Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Bot escuchando a una persona

Y así llega el ansiado viernes, sucio de besos y arena. Las vidas en marcha, moléculas en homeostasis, todo a tope al run run chanante, amaneció y no fue poco y salen las calles al encuentro de los campos y las noticias te atraviesan como a un san sebastián poroso compacto transparente impenetrable…

Siguen las mismas de ayer, de momento la semana atropellante se ha tomado un respiro para digerirse a sí misma, los lanzadores de misiles conceptuales, fakeadores, memeticonos… se ha parado la máquina de bombear… hay un descanso… hasta hay un mundial de fútbol de invierno… ¡en Qatar!

Todo lo que courre en el antiguo Occidente viene ya de los emirates y de China y Asia aunque a veces solo se ve el influjo con el reflujo, a veces es más que influjo o influencias, son órdenes, consignas, ideas liofilizadas que han calado a fuerta de dinero y bombas, como siempre ha sido la influencia, seducciones vaporosas vaporware ideal ideologías remachadas a martillazos y millones de muertos de una vez o en fases y lotes o incluso lentamente por goteo en el tedioso criminal day a day.

Ahora no sabemos quién manda –hay dudas hasta sobre Elon Musk– y eso siempre da una cierta apariencia de libertad o al menos de un poco de tiempo para simularla, un metaverso interior mientras deciden a bombazos o con dinero y poder blando soft power quién va a mandar, a veces hay que estar a dos o más amos y es un poco confuso, quizá como ahora, que nadie sabe nada excepto las magnitudes más o menos aceptadas, la deuda de 1,5 B€ (española), o sea, en la media del mundo, y luego ya lo demás empieza a bailar como las sentencias con la nueva ley, ambigüedades e interpretaciones, redactada con el xxxx para que permita el fakeado y el barullo, una cosa y la contraria, o casi… Menos mal que no permite o incita a meter a la víctima en la cárcel… de momento.

Supura el day por las costuras pide el viernes un poco de zen mientras cada cual inyecta a presión sus memes incluso o especialmente en los entornos micro, en todas partes, y un poco de paz y quizá silencio viene bien… vendrían bien…

A ver si se les acaban los misiles.

El superbot intenta escuchar a una persona pero es viernes del fin del mundo y hay tanta agenda que se le recuece el coco que está en la nube y le sale diésel tufarra por la nuca, donde lleva el tubo de escape.

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