¡Que paren las máquinas! ¡Que paren las máquinas!

¡Que paren las máquinas! El director de 20 minutos y de 20minutos.es cuenta, entre otras cosas, algunas interioridades del diario

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Cuatro grandes asuntos en la agenda de Pedro Sánchez


Tras un agosto familiar y casi desaparecido no solo para el común de los ciudadanos sino también para parte de la dirección del PSOE -salvo el paréntesis tras los atentados del 17-A-, Pedro Sánchez ha reaparecido a medias esta mañana, para hablar de Cataluña, y reaparecerá del todo mañana martes, en un desayuno informativo con varios centenares de invitados organizado por Europa Press en Madrid.

El acto no será uno más de los muchos de este tipo que se programan en la capital. Tendrá sustancia, propuestas concretas. Dado que el líder socialista no dispone de una tribuna institucional permanente, al no ser diputado, la dirección del PSOE y el propio Sánchez han decidido espaciar sus intervenciones públicas y en cada una de ellas presentar alguna idea fuerza o alguna propuesta novedosa que aspire a durar algo más que unas horas en los medios de comunicación.

En el acto de mañana, el discurso de Pedro Sánchez girará en torno a los cuatro grandes asuntos que el líder del PSOE considera que marcarán la agenda política de los próximos meses. Son éstos: el debate sociolaboral, la educación, las pensiones y Cataluña. En el primero de ellos, según las fuentes consultadas, podría haber propuestas muy novedosas.

El conflicto en El Prat, compendio de puntos negros de nuestra economía

Un servicio en una infraestructura pública -el de seguridad en el aeropuerto de El Prat- privatizado por una empresa pública, Aena, que se lava las manos.

Una concesionaria, Eulen, a la que le ha ido muy bien en su cuenta de resultados con operaciones como esta, que huelen a capitalismo de amiguetes.

Unos trabajadores malpagados y saturados de horas extra, tan desmotivados e indignados que acaban declarándose en huelga.

Unos usuarios que padecen el mal servicio y se sienten con razón rehenes de unos y de otros.

Una administración pública -la central: el Ministerio de Fomento y el Gobierno- que primero no interviene porque dice que es un conflicto privado y después ‘militariza’ el servicio privado porque considera que es una emergencia pública y manda a la Guardia Civil a hacer de esquiroles de los huelguistas.

Otras administraciones públicas -la autonómica catalana y la local de Barcelona- con escasas posibilidades reales de intermediación, por una normativa obsoleta e ineficiente.

El conflicto de El Prat es un compendio de muchos de los puntos negros de la economía española. Las cacareadas modernización, recuperación, eficiencia, productividad y competitividad… de nuestra economía eran esto: dejación de funciones por parte de la administración, peores servicios públicos, mejores rendimientos privados, pauperización del empleo y de los salarios…

 

 

Inminente nuevo hachazo del Gobierno a la hucha de las pensiones

Finales de junio, inminente la paga extra de verano a los pensionistas e inminente también -sospecho- el nuevo hachazo del Gobierno a la hucha de las pensiones para poder atender esa paga. El año pasado, echó mano de los ahorros en tres ocasiones: el 1 de julio sacó 8.700 millones para pagar la extra de verano, el 20 de julio 1.000 millones más para pagar el IRPF de los pensionistas y el 1 de diciembre otros 9.500 millones para pagar la extra de navidad. Cuando a finales de 2011 Mariano Rajoy llegó al Gobierno, en el Fondo de Reserva de la Seguridad Social (que éste es el nombre técnico de la hucha de las pensiones) había 66.815 millones de euros. Tras las sucesivas veces en que el Gobierno de Rajoy ha recurrido a ella, en la hucha quedaban, a finales de marzo pasado, 15.148 millones.

El problema de la financiación de las pensiones es de primero de matemáticas. Aquí os expliqué hace un año con detalle la situación. Pese a la recuperación económica y al aumento en los últimos dos años del número de cotizantes, los ingresos de la Seguridad Social dan para ir pagando mes a mes la paga ordinaria de los 9,5 millones de pensionistas… pero no dan para afrontar las pagas extraordinarias. Es la prueba palmaria de que el empleo que se está creando -pese a los aspavientos con que lo celebran el Gobierno y el PP- es de muy pobre calidad: empleos poco cualificados, contratos temporales y/o a tiempo parcial, salarios bajos… y cotizaciones muy bajas y muchas de ellas bonificadas. Tan pocos ingresos aportan al sistema, que el agujero de la Seguridad Social sigue creciendo incluso en estos tiempos de presunta recuperación: el año pasado, más de 18.000 millones de déficit.

Consciente de que meter mano a la hucha de las pensiones es una mala noticia para su reputación, el Gobierno procura siempre hacer la saca con cierto sigilo, y siempre que puede elige cuidadosamente la fecha para que la opinión pública se entere lo menos posible. Hace ahora un año, por ejemplo, lo hizo con nocturnidad, estivalidad y alevosía: el viernes 1 de julio, casi de noche, horas después de que empezara la primera gran operación salida de vacaciones. No me sorprendería que este año sea en la tarde noche de este viernes, 30 de junio, o el sábado 1 de julio. ¿Y la cantidad? La Seguridad Social necesitará en torno a 10.000 millones, pero esta vez quizás no todo salga de la hucha, ya que en los recientemente aprobados Presupuestos Generales del Estado se incluyó «un préstamo de hasta 10.192 millones a tipo cero para garantizar el pago de las pensiones». Es probable, por tanto, que para pagar la extra de verano de los pensionistas el Gobierno eche mano esta vez de las dos cajas: una parte, de la hucha de la Seguridad Social; y otra parte, del préstamo de los Presupuestos Generales del Estado. 

Un nuevo mapa bancario, quizás no definitivo

El Santander de Ana Botín se come el Popular. Completa y remata la hija la tarea que emprendió el padre, Emilio Botín, cuando fue haciéndose sucesivamente con el Banesto y con el Central Hispano, fruto este de la fusión del Central y el Hispanoamericano.

El Santander paga un euro por el Popular, un banco ahora en desguace, pero que hace menos de tres décadas era considerado el mejor del mundo y estaba incluido aquí entre los llamados Siete Grandes, más por el poder que tenían que por el tamaño. Influían mucho, mandaban mucho. A finales de los ochenta y primeros de los noventa, los presidentes de los Siete Grandes comían juntos cada pocos meses y le ponían tareas al Gobierno de turno. De aquel mapa, hemos pasado a otro donde tenemos un muy grande, el Santander, que tiene dentro a cuatro más -Central, Hispano, Banesto y ahora Popular-, y un grande, el BBVA, que alberga dentro a dos antiguos grandes -el Bilbao y el Vizcaya- y al banco público Argentaria.

En aquellos años remotos, la otra mitad del sistema financiero eran las cajas de ahorros, de las que ha quedado Caixabank, casi tan gigante como el Santander; la rescatada Bankia y unas pocas entidades de menor tamaño.

¿El mapa bancario español ya es el definitivo que dejan la crisis, la globalización de la economía y de las finanzas y el impacto del cambio tecnológico en la actividad? No parece. Queda por resolver, entre otros asuntos, cómo y dónde acabará Bankia y si siguen sueltos o integrados en una entidad mayor los nuevos bancos que en su día fueron cajas medianas y sobrevivieron a la voladura incontrolada del sector. Al mapa, previsiblemente, le quedan algunas fronteras por mover.

De cuando la madre superiora Ferrusola bajaba el IVA a las flores

Conseguir la aprobación de los Presupuestos con cesiones milmillonarias a partidos territoriales que miran más por el bien de sus paisanos que por el del conjunto de la sociedad española -y quizás hagan bien, dado que los grandes partidos se lo admiten- es ya tradición en nuestra política. Ni lo han inventado ahora el PNV o Nueva Canarias ni es solo el PP quien se busca su estabilidad parlamentaria con estas prácticas cuando gobierna. También lo ha hecho el PSOE, que incluso tiene en su trayectoria en este campo uno de los episodios más chuscos que se recuerdan.

Fue a finales de 1993, cuando el PSOE de un declinante Felipe González, que había logrado 159 escaños en las elecciones de junio de ese año, sacó adelante los Presupuestos de 1994 con el apoyo de la CiU de un entonces poderosísimo Jordi Pujol (17 diputados). El acuerdo se basó en medidas de desgravación fiscal; apoyo a la inversión, el empleo y la formación profesional; respaldo a las pequeñas y medianas empresas; rebaja del impuesto de sucesión para las empresas… y, sobre todo, la cesión del 15% del IRPF a las comunidades autónomas, como exigían los catalanes desde años atrás.

Pero aún quedaba una sorpresa, que apareció a última hora cuando se cerraban los flecos de la negociación presupuestaria entre el ministro del ramo, Pedro Solbes, y el portavoz de CiU en el Congreso, por entonces Miquel Roca: el IVA a las plantas vivas y a las flores se bajaba del normal al reducido. ¿Y eso? Una nadería: que Marta Ferrusola, esposa del president, había entrado en el negocio mediante una empresa, Hidroplant, que luego, por cierto, acabó salpicada en corruptelas que en aquel tiempo remoto parecían casi minucias y hoy diríamos que no lo eran, a la luz de lo que hemos sabido de la «madre superiora de la congregación», su esposo y su prole.

En la tramitación parlamentaria de aquellos Presupuestos, a la bajada del IVA de las flores se le llamó entre bromas y veras ‘la enmienda Ferrusola’, lo que daba una idea del poder que la primera dama catalana exhibía por entonces.

Un parche para las pensiones

El 40,7% de todo el dinero público que se va a mover este año en España se destinará a pagar las pensiones. En 2016 fue el 38,5% del total. 2,2 puntos porcentuales más sobre el gasto total es mucha subida y muchísimo dinero. En total, en 2017 dedicaremos 139.647 millones de euros a las pensiones. Como hay doce pagas y dos extras, la cuenta es fácil: nuestro sistema de pensiones necesita casi 10.000 millones cada vez que paga a los pensionistas. Y como ingresa a ritmo de algo más de 8.500 millones al mes, el agujero que genera fue el año pasado de 18.096 millones y probablemente será de al menos otros tantos este año.

La afiliación a la Seguridad Social crece a buen ritmo en número de personas, es verdad, pero esos nuevos afiliados no aportan mucho dinero a la caja. Muchos de los nuevos cotizantes tienen contratos precarios, baratos, temporales, a tiempo parcial… mientras que muchos de los nuevos jubilados tenían empleos más sólidos y cotizaron largo años con bases altas, por lo que su pensión es bastante más elevada (unos 1.400 euros al mes) que la pensión media del sistema (algo más de 900 euros).

Los políticos, los del Gobierno y los de la oposición, saben del problema desde hace muchos años. Al menos desde que en 2012 Mariano Rajoy, recién llegado al Gobierno, empezó a echar mano de la hucha de las pensiones hasta dejarla casi seca. Zapatero se la pasó con 66.815 millones de euros dentro, y hoy ya solo quedan 15.915. Para la extra de verano y poco más. Volverá a meter la mano en la caja a finales de junio próximo. Por eso, para asegurarse el Gobierno de que cuando llegue la siguiente extra, la de navidad, puede pagarla, ha consignado también en los Presupuestos Generales del Estado presentados ayer la posibilidad de un préstamo a la Seguridad de hasta 10.192 millones financiado contra la deuda pública.

Un parche. Bienvenido sea, bien viene disponer de él y tranquilizar a los pensionistas con que sus pensiones están aseguradas. Pero el problema de la financiación de la Seguridad Social sigue ahí, sin resolver y casi sin afrontar. El año pasado era porque el Gobierno estaba en funciones y no había estabilidad parlamentaria. Ahora, en el casi medio año que llevamos de legislatura, la comisión del Pacto de Toledo -que se ocupa en el Congreso de las pensiones- ha recibido ya a una treintena larga de comparecientes y -aseguran- pasada la Semana Santa comenzará a trabajar en las recomendaciones. Sea, dense prisa. Y que entre ellas no haya alguna cuyo efecto final sea que los pensionistas siguen perdiendo poder adquisitivo, como ocurrió con la última reforma.

Rodrigo Rato hacía milagros consigo mismo

Una corte mixta de banqueros, empresarios, políticos del PP, tertulianos y periodistas anduvo muy bulliciosa en los últimos años del siglo pasado y primeros del actual pregonando a los cuatro vientos las bondades, excelencias, éxitos y magias varias del «gran artífice del milagro económico español en los ocho años de gobierno de Aznar», el ilustrísimo Rodrigo de Rato y Figaredo, primero ministro de Economía y Hacienda, luego solo de Economía, después vicepresidente segundo del Gobierno, más tarde vicepresidente primero…

Los historiadores económicos determinarán cuando pasen los años y haya una cierta perspectiva si hubo o no hubo «milagro económico español» -y en qué grado, y si fue milagro o fue pecado-, pero las investigaciones policiales, fiscales (del fisco y de la fiscalía) y judiciales ya han determinado con multitud de pruebas que sí hubo un «milagro económico de Rato», que supo convertir sus sucesivos cargos y la reputación que le procuró la corte arriba citada en un enorme chorro de dinero a sus finanzas personales, unas veces por el borde de dentro de la ley y otras veces parece que por el borde de fuera.

El milagrero Rodrigo Rato, en fin, no está aún acreditado, pero el automilagrero Rodrigo Rato sí lo está, y profusamente. Está tardando mucho la corte en reactivar el pregón de su valía; y el que en su día fue su padrino mayor, José María Aznar López, en sacar pecho por los sucesivos nombramientos.

Donald Trump y el efecto mariposa

Las inquietudes, incertidumbres y miedos que desató en todo el mundo en noviembre pasado la elección de Donald Trump como nuevo presidente de Estados Unidos se acrecentaron estas semanas atrás cuando se fueron conociendo los nombres de su equipo de Gobierno y se han confirmado y multiplicado ahora con su discurso de toma de posesión y sus primeras medidas tomadas en la Casa Blanca.

Ya parece definitivo. No habrá un Trump presidente muy diferente al Trump candidato. Un nuevo fantasma recorre ya el mundo.

La teoría del caos, elevada a su máxima potencia. Si el aleteo de una inocente mariposa en un extremo del planeta puede provocar un tornado en el otro extremo, las llamaradas lanzadas por un dragón furioso pueden provocar incendios en todo el mundo, algunos de ellos con efecto abrasador no sólo en la política, la economía, los estados, la geopolítica o el comercio; sobre todo en las personas. El mundo es hoy algo peor que ayer, y quizás un poco mejor que mañana.

Mariano Rajoy y el no rescate de la banca

29 de mayo de 2012. Comparecencia de urgencia de Mariano Rajoy, presidente del Gobierno desde cinco meses antes: «No va a haber ningún rescate de la banca española». Lo dice él, palabra a palabra, como se observa en el video. Probablemente, en la sede central del PP, por la cartelería que se observa tras el presidente.

Apenas dos semanas después, 13 de junio de 2012. Sesión de control al Gobierno en el Congreso de los Diputados. La oposición (Rubalcaba, Rosa Díez, Coscubiela…) interpelan sobre el rescate, pero Rajoy prefiere calificarlo de «préstamo en condiciones ventajosas» «sin coste para la ciudadanía». En el vídeo con parte de la sesión, el presidente del Gobierno afirma incluso: «Es un crédito a la banca que va a pagar la propia banca».

Ayer, 10 de enero de 2017. Informe de fiscalización del proceso de reestructuración bancaria del Tribunal de Cuentas en el que afirma que el saneamiento de los bancos le ha costado ya al erario público 60.718 millones de euros. «La cifra no es definitiva, puede aumentar o disminuir».

En 20minutos hemos echado cuentas (60.718 millones divididos entre 46,5 millones de habitantes) y nos sale que ese préstamo ventajoso que según el presidente del Gobierno iba a pagar la propia banca ya nos ha costado a cada español 1.305 euros.

En la agenda oficial del presidente del Gobierno no está hoy prevista ninguna comparecencia en la que Rajoy explique por qué se equivocó -o por qué mintió- en 2012.

Cinco muertos recientes en su precaria casa

Los tres temporeros agrícolas de entre 30 y 40 años que murieron ayer lunes, de madrugada, en un incendio en un garaje en Rus (Jaén) vivían allí, en el garaje. La estufa eléctrica con que se calentaban mientras dormían fue la causa del incendio.

El hombre de 57 años sin profesión conocida que hace apenas una semana, el pasado 19 de diciembre, murió en una cueva que se inundó en la falda del castillo de Xàtiva (Valencia) vivía y dormía allí, en la cueva.

La joven prostituta de 26 años que hace poco más de tres semanas, el pasado 4 de diciembre, murió ahogada en el sótano del club de alterne de Estepona (Málaga) en que trabajaba vivía allí, en el sótano del local, donde le sorprendió la riada mientras dormía.

En el resumen del año que algunos ven como el de la recuperación económica y de la salida de la crisis… no debemos olvidar tragedias como estas. 2016, como ya tantos años anteriores, también ha sido un año de desigualdad, de exclusión, de precariedad y de pobreza.