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El big data del alma

Putin no está bien

Putin debe de estar muy enfermo, es una imaginación mía, una hipótesis. Ojala que esté sano y con el cerebro fresco. Pero no lo parece. Quizá se tomó por error una dosis de Novichok, lo que le dieron a Navalny, disidente ruso que está en la cárcel. O Polonio. Putin tiene una lista de damnificados (muertos) por disidentes más larga que el lince de Arabia Saudí.

El caso es que Putin está enfermo, al menos desde mi punto de vista anaerobio remoto (método paranoico crítico de Dalí). Enfermo o hinchado de iracundia. A veces o siempre la enfermedad está entrelazada con algún desafuero del alma aparente.

Casi vuela la central atómica más grande de Europa. Sin necesidad de descapuchar un misil nos mata a todos. Qué bruto.

La rabia le ciega como en los peores westerns.

Tal como refleja la imagen no está en su mejor momento, en plenas tinieblas, perdido en su noveno círculo del infierno de Dante nos arrastra a sus pesadillas.

Sólo podemos confiar en los contrapesos cercanos, algunos generales, asesores, camareros, rasputines… que en el momento de ir a pulsar el botón fatídico lo recluyan en un escondijo acolchado y digan que cada cual a su casa… a las ruinas donde estuvo su casa.

Igual que Trump era un peligro y quieras que no lo fueron capeando (aunque al final estuvo a punto de armarla), hay que confiar y rezar porque los que rodean a este pirado enfermo lo vigilen y lo sujeten.

Cuanto antes.

Y todo el arco de países liberados del Yugo de Varsovia tiemblan igual que una hoja al cierzo de Zaragoza. El miedo nos mata antes de que pase nada. Que ya ha pasado.

Los espías rusos habrían filtrado a Zelensky que los asesinos infiltrados iba a por él, según los propios adláteres de Zelensky. Si eso fuera cierto no sería muy elegante dccirlo: los presuntos espías rusos filtradores quedarían en muy mal lugar y les echarían Novichok ipsofacto. Y quedaría anulada esa vía de filtraciones. Raro.

Un vecino de Utrillas (Teruel, donde hubo minas) va con una furgona y trae a cinco ucranianas, siete mil kms en tres días. Y piensa volver a por más. El ayuntamiento le va a poner un coche de nueve plazas.

Aparte de que putin esté enfermo e hinchado de tanto rabiar la invasión tiene muchos alicientes económicos, o todos los alicientes económicos. Lo demás es superfluo, el honor, la geoestrategia, etc. A ver quién gana. De momento la gasolina está a precio imposible. Igual que todo lo demás.

La carta de los científicos y periodistas científicos rusos contra la invasión de Ucrania (enlace). Y entrevista con el científico que la redactó y lanzó la primera manifestación.

La traducción cortesía de Google:

Nosotros, científicos y periodistas científicos rusos, declaramos una fuerte protesta contra las hostilidades lanzadas por las fuerzas armadas de nuestro país en el territorio de Ucrania. Este paso fatal conduce a enormes pérdidas humanas y socava los cimientos del sistema establecido de seguridad internacional. La responsabilidad de desencadenar una nueva guerra en Europa recae enteramente en Rusia.

No hay justificación racional para esta guerra. Los intentos de utilizar la situación en Donbass como pretexto para lanzar una operación militar no inspiran ninguna confianza. Está claro que Ucrania no representa una amenaza para la seguridad de nuestro país. La guerra contra ella es injusta y francamente insensata.

Ucrania ha sido y sigue siendo un país cercano a nosotros. Muchos de nosotros tenemos familiares, amigos y colegas científicos que viven en Ucrania. Nuestros padres, abuelos y bisabuelos lucharon juntos contra el nazismo. Desatar una guerra en aras de las ambiciones geopolíticas de los líderes de la Federación Rusa, impulsada por dudosas fantasías historiosóficas, es una cínica traición a su memoria.

Respetamos el estado ucraniano, que se basa en instituciones democráticas que realmente funcionan. Tratamos la elección europea de nuestros vecinos con comprensión. Estamos convencidos de que todos los problemas en las relaciones entre nuestros países pueden resolverse pacíficamente.

Habiendo desatado la guerra, Rusia se condenó al aislamiento internacional, a la posición de país paria. Esto significa que nosotros, los científicos, ya no podremos hacer nuestro trabajo con normalidad: después de todo, realizar investigaciones científicas es impensable sin la plena cooperación con colegas de otros países. El aislamiento de Rusia del mundo significa una mayor degradación cultural y tecnológica de nuestro país en ausencia total de perspectivas positivas. La guerra con Ucrania es un paso a ninguna parte.

Nos amarga darnos cuenta de que nuestro país, junto con otras repúblicas de la antigua URSS, que contribuyeron decisivamente a la victoria sobre el nazismo, se ha convertido ahora en el instigador de una nueva guerra en el continente europeo. Exigimos el cese inmediato de todas las operaciones militares dirigidas contra Ucrania. Exigimos respeto por la soberanía y la integridad territorial del estado ucraniano. Exigimos la paz para nuestros países.

Siguen llegando firmas, agregamos todas las que podemos (ahora hay más de 7400 en el sitio)

¡A la atención de todos los trabajadores científicos que deseen firmar un llamamiento contra la guerra! 

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2022-03-04 00:00«

 

 

 

 

 

 

 

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