La escaladora iraní Elnaz Rekabi que trepó sin velo en una competición internacional ha vuelto a su «país» y de momento no lan matado, detenido, apedreado.
“Estaba ocupada poniéndome mis zapatos y mi equipación, y eso hizo que me olvidará de ponerme el velo”, ha dicho a la agencia oficial iraní en el aeropuerto Jomeini a la vuelta de Seúl. Lo ha dicho con velo puesto… y gorra.
La gorra ya conculca o impugna el velo. Además, ¿por qué habría de llevar velo si no competía en un velódromo?
La intrépida escaladora ha sido tan valiente que ha competido sin velo. Luego ha tenido que disimular y admitir que no lo hizo queriendo por desafiar al régimen infausto.
En septiembre la joven Mahsa Amini fue detenida por la policía moral iraní por llevar el velo mal puesto y murió.
Desde entonces mujeres y hombres iraníes desafían al régimen teocrático, y en todo el mundo hay gente que se corta mechones en apoyo a las mujeres y contra el velo vejatorio ilegal.
Lo que hacen las autoridades es ilegal incluso para ellas.
«La ONG Iran Human Rights, con base en Oslo, ha informado de la muerte de 108 personas, entre ellas, 23 menores, de 11 a 17 años. Además, hay miles de detenidos, entre ellos exfutbolistas, activistas, abogados y cantantes, algunos de los cuales han sido puestos en libertad bajo fianza.» (EP)
Peligra la escaladora, aunque menos porque ahora es mundialment famosa, y peligra su familia, su hermano, quizá desaparecido. Peligra media humanidad.
Los toreros deberían cortarse todos la coleta ante la escaladora.
Estaría bien saber cómo anda Salman Rushdie, por eso.
Y estaría bien suspender el Mundial de Fútbol de Catar.
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