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El big data del alma

Sánchez suma su tercera incógnita y se llama Sxxx

El pobre Sxx, antes Sánchez y luego Sánchex, se ha ganado la tercera «x». Es un tipo que va sumando incógnitas que ni él mismo sabrá despejar. Si supiera su responsabilidad sería enorme.

A la oscuridad de sus hechos parece más bien que se deja llevar por los acaeceres diversos. La nueva «x» puede aludir, de momento, al desastre de Marruecos/Sáhara/Argelia.

Sxxx va sumando «x» como el Madrid suma copas. Es una ambición como otra cualquiera. Y en esa competición no hay quien le gane. Igual que Nadal resucita y gana otra copa, Sánchez-Sxxx añade más «x» a su cv.

Ahora es Sxxx… aunque quizá lleve más «x» encima, o debajo, y no las sepamos, o no podamos verlas. Es como las predicciones de Einstein, que se cumplen si esperas cien años.

Esperemos que no, que todo quede en eso, en tres «x», que ya es. Que ya son.

A Sxxx no hay quien lo tope.

Él no explica nada, va por libre, manda una carta al bey de Rabat, o no niega haberla mandado, no pregunta, no da razones, sólo faltas de sintaxis, gramática…

Al no entender nada el perplejo país (y sus nacionalidades) recurre a las explicaciones esotéricas, supersticiosas, conspiratoriales…

Que si le pillaron algo en su móvil con el pirateo de Pegasus, que si hay intereses ocultos inconfesables, extraterrestres lo han abducido por encargo del enemigo («que se ponga») para boicotear la cumbre de la OTAN…

Él no da razones, sus edecanes fabrican argucias de relleno colateral, azuzan a la UE, dejan correr las horas y los gases…

Lo único claro es que ante este enigma recurrente el intrépido Sxx se ha ganado las tres «x».

 

 

 

 

 

 

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