Temblando ante la locura homicida de Putin y sus bombas atómicas, bombas anímicas (de momento las que matan son las otras, las «normales»), temblando ante las corrupciones y el saqueo de fondos públicos, igual da que sean nacionales –pero de qué nación– o europeos. Temblando como mascarillas al viento.
Hubo unos meses o años en que el paisaje estaba llenos de mascarillas que volaban como cometas y se quedaban prendidas en los cables, tendedores, hilos…
El viento se llevó esas mascarillas todas defectuosas y que nunca sirvieron para nada según la evidencia científica
La salvación de esa prenda casi de sexshop fue espiritual, sagrada, un objeto mágico como un estandarte mínimo, un tanga, un bikini, lencería de pobres que valía un dineral, las cifras de pobres (aunque oficialmente se llaman de otra forma) se mantienen o crecen, desde el crack CRACK del 2008 se arrastra el país
Wuhan Wuhan Wuhan!!!!!!
Ya no se nombra el virus de oscuro origen pero
han vuelto las mascarillas defectuosas a fotografiarse en sus olvidados almacenes institucionales
las mascarillas que hubo que comprar por hacer algo hacer algo hacer algo.
Ahora urge comprar misiles, bombas hipersónicas, aviones (cuando haya), y todas las municiones que puedes encontrar…
O
Y reclutar al que no pueda pagar el escaqueo…
Ya avisan y suenan los clarines. ¿Cómo reavivar el ardor guerrero en generaciones que por suerte han crecido en paz?
¿Servirá de algo el entrenamiento en gimnasio?