Veinte Segundos Veinte Segundos

El big data del alma

Mientras se deshacen los polos

El puente se acercando a grandes voces. Ya viene. La España vacíollena se dispone a circular con sus cacharros de MadMax bajo la ventisca habitual. La ciercera muta más que el virus y azota desde el alto noroeste.

Las cifras no encajan con las previsiones, esto pasa siempre pero este año se nota más, o duele más, o da igual más, según en qué lado de la gráfica se encuentre el observador sufriente o disfrutante. La gráfica que nos lleva, según la cara A o B y el color de las rayas, tal como refleja la imagen superior. Todo baila mientras tanto. El crecimiento, mínimo, decepcionante, es inusual. Y todo así.

La gráfica aplasta y mata y a veces deja un resquicio para asomarse al filo de bisturí que separa abajo de arriba. Desde arriba se ve a ratos el sol entre los nubarros tremebundos y las palabras opresoras: ciclogénesis explosiva. La meteorología, como antes la cocina, y como todo en general, tira de la Biblia.

Abajo el infierno de Dante y el purgatorio lleno de sierpes, etc.

Baja el paro albricias nadie entiende nada, las previsiones se hunden cada día pero baja el paro sube todo lo demás llega el puente de diciembre, que ya es el núcleo duro de la postnavidad, con el virus mutado y bautizado del que no se sabe bien nada, como la economía esp, eco bio, y la danza macabra de los containers de los que depende el trasiego del mundo.

Containers y chips, lo grande y lo diminuto, pulgarcito y sansón, vagando por esos oceános desorientados todos en la brava pandemia.

Los pibs no cuadran, la prima aguanta (de riesgo), la esp normal (llena) va loca, la otra aún más. El conflicto es mundial y polar. Hoy mismo USA le dice a Rusia que retire sus tropas de Ucrania, que ya la invadió en el 14 en parte, Crimea, qué fecha.

La polar es la guerra diaria en cada casa y cada baldosa, empresa, pyme, macro, horror darwiniano y fervor de pastillas, la fe se ha trasladado: de la religión a las ideologías, al Estado, a la farmacia, la ciencia, el bendito marcapasos, el móvil insomne… la peli de Ridley Scott, El último duelo, estupenda, brutal y pensada para encajar en este tiempo en que se deshacen los polos…

y llenamos el depósito de fuel sospechando que va a ser el penúltimo…

 

 

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