De Japón poco se sabe, aquello de abenomics, el asesinato del ex primer ministro el pasado mes de julio, y es bastante. Japón ha desaparecido un poco en esta parte remota del inframundo, esquina inferior izquierda de Europa, una Europa ahora sobornada y/o infiltrada por Catar y quizá otras morerías lobizantes, infiltrada por Rusia putinesca, aparte de la tradicional infiltración familiar de USA, de Japón poco se sabe. Brexitada.
Se sabe que no pasa nada, pionero en envejecer y en no crecer. En los ochenta se puso de moda el temblor por Japón que iba a desbancar un poco a USA, cuando empresas japonesas compraban emporios americanos mal gestionados.
Ahora Japón vuelve a la actualidad de la única forma que vuelven los países en este mundo retrovírico: porque se va a rearmar a tope. Empezó en 2014 pero dobla el presupuesto, ya lo ha anunciado: USA se alegra, otro cliente, otro aliado rearmándose en el cerco preventivo a China. Y Corea la Mala, que se gasta en misiles lo que no tiene en comida. Hambre y terror, zona caliente en un mapa en llamas.
Japón se rearma. Es lo que faltaba en el crescendo de espantos. En vez de inventar o desarrollar una fuente de energía o cualquier avance de salud, bienestar… se pone a gastar en armas. Más madera…
Y es la única forma de llamar la atención de inversores locos y genocidas en general. La pésima noticia va a breves. Estamos zombis. El cambio climático se produjo en nuestros corazones mucho antes o al mismo tiempo que en el clima. Estamos zombis y Japón se rearma.
Lo de España es terrible, pero hay que dejarlo reposar un poco.