¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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La gestora del PSOE ha de ser neutral y parecerlo

Censo fiable de afiliados con derecho a voto, financiación de las candidaturas, voto presencial o también telemático, mínimos y máximos de avales, reglamento general de las primarias… No le faltan tareas cruciales a la gestora del PSOE, que mañana se reúne con representantes de los tres precandidatos: Patxi López, Pedro Sánchez y Susana Díaz.

El órgano director interino del PSOE no llega a la cita ni a las semanas clave con los mejores antecedentes. Su gestión durante estos largos meses (estirados más allá de todo lo razonable; y atribuyéndose funciones que no le correspondían, puesto que la gestora es un órgano alegal que no figura en los Estatutos del PSOE) ha sido cuestionada tanto por las élites del partido que fueron víctimas del golpe de mano del 1 de octubre pasado como por gran parte de las bases.

No, al partido definitivo -las primarias y el congreso- no llega el árbitro impoluto, impecable, libre de toda sospecha.

Haría bien en tomarse ahora la delicada tarea del arbitraje como una oportunidad de redención, de lavar las manchas del reciente pasado, y no de echarse otras nuevas en el expediente. La gestora del PSOE ha de ser neutral y parecerlo. Tras el bochornoso espectáculo del otoño pasado, lo peor que le podría pasar ahora al Partido Socialista es que sus primarias olieran a juego sucio o a componenda por parte de alguno de los jugadores o por parte del árbitro.

Un PSOE casi en estado de coma

Además del dato general de estimación de voto que le adjudica al PSOE, que es paupérrimo -tercero, con solo el 19%, a la misma distancia de Podemos que ventaja sobre Ciudadanos, dos puntos y medio en ambos casos-, la encuesta de Metroscopia que publica El País tiene algunos otros datos muy preocupantes para el PSOE.

Uno de ellos es la intención directa de voto. El PSOE solo es cuarto, con el 12,7%, casi duplicado por el PP (20,2%), muy descolgado respecto a Podemos (17,9%) y ampliamente superado por Ciudadanos (14%).

El otro dato muy inquietante tanto para los barones del golpe de mano de octubre pasado contra Pedro Sánchez como para la gestora que ha decidido eternizarse en unas funciones que tendría que haberse autolimitado -en el calendario y en las atribuciones- es el de la satisfación de los votantes de cada uno de los cuatro grandes partidos con la labor parlamentaria que está realizando cada una de las formaciones. Todos tienen bastante contenta a su parroquia -al PP lo aprueba el 80% de sus votante y lo desaprueba el 18%; a Podemos, 71% a 26%; a Ciudadanos, 83% a 14%- salvo el PSOE, que pierde entre sus partidarios: el 46% de sus votantes lo aprueba frente al 51% que lo desaprueba. Los datos, tan contundentes, desmienten la teoría del PSOE oficial de que con su gestión de «oposición responsable» -apoyar al Gobierno en algunos temas y votar en contra en otros- recuperarían el favor de su electorado.

Hay otro epígrafe de la encuesta que, por desgracia, esta vacío para el PSOE. Es el de la valoración de líderes políticos. Se ofrecen resultados sobre Mariano Rajoy, Pablo Iglesias y Albert Rivera, y no los hay sobre ningún dirigente del PSOE. Ni el presidente de la gestora, Javier Fernández, ni los candidatos a las primarias ya anunciados Pedro Sánchez y Patxi López ni la probable candidata Susana Díaz han sido sometidos al escrutinio de los entrevistados por Metroscopia (y si lo han sido, no se han publicado los resultados). Una pena, porque quizás investigando sobre los diferentes proyectos de liderazgos que ahora tiene el PSOE se podría realizar un mejor diagnóstico de qué le pasa al partido socialista, a qué le atribuyen sus votantes y el público en general su estado casi de coma y si se atisba alguien en el horizonte capaz de sacarle de ese agujero.

¿Habrá pacto entre Pedro Sánchez y Patxi López?

Mas de 2.000 personas en Dos Hermanas (Sevilla) el pasado 28 de enero; unas 900 en Castellón el 1 de febrero; unas 1.000 en Zaragoza el 4 de febrero; unas 500 en Calasparra (Murcia) el 7 de febrero, unas 1.700 en Valladolid el pasado sábado, 18 de febrero, y unos 500 asistentes ayer abarrotando el Círculo de Bellas Artes, de Madrid, más otros 700 que se quedaron fuera porque no cabían. El éxito de asistencia a los actos de Pedro Sánchez, en su precampaña para las primarias del PSOE, ha sorprendido no sólo en la gestora del PSOE -el mando que pese a ser interino va a acabar dirigiendo el partido durante 9 meses- y en el entorno de Susana Díaz -aún no declarada candidata-, sino también en el del otro precandidato proclamado, Patxi López.

López, que fue el primero que anunció que se presentaría a las primarias socialistas, está también de precampaña, pero con una asistencia a sus actos mucho menos numerosa. En el primero, en Fuenlabrada el pasado 27 de enero, unos 150 asistentes. En los últimos, el pasado viernes 17, en Granada, un centenar de asistentes; y el sábado 18, en Almería, medio centenar.

Es cierto que la asistencia a los mítines no es un indicador exacto de las fuerzas de cada cual, pero ya algunos de los dirigentes socialistas territoriales que fueron de Sánchez y se pasaron hace un mes a Patxi López empiezan a hablar en privado de la necesidad de un pacto entre ambos que impida «dividir el voto de izquierdas de los militantes» y entregarle la victoria a Susana Díaz. ¿Lo habrá? Tiempo para pensárselo y para negociarlo van a tener mucho los entornos de uno y de otro, pues las primarias no serán convocadas oficialmente hasta finales de marzo o primeros de abril.

Alianza entre Sánchez y Errejón, el escenario que inquieta a Rajoy

El éxito de asistencia en las reuniones con militantes que ha celebrado Pedro Sánchez en los últimos días (en Dos Hermanas el pasado 28 de enero, en Castellón el miércoles 1 de febrero, en Zaragoza el sábado 4, en Calasparra ayer, martes 7); lo que ha pasado en las primarias socialistas francesas, y alguna encuesta reciente han llevado la preocupación no solo a la gestora del PSOE, sino también al Gobierno y a la alta dirección del Partido Popular. En las tres instancias se empieza a barajar como «posible» que el ex líder del PSOE gane las primarias y vuelva a hacerse con las riendas del partido. Algunos de los interlocutores consultados incluso ya están pasando del «posible» al «probable». ¿Y cómo nos afectaría si eso ocurre?, empiezan a preguntarse unos y otros.

Por otro lado, el tono que muestra Sánchez en la entrevista que publicamos en 20minutos anteayer lunes, por un lado contundente («si pierdo, no seguiré en política», “solo hay dos opciones: o el continuismo de la derecha o el cambio”, “la gestora ha rebasado todos los límites temporales y todas sus funciones»), pero al mismo tiempo moderado y conciliador, sin una sola crítica directa a Patxi López o a Susana Díaz, y postulándose como el pacificador del PSOE («serán las urnas las que unan al partido, será el voto de la militancia el que una al partido», «la candidatura que puede de verdad integrar al Partido Socialista, unir de nuevo la dirigencia con la militancia, es la candidatura que humildemente yo represento»), se ha interpretado como una baza más en el juego electoral. Sánchez estaría intentando retener a los militantes convencidos y al mismo tiempo seducir a los militantes indecisos, los que dudan sobre si darle una segunda oportunidad.

Otro pasaje de nuestra entrevista al exlíder socialista ha llevado una inquietud añadida, sobre todo al Gobierno y al PP.

-¿Cree que el Podemos de Iñigo Errejón sí se entendería con el PSOE de Pedro Sánchez?

-Yo creo que sí.

Podemos está decidiendo estos días en votación universal de sus bases si el partido sigue en la estrategia y posicionamiento que desde las elecciones del 26 de junio pasado dictó Pablo Iglesias o si vira hacia las propuestas de Errejón. «Nos estamos jugando que Podemos esté en disposición de gobernar o nos conformemos con la posición tradicional de las formaciones de protesta», decía esta misma mañana este, entrevistado por la Cadena Ser. Y añadía: «Si se imponen las tesis de los compañeros que acompañan a Iglesias, será más difícil sacar a Rajoy».

La hipótesis es aún remota -que Podemos gire hacia posiciones más moderadas para presentarse como alternativa al Gobierno y que Sánchez tome de nuevo el control del PSOE, las dos cosas-, pero de los escenarios posibles es el que más inquieta en el PP y en el Gobierno de Rajoy.

Duro con la gestora, blando con Susana Díaz: entrevista en ’20minutos’ a Pedro Sánchez

Duro con la gestora que dirige el PSOE, blando y por ahora nada crítico ni con Patxi López ni con Susana Díaz, sus probables rivales en las primarias del PSOE. Y autocrítico consigo mismo, reconociendo algunos de sus errores en sus dos años largos como secretario general del Partido Socialista. Así se muestra Pedro Sánchez en su primera entrevista periodística desde hace más de tres meses, entrevista que le hizo 20minutos anteayer viernes y que publicaremos en unas horas, íntegra en nuestra edición online y resumida en nuestras ediciones impresas de mañana lunes.

Sánchez habla de todo. De por qué no logró la investidura como presidente del Gobierno hace ahora un año, del dramático Comité Federal del pasado 1 de octubre que supuso el final de su mandato, de su exaliado interno y ahora rival en las primarias del PSOE Patxi López, de la aún no autoproclamada candidata Susana Díaz, de la encrucijada en que se encuentra el PSOE en España y la socialdemocracia en Europa… De Mariano Rajoy, de Podemos y Pablo Iglesias, de Ciudadanos y Albert Rivera.

-¿Ha tenido presiones para no presentarse a las primarias?

-No, no he tenido presiones. He tenido comentarios de gente que me quiere, otra gente que me quiere menos y otros que me han dicho los pros y los contras de dar un paso al frente. Pero al final es una decisión personal y la he tomado con todas las consecuencias.

-¿Ha estado tentado a no presentarse?

-Sin duda. He estado tentado a no hacerlo, a dejar la política y a dedicarme a hacer otras cosas.

 

Por qué Pedro Sánchez y Susana Díaz no dicen aún si intentarán liderar el PSOE

¿Por qué no anuncian ya Pedro Sánchez y Susana Díaz si se presentarán a las primarias del PSOE para elegir al nuevo secretario general?, se preguntan partidarios y detractores de uno y de otra, y la opinión pública en general. Por razones comunes, ambos, y por razones particulares cada uno de ellos.

La razón que comparten es que aún queda mucho tiempo -en términos políticos- para la convocatoria de las primarias y del congreso del PSOE, convocatoria que se hará oficialmente en un Comité Federal que se celebrará previsiblemente a finales de marzo o a primeros de abril, y ninguno de los dos quiere dar el paso definitivo sin saber con exactitud las reglas del juego -cuál será finalmente el censo de militantes socialistas con derecho al voto, si podrán votar los del PSC o no podrán, si además de un mínimo de avales para presentarse habrá un máximo, etc.- y sin tener los apoyos respectivos firmemente amarrados. Saben ambos, además, que los avales no se pueden recolectar hasta que la convocatoria no sea oficial.

Las razones particulares en la espera de cada uno de ellos dos son muy diferentes.

Susana Díaz aún confía en que el desgaste que a Pedro Sánchez le esté suponiendo por un lado la anunciada candidatura de Patxi López y por otra su ‘clandestinidad’ -hoy Sánchez es un militante socialista de a pie y no tiene ningún cargo, ni público ni privado; es un simple ex: exlíder del PSOE, exsecretario general, exdiputado…, y eso le da poca visibilidad pública- le empuje a tirar la toalla. Además, Díaz, como presidenta andaluza, tiene graves problemas de gestión -con la sanidad pública, por ejemplo- que serían un flanco abierto a la crítica si anunciara su candidatura y empleara parte de su tiempo en la precampaña socialista quitándoselo a sus obligaciones como presidenta andaluza. Una encuesta de esta semana, que dice que sus perspectivas electorales están cayendo, ha echado aún más sal a esa herida.

Por lo que a Pedro Sánchez se refiere, el exlíder socialista aún tiene dudas sobre su papel en el ‘proyecto colectivo’ en el que trabaja desde hace muchas semanas. Sabe de sus muchos apoyos entre la militancia socialista -«el aura del martirio le da muchísimos votos, y esos no son traspasables a otro candidato», dice uno de sus más cercanos colaboradores, en referencia con lo del martirio a la maniobra de los barones rebeldes que encabezados por Susana Díaz le sacaron de la secretaria general el pasado 1 de octubre-, pero no está tan seguro del apoyo de los cuadros orgánicos medios en muchos territorios, y esos son fundamentales tanto para la recogida de avales como para la votación final. La gira territorial que ha anunciado entre los militantes y que comienza la próxima semana nada menos que en Sevilla, el feudo principal de Susana Díaz, es en realidad el autotest de Sánchez para tomar una decisión.

‘El alto, el malo y el guapo’, una película del oeste en el PSOE

Calle Ferraz, 68-70, Madrid; sede central del PSOE, hace unos trece años. Pepe Blanco, el todopoderoso secretario de Organización y Acción Electoral del PSOE y principal artífice de la sorprendente victoria en julio de 2000 de José Luis Rodríguez Zapatero sobre José Bono en la carrera por el liderazgo del partido, se ha rodeado de tres jóvenes treintañeros para gobernar con mano férrea la vida interna de la organización, muy deteriorada en los años anteriores de liderazgo de Felipe González y en los escasos tres de Joaquín Almunia. Los tres jóvenes son amigos, andan gran parte del día juntos y tienen despachos cercanos en la primera planta de la sede central socialista, en la que también está Blanco, su jefe. Unos los llaman los Blanco Boys. Otros, rememorando una legendaria película del oeste de Sergio Leone y Clint Eastwood, se refieren a ellos como ‘El alto, el malo y el guapo’.

‘El alto’, 1,94 metros, se llama Óscar López: 30 años y licenciado en Ciencias Políticas, desde 2000 es coordinador de la Secretaría, la mano derecha de Blanco. ‘El malo’, al que otros dicen ‘el feo’, se llama Antonio Hernando: 36 años y licenciado en Derecho, es asesor de la Secretaría, se ocupa en esos momentos de movilización electoral, luego le encomendarán temas de formación interna en el partido. ‘El guapo’, 31 años, licenciado en Ciencias Económicas y Empresariales, también asesor de la Secretaría, se llama Pedro Sánchez. Cinco años atrás, había trabajado también como asesor en el Parlamento Europeo, donde había coincidido con Óscar López, y había sido jefe de gabinete del Alto Representante de Naciones Unidas en Bosnia, Carlos Westendorp, durante la Guerra de Bosnia. Ahora hace papeles para su jefe Blanco, argumentarios de campaña, discursos para mítines, etc.

Salto en el tiempo, verano de 2014. Pedro Sánchez gana las primarias y se convierte en secretario general del PSOE. Entre sus primeras decisiones, apoyarse en sus dos viejos amigos y promocionarlos políticamente: a Antonio Hernando lo nombra portavoz del Grupo Socialista en el Congreso y a Óscar López lo hace primero secretario general y después portavoz del Grupo Socialista en el Senado.

Nuevo salto en el tiempo. Octubre pasado: Antonio Hernando, que ha sido mano derecha de Sánchez durante sus dos años largos de secretario general del PSOE, lo abandona y acepta la propuesta del bando socialista que ha derrocado a Sánchez y sigue de líder parlamentario del partido con la nueva dirección, la de la gestora. Sábado pasado: Óscar López lo abandona también y se convierte en jefe de gabinete de Patxi López, que acaba de anunciar su candidatura a la secretaría general, una candidatura que resta posibilidades a la del propio Pedro Sánchez.

El alto y el malo han dejado al guapo, o eso parece.

En el PSOE, como en muchos otros partidos (véase estos días Podemos), las luchas internas de poder tienen muchas de las características de las películas del oeste: relaciones personales volátiles, lealtades, traiciones, venganzas, pistoleros a doble sueldo o que cambian de bando, duelos y confrontación directa, sacrificio, esfuerzo, ganadores y perdedores cambiantes, ambiente crepuscular, psicología, utopía…

A la película ‘El alto, el malo y el guapo’ probablemente aún le queden varios episodios.

P.D. Hace esos trece años, a Pedro Sánchez algunos en el PSOE lo llamaban Pedro el Guapo para despreciarlo. “Mucha fachada y no sabemos si algo en la cabeza”, oí comentar sobre él por aquel entonces. Luego, cuando llegó a secretario general y la socióloga británica Catherine Hakim ya había formulado su teoría sobre el capital erótico, algunos de aquellos mismos críticos zumbones se convirtieron en panegiristas. Pero esa es otra película. Os la conté aquí en julio de 2014.

«Facciones cainitas» en el PSOE

El Comité Federal que mañana celebra el PSOE no será tan traumático como el del 1 de octubre, pero tampoco una balsa de aceite, un paseo de trámite de la gestora. Hay mucho mar de fondo, mucho malestar en las bases y en parte de los poderes orgánicos territoriales, que se sienten ninguneados y discriminados y que acusan a la gestora -mucho en privado y a veces algo en público- de una gestión partidaria, sesgada, pensando no en la totalidad del partido, sino solo en una parte de la élite.

El debate fundamental mañana va a ser el del calendario de congreso y primarias. La gestora y sus principales poderes territoriales de apoyo -sobre todo, el andaluz de Susana Díaz- impondrá un calendario largo, para el verano, pese a que la mayoría de los barones territoriales han pedido a Javier Fernández, el presidente de la gestora, que sea corto y para la primavera.

A algunos dirigentes significativos y poco señalados o significados en las guerras internas, pues ni estuvieron con Pedro Sánchez ni están ahora con Susana Díaz, más que las fechas lo que les preocupa es la costatación de que la fractura interna es muy grave. «Tenemos un clima interno de facciones cainitas que nunca antes he conocido dentro de mi partido», me dice un veterano de primer nivel de mando durante muchos años. «Y lo veo en los dos lados, veo a demasiada gente que basa toda su estrategia y acción política en cómo conseguir la neutralización, la expulsión del otro bando».

¿Y que remedio tiene eso, una tercera vía?, le pregunto. «Puede ser, pero es muy difícil, dado el enconamiento de las posiciones».

Aliados recientes de Susana Díaz buscan ahora una alternativa

Casi muda todo octubre y lo que va de noviembre, desde el golpe de mano liderado por ella misma para quitarle a Pedro Sánchez el mando del PSOE, Susana Díaz vino ayer a Madrid a una gira de televisiones (La Sexta, Telecinco)… y apenas dijo nada nuevo. Las principales preguntas que se le hacen a la presidenta andaluza no solo desde hace mes y medio sino desde hace ya dos años y medio, desde la caída de Alfredo Pérez Rubalcaba, -¿se postula para liderar el PSOE? ¿se presentará a las primarias para hacerlo? ¿ve compatible la secretaría general del partido con la presidencia de la Junta de Andalucía?- siguen por ahora sin respuesta.

¿Porque aún no está ella del todo decidida o por estrategia de gestión de los tiempos, aplazando cuanto pueda la convocatoria de las primarias y del Congreso del PSOE para ver si mientras tanto Pedro Sánchez desiste de presentarse o los militantes lo abandonan, a él o al partido? Los observadores están divididos. Y empiezan a estar divididos y disgregándose también -y esto es nuevo- algunos de los barones y de las viejas glorias del partido que ayudaron a Susana Díaz en el golpe de finales de septiembre. Ya no son una piña. Se apiñaron contra Sánchez, pero algunos se están ahora ‘desapiñando’ de Díaz y empezando a mirar ya hacia otro lado. Unos porque ven a la líder andaluza demasiado manchada en la operación contra Sánchez; otros porque les ha entrado la sospecha de que la fórmula del socialismo andaluz no es exportable al norte de Despeñaperros; otros porque se temen que, si toma el poder absoluto, Díaz acabará olvidándose de los mayores que la ayudaron, «como ya ha hecho con Manolo Chaves y con Pepe Griñán»…

Algunos de los ‘desapiñados’, además, no paran quietos. Van y vienen entre ellos, barajando nombres, unos muy conocidos y otros casi desconocidos. He escuchado tres de estos últimos recientemente, y di con dos de ellos. Ni confirman ni desmienten. Y me dicen: «No me cites, que el ‘aparato’ me mata».

El PSOE, mal entre jóvenes, urbanos, formados…

A perro flaco, todo pulgas. El Barómetro que ha publicado hoy el CIS añade más grietas si cabe al ya muy dañado edificio del PSOE. No sólo por los datos generales (le otorga al PSOE solo un 12,3% de voto directo, y un 17% de voto total calculado por el CIS, frente al 22,66% de voto real que lograron los socialistas en las elecciones generales de junio pasado), sino también por algunos detalles en la letra pequeña del estudio. Como estos:

-Bajísima fidelidad de sus votantes. Sólo el 55,1% de los que votaron al PSOE en junio volvería a hacerlo ahora. ¿Y el resto? Un 20,1% dice que no sabe todavía qué haría, un 12,3% asegura que no votaría y un 4,2% que se iría a Unidos Podemos. Entre los grandes partidos, el PSOE es con diferencia el que menos voto conserva. Al PP seguirían votándolo el 79,4% de los que lo hicieron en junio; a Unidos Podemos, el 76,4%; a Ciudadanos, el 65,7%.

-Menos apoyo entre los hombres. Mientras que en voto directo el PSOE logra apoyos de un 12,3% del total de los electores, entre los hombres baja al 11,1%.

-Flaquea entre los jóvenes. Recuerda: voto directo sobre total población, 12,3%. Pues bien: el porcentaje baja bastante entre los encuestados de 18 a 24 años (al 10,1%) y entre los de 25 a 34 años (al 10,3%), y muchísimo en el tramo siguiente de edad, de 35 a 44 años, en el que sólo lograría el 7,4%.

-Abandonado en las grandes ciudades. En las de 400.001 a un millón de habitantes, solo el 8,9% declara voto directo al PSOE; y en las de más de un millón, aún menos: el 6,9%.

-Mal entre estudiantes y titulados superiores. En el primer grupo, sólo el 6,9% de apoyos directos; y en el segundo, el 7,8%. Muy lejos en ambos casos del 12,3% de voto directo general.

-Y peor entre profesionales y cuadros medios. Logra en esos colectivos sólo un 5,4% de apoyos.

Las entrevistas del estudio las hizo el CIS del 1 al 10 de octubre, con el PSOE abierto en canal por su crisis interna, ya que el mismo día 1 se celebró el bochornoso Comité Federal en el que cayó el secretario general, Pedro Sánchez, y tomó el poder interno el bando rebelde, con Susana Díaz a la cabeza. Lo que ha venido después -el divorcio entre la élite del partido y sus bases, a las que no se les ha dado voz; el empeoramiento de la fractura interna; la abstención para que Rajoy gobierne, la gestora que no convoca el preceptivo Congreso del partido…- auguran que el PSOE no solo no se ha recuperado sino que incluso puede estar aún cayendo.