y medios de contraste en las clínicas, de la hora pagada a teleoperadores a 3 euros cuando el minuto de llama cuesta 1 euro, de los negociados del 1%, 2%, 3% etc% de los políticos.Por eso me voy a ser capo y dejarme de hipocresías y complejos de pogre y pobre.
14 febrero 2006 | 11:31
La Milito llega tarde. En EE UU va por su tercera temporada el reality Growing Up Gotti, sobre lo mucho que sufre Victoria Gotti, descendiente del capo mafioso John Gotti, para sacar adelante a sus tres hijos adolescentes, vender su mansión y tener citas con cincuentones, todo ello sin que le pese el apellido ni perder cita en la peluquería para el tinte capilar a lo Donatella. Más información en http://www.tv.com/growing-up-gotti/show/28720/summary.
14 febrero 2006 | 11:52
Proto capo esté verdaderamente despistado, o confunde las pelis (las malas, no las buenas como la saga del Padrino) con la realidad, porque, precisamente, lo que el llama -no sé si con ironía o con desconocimiento- «delito leve» (sic) es lo que hace la mafia y la camorra, especulación imobiliaria, adjudicaciones de favor, etc. Y lo viene haciendo desde hace décadas. En las fases de la saga de una familia mafiosa de éxito (no las que caen por el camino en la lucha fratricida, sino las que terminan triunfando), la última es la de la «respetabilidad», con negocios legales que no legítimos como los que el señala. No todo va a ser trata de blancas, armas y narcotráfico. Véase el Pdrino 3, con un Al Pacino haciendo esa transición de la familia a la «respetabilidad» o léase La especulación inmobiliaria de Ítalo Calvino.No nuestros «empresarios de capirote» no tienen que aprender nada de los mafiosi, practican una omerta bien estricta.
14 febrero 2006 | 13:19