Acabo de ver la peli Irati, de Paul Urkijo Alijo (2022) en Amazon Prime, y no la he dejado a medias. O sea, bien. La he visto a trozos, en tres o cuatro tandas, sin sonido, y aguanta, es interesante. Muy bien aprovechado el presupuesto, una historia que aguanta. SObriedad fantástica, si puede decirse. Premedieval, un poco turística, vende los parajes de ensueño locales, como casi todas las pelis, necesitan ese dinero, ese impuesto. Todo está bien, da para más, una serie, una saga, primeros reyes medievales cristianos, mezcla con moros, franceses, Carlomagno. Algunos efectos son excesivos: para ser un mundo (pagano) que agoniza echa buenos chorros de energía, el canto del cisne. Pero se ve bien, se disfruta y las lamias humanas van a dar mucho juego.
En espadones y cacharrería es caro comeptir, y a su escala lo hace bien. Donde se puede competir es en la historia, en los diálogos (competir con Shakespeare), y también tiene algunos buenos. El lema «Todo lo que iene nombre existe» es una declaración fiel a la peli. Quizá más fiel: «Lo que se nombra existe».
Si tiene nombre y se ha olvidado y nadie lo pronuncia o lo piensa… desaparece. Como el antiguo mundo de magia primordial en la peli… un mundo al que rescata al nombrarlo la propia película: Irati. OK