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El big data del alma

Guerras tan ambiguas que parecen paces

Estas cosas pasan. Lo ha dicho alguien del entorno. Así es la vida, las cosas que pasan. Todos tranquilos. ¿De qué vive esta gente?

Biden ha dicho que teme un ataque de Rusia a Ucrania, pero que quizá sea un ataque pequeño, una incursión en vez de una invasión… y que en todo caso bla bla pillará a USA y sus aliados –OTAN– unidos.

Unidos por el pánico.

Son cosas que pasan, etc. Biden ha dicho que si hace algo Putin las sanciones serán enormes. No quiere guerra, nadie quiere guerra tradicional, aunque el contexto se va calentando como en las anteriores… al menos China de momento no dice nada… Quizá sería mejor que dijera algo…

USA misma no sabe si está en preguerra civil o qué, y en qué fase. Las guerras de hoy, 2022, son tan ambiguas que rozan lo cuántico (leer la novela de Benjamin Labatut, Un verdor terrible), tanto las civiles como las otras: guerras ambiguas, zonas grises, lógica borrosa.

Trump intenta que no se aclare su intervención en la toma del Capitolio hace un año, cuando él estaba perdiendo las elecciones que aún niega haber perdido.

Guerras difusas, así entre países como en las familias, guerrillas mixtas, ciberataques, comandos vestidos de cualquier cosa, guerras clandestinas, secretas… en el interior de cada persona: uno no sabe qué sanciones aplicarse a sí mismo/a, o con qué sanciones autoamenazarse.

La CIA de nuestros amores infantiles y terrores adultos hizo muchas guerras clandestinas, y la pillaron tantas veces, y luego salen pelis y series con esas chapuzas. Nada nuevo, son cosas que pasan. Lo hablaremos tranquilamente.

Pero tenemos –la humanidad– un telescopio espacial a punto de llegar a L2 de Lagrange, allá lejos, con todo desplegado, espejos, antenas, paraguas… Pronto veremos el origen provisional del universo. El preverso.

Y a un hombre le han trasplantado el corazón de un cerdo modificado genéticamente. Es colosal.

¡Y hoy, riñones! (como en el Ulises de Joyce): trasplante de riñones de cerdo a humano. La quimera, casi a punto.

Se trataría de calmar a los tiranos del mundo, incluyendo a los íntimos insondables de cada cual. A Trump, que pugna por destruir la democracia para su propio egotrip.

Pero acaso ha desaparecido aquel terrorismo islámico que hace poco masacraba por doquier… o es una tregua… o es que los programas de espionaje son fenomenales…

En fin, haya pax, baje la inflación y la infatuación.

 

 

 

Kiko Llaneras ha estudiado la Web 3.0, el blockchain y la presunta descentralización, en El País.

Tras la compra de Microsoft Snoy ha caído en bolsa.

 

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