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El big data del alma

Vuelve la mili

Vuelve el servicio militar obligatorio, Alemania se lo piensa y en cada país los gobs preparan las leyes para eximir a sus hijos y sobrinos de este impuesto de carne. Tiempos prebélicos o bélicos sin más. El aviso es universal, la OTAN es la única institución que manda. En el CRACK anterior, que aun colea tanto, fueron los bancos centrales y los hombres de noir, pero ahora se ha impuesto lo marcial: hay que gastar en armas, reflotar la industria local, que es china, y fabricar drones a cuatro perras y misiles de un millón la unidad.

La guerra se se impone por todas partes como un dictado del poder, la guerra es lo que define el poder mundial, así que por la parte de abajo vuelve la mili, la rancia mili de siempre. Los alimentos han subido un 38% en cuatro años, según la OCU, y no hace falta que nadie lo demuestre, solo hay que ir a comprar. Los dos epifenómenos están vinculados, aunque nadie explica cómo: la guerra y el precio de la vida. La cesta de la compra y la vivienda.

Terrible en general. Los bares, a reventar, terrazas hiperllenas, jolgorio en la seguridad, esta vez con datos, de que no hay un mañana.

Con el precio de los pisos y las viandas mejor vivir en el cuartel.

Ay mama.

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