Va cayendo la tardesoir en medio de una tormenta de nadas, que quizá son las peores. Pasa el Tour, pasa La Promesa, pasan las mismas noticias con otro siglo de retraso.
Todo en streaming, con algún corte casi inapreciable
porque el satélite de guardia chisporrotea y falla un microsegundo
Las llamaradas solares, fulguraciones, alteraciones de las ondas que nos llevaban hasta que dejaron de llevarnos.
La hiperrealidad, ese paisaje idéntico, clavado con chinchetas en un horizonte, se manifiesta por medio de pájaros, gorriones vecinos, inquilinos, golondrinas, murciélagos, avispas gigantes, moscas, arañas centenarias que ni ellas mismas saben hasta dónde llegan sus redes.
Caliginoso atardecer en las soledades interrumpidas por robots insomnes, algoritmos alados del atardecer, ofertas
Silencios de largo alcance
…
Dicen que el mar ha subido tres o cuatro grados
Ni puntos quedan para las íes
Tormenta vacía
Ha pasado la tormenta, hay tardeo simulado, la vida vuelve en 3D
En un día crece el calabacín
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Autovías de pago a ver en qué queda